HAROLD Y GIULIANA: AMOR ENTRE LÍNEAS

Conozco la sinfonía del trapecista/ sin sentido/ y la verdad en la mentira más mentira… (G. Llamoja)

Por Johnson Centeno

Conozco a Harold Alva desde la universidad y sabemos algo de sus andanzas políticas, literarias y afectivas, de modo que no nos sorprende para nada verlo hace unos instantes en Cuarto Poder, oficiando de romántico espadachín de Giuliana Llamoja, la convicta matricida que acaba de pasar a la clandestinidad.

Publicidad. “La persona más cercana a ella (a Giuliana)”, “poeta y amigo de Giuliana Llamoja”, “amigo de Giuliana Llamoja”, es como lo describen en el reportaje y es como desde ahora se presentará a los medios para defender a esa gallinita de oro en que puede convertirse Giuliana para alimentar los sueños editoriales de Harold, quien es capaz de convertir –a buen precio- a un advenedizo literario en joven promesa lírica del cercado de Lima.

Musas. Las mujeres que se han acercado a Harold terminan convertida en sus musas poéticas de temporada, mucho mejor si son poetas, pero a todas termina sacándoles el jugo, especialmente en sus “giras literarias”: auténticas odas al trago, sustancias y todo tipo de excesos. Su clave de conquista es la misma de siempre: poesía edulcorada, eternamente adolescente, aderezada con ese aire de dandy piurano con sobrepeso. A todas les dedica un poemario y las lleva a la luna. Luego ya pueden pensar sobre su vida en la tierra. Harold dice que las ama de veras, y yo le creo.

Derecho. Cuando alguien estudia Derecho queda marcado de por vida, independientemente del oficio que escoja. Harold se inició en la UPAO (discípulo de ese gran filósofo chibolero apellidado Guerrero de Luna) y terminó su carrera en la Universidad del Callao. Siempre tuvo sus reservas con la carrera, pero empezó a amarla cuando descubrió sus coartadas para hacer frente a las denuncias que lo amenazaban, de las cuales siempre sale bien librado. Su última historia precisamente tiene que ver con asuntos jurídicos, relacionado con una cuasi abogada, quien a su vez es hija de abogados, que acaba de pelearse con su exabogada.

Yuli. Cuando me contó lo de su amor por Guiliana lo hizo casi con temor, como narrando un personaje entre líneas, dándome a entender que su amor podría no ser correspondido del todo. Obviamente era el pasivo de la relación, algo que no dejaba de asombrarme. Lo que en verdad temía era el temor de cualquier persona normal: cualquiera no se acostaría con una chica que mató a su madre. La excitación puede ser mortal. Pero Harold apostó entero: prefirió vivir al filo de la navaja, amándola a ella y a su historia, y ha empezado a demostrar que está dispuesto a batirse a duelo por ella, así sea en calidad de “amigo personal” o “persona más cercana”.

Fin. Esta historia recién empieza para los medios, en realidad, así que alisten canchita. Mientras más escabrosa sea la historia más bonos tiene, y más plata puedes pedir por ella. Incluso el mismo Harold puede ser el galán de la novela, de la mano de Michelle Alexander. La demostración de que esto tiene para rato es el nuevo personaje que han presentado esta noche, de curioso nombrecito hitleriano: Reich Llamoja Hilares, el hermano menor de Giuliana, que está a su favor. La pregunta elemental de la noche nunca se hizo: ¿Dónde está Giu?, ¿Cuándo piensa entregarse? Alarguemos un poco esta novela, habrían acordado con la producción de Sol Carreño. De paso el amor va madurando. De paso se puede planear una fuga fuera del país, un triángulo amoroso o un nuevo poemario.

El verdadero amor siempre es adolescente.