PICADORES DEL BICENTENARIO

 

Por Johnson Centeno.- 

Transcurría más o menos sin novedad los prolegómenos de las celebraciones bicentenarias, en un contexto apremiado por otras circunstancias, entre ellas la pandémica, cuando de pronto el ojo avizor de Martín Neyra, distinguió desde muy lejos un par de picapedreros en las faldas de uno de los monumentos erigidos por don Edmund Möller. 

Como Neyra no pudo con su genio, tras reclamarles en tono de barítono, envió a las redes su reporte provocando una movilización on line de consciencias ciudadanas y tutores del abolengo trujillense. Me cuentan que lo sintieron desde los calatos de los baños saunas, hasta las cofradías de El Golf y viejos lesbianos del Club Central. 

¿Cómo era posible semejante herejía en el corazón de nuestro centro histórico?, reclamaban. Por todos los santos, ni el mediocre coronel con su ganapán gerentito se atrevieron a tanto. Convirtieron nuestra Plaza de Armas en una loza deportiva, es cierto, pero jamás picaron el monumento. Habrase visto! Publicaciones en el face, grupos de guasap, twitter, linkedln, tinder. Horror. Llámame, Martincito, que también quiero ir a protestar, voy alistando mi cartel super fashion, ok. Oh, my God! 

Esta performance cuasi clandestina de un par de desgraciados enviados a la Plaza fue desconocida de inmediato por los cerebros ad honorem de la Municipalidad, poniendo a salvo a su cervecero alcalde y sus principales cómplices subidos de peso. Vivan los Húsares de Junín, retumbó en una esquina del Jr. Pizarro. Viva!, celebró Chamo Ferradas. 

Incluso desde las catucumbas de la Gobernación se dejaron oír aullidos por tal ignominia que pinta de cuerpo entero a la Comisión del cervecero y sus afanes de figuración nada menos que con los restos de don Torre Tagle. Se trata de una agresión intolerable, apostillaron. Seguro se tiraron su tranca. Nosotros somos la Comisión Oficial, el resto son huevadas. ¿Han visto nuestras fotazas en el Club Central? Somos los menes, cuñao, somos los verdaderos descendientes de los papis de la patria, los inclusivos, los que cortamos el salame. Además, tenemos el respaldo de los tribunos Sagasti y Sánchez Carrión. Mueca de desprecio tras el bozal de Paco San Martín, primo de los Santa María, inspirador neo republicano, dinástico, Vice Gobernador de la Intendencia que llega hasta los platanazos de Guayaquil. Y de la galaxia. 

Como se observa, son dos los grupitos que acometen dirigir las celebraciones en Trujillo por los doscientos años de nuestra independencia, y procuran como sea inscribir sus acciones en la memoria de los pueblos, dirigiéndose puyas y dardos cada vez que se presente la ocasión. A falta de una, dos comisiones, dos presupuestos, y unas ganas locas de gritar que viva el bicentenario. 

El bicentenario de todos.

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