Por Dante Ramos de Rosas.-
Los mecenas han muerto. Altos impuestos y desidia intelectiva los mataron. El Don ha muerto. Don José Cassinelli Mazzei, el pintor Gerardo Chavez, la librera de ´´Adriatica´´ Adriana Doig Manucci, los galeristas de arte Ricardo Rey, Cecilia Manucci y Víctor Urquiaga o un Guillermo Ganoza que fundó el Festival de Marinera o la periodista Maria Ofelia Cerro Moral con las bienales de arte ochenteras o fallecieron o se fugaron de Trujillo.
Don ´´Pepe´´ Cassinelli fundó con su capital un Museo de Huacos al costado de su grifo. Gerardo Chavez ha huído por el ruido y los muladares al costado de su museo privado que con tanto amor entregó a la ciudad que lo vio nacer. Sobreviven un solitario café en una esquina en el Jr. Independencia y en los altos navega su Museo del Juguete celebrando con su nombre el como pudo creer tanto tiempo con su catedralicia ingenuidad en una ciudad que devasta a los que invierten en ella desde el corazón de sus sensibilidades comunes a todos.
No!, a todos no, porque las autoridades electas solo son saqueadores ediles o simples administradores de crisis encerradas en agendas y jaulas legales que nunca escribieron para ellos. Lo cultural no les interesa para nada. Solo les interesa ´´Coimebrecht´´. Pero es que acaso podría ser de otra forma?. Ja, Ja. Si el sistema esta diseñado para grandes robos. Ser lo contrario es contrarevolucionario dixit Stalin o Marat. Una defensa cínica o realista de una Villarán o Alan sería que ellos son más bien víctimas de un sistema que les fue legado por otros. Se les defendería de esa forma.
Es mucha la diferencia entre los personajes citados arriba y el empresariado trujillano diletante que solo vive para pagar sus impuestos y en la manía de fundar discotecas o restorants o equipos de futbol, que solo se han consagrado al entretenimiento y no han apostado por ir más allá de un Cassinelli o Ganoza. La grisura del día a día los ha ganado y aplatanado. Son exactamente provincianos que en el latín del ´´pro vincis´´ significa ´´ir o vamos vencidos´´. No creen en su región y por eso no levantan cabeza.
Si van a Lima con lo que hacen los que los reciben no saben de quienes se trata ni que han emprendido ya que no tienen ningún aparato de prensa o relaciones públicas.
Es muchísima la diferencia de la clase empresarial trujillana con la arequipeña. Para empezar en las viejas casas del cercado sureño hay un piano y se organizan tertulias literarias y políticas desde hace siglos en los que se analizan problemas y soluciones al margen de los marcos formales. También hay una industria editorial poderosa.
Los aspirantes a congresistas o alcaldes o a otros puestos destacados no dan la talla de los mencionados. Y no la dan porque provienen de una educación en plena deconstrucción masiva desde el fujimorismo sin silabus ni bibliotecas idóneas. Son solo pelagatos insignificantes. Nada más. Están bien lejos de un Lorenzo de Medici en la Florencia italiana. Repito que son los impuestos los que los han matado sin permitirles excedentes para invertir en arte pero si así fuese porque no se asocian. Solo viven para pagar planillas y rémoras de Sunat. Eso los explica y quizás hasta ...justifica?. Repito, son incapaces de ser grandes.
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