UN HÉROE NO TAN ANÓNIMO
Por Johnson Centeno.-
Hace poco recibí la más reciente publicación de mi amigo y compañero de promoción, Jaime Olórtegui, conocido en las aulas universitarias como el popular “Sargento”, quien desde un primer momento me sorprendió al anunciar su incursión en la literatura testimonial cargada de muchas municiones vivenciales de aquellos sucesos que le impactaron a tal grado que, tarde o temprano, tenía que compartirlo con los amigos. Así lo hizo hace un par de años, cuando publicó su primer libro, Víctimas invisibles, memorias de un voluntario en lobitos (puedes ver mi reseña AQUÍ), que entonces me pareció divertidísima de principio de a fin, y que nunca tuve la certeza de que ese fuera su propósito inicial, pues cuando su autor me conversaba me parecía bastante serio, y admito que eso me divertía aún más.
Esta vez, Jaime, se ha puesto un poco solemne en su nueva entrega, Héroes anónimos de la patria (Amigo Editores, 2023, 132 pp.), y acabo de leerlo de un tirón; no me cabe sino felicitarlo por este nuevo esfuerzo, pues en este país es una odisea publicar un libro, especialmente cuando vienes de una disciplina no estrictamente literaria, como es el Derecho, pero adviertes que ha despertado en ti unas ganas locas de darte a conocer, y, de paso, tributar una circunstancia que marcó tu vida para siempre, e influye poderosamente en tus acciones y omisiones.
Héroes Anónimos de la Patria no solo es un homenaje sincero a aquellos que, con sacrificio y valentía, han servido a la patria, sino que también es un testimonio vivencial que resalta el profundo amor y compromiso de sus protagonistas hacia el Perú. Olórtegui Azañero, con gran maestría narrativa, nos lleva a través de las experiencias de soldados que enfrentaron desafíos inimaginables, desde sus primeros días en el cuartel hasta las arduas marchas de campaña y las ceremonias que marcan hitos en sus vidas militares. Cada crónica está impregnada de un sentimiento de compañerismo y hermandad que trasciende el tiempo y las adversidades, mostrando la verdadera esencia de los héroes anónimos que conforman las Fuerzas Armadas del Perú.
La temática testimonial del libro es un elemento poderoso que no solo documenta su historia desde una perspectiva íntima y personal, sino que también inspira un renovado amor por la patria; las crónicas que se despliegan en estas páginas permiten al lector conectar profundamente con las vivencias de los soldaditos peruanos, apreciando la magnitud de su sacrificio y el impacto de su dedicación en la pacificación y protección del país.
El esfuerzo de mi amigo Olórtegui Azañero con esta nueva publicación es digno de gran reconocimiento, una vez más. Su habilidad para capturar y transmitir las emociones, los desafíos y las victorias de los militares peruanos es verdaderamente impresionante. Su nueva publicación no solo honra a los héroes anónimos, sino que también educa y sensibiliza al lector sobre la importancia de recordar y valorar a quienes han dado todo por el bienestar y la seguridad de la nación, y que muchas veces no sabemos merituar en toda su magnitud. No es el caso de extenderme en estas circunstancias, pero no pocos de ellos viven su drama a su manera ya sea dentro o fuera del círculo militar.
Con estos breves comentarios quiero felicitar a mi amigo Jaime por su nueva entrega literaria, que marca ya un derrotero en la temática de sus publicaciones, que poco a poco promete afinar la puntería en el mercado nacional.
Felicitaciones, buen amigo y compañero de la promoción Guillermo Guerra Cruz, por tu incansable dedicación y por crear una obra que, sin duda, se convertirá en una referencia obligada para aquellos que buscan entender y valorar el verdadero significado del servicio y sacrificio militar. Que su pluma continúe iluminando el camino de muchos y siga siendo una fuente de inspiración para futuras generaciones.
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