MONSTRUOS MARINOS EN HUANCHACO

Por vez primera se hallan restos completos de dos kogias, cachalotes pigmeos, en Huanchaco. Los cetáceos fueron ofrendados por hombres de la cultura Moche. Se desconocía que sus ceramistas representaran a esta especie rara de mamíferos en su iconografía.

La ceremonia de ofrendas con las especies marinas más grandes conocidas hasta hoy se celebró hace más de 1,500 años, frente a las costas de Huanchaco, en la provincia de Trujillo, región La Libertad. La hicieron hombres de la cultura Moche (100-700 d. C.). ¿Su objetivo? Fundar y construir un templo sagrado, probablemente destinado al culto de una deidad que dominaba los grandes océanos.

Así lo ha revelado el director del Proyecto Arqueológico Huanchaco, Gabriel Prieto Burmester, tras las excavaciones en la Huaca de los Sacrificios (denominada así por el gran número de niños chimús inmolados), en la zona arqueológica de pampa La Cruz.

Hasta el momento, Prieto y su equipo han hallado cinco especies marinas que sirvieron de ofrenda durante esta ceremonia, compuesta por tiburones, peces luna o sol, atunes y rayas.

Sobre las kogias

Al respecto, Aldo Benites Palomino, investigador del Centro de Paleontología Tropical y Arqueología del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales de Estados Unidos, asegura que los restos pertenecen a los cachalotes enanos del género kogia, animales extremadamente difíciles de ver.

“Lo que conocemos de estos animales se basa en los cadáveres varados y restos fósiles de especies antiguas. Existen menos de 10 registros de estos cetáceos en el último siglo para el Perú, y se debe a que habitan en el mar tropical-templado, cazando a sus presas [calamares] a grandes profundidades”, indicó.

Benites explica que estos animales están emparentados con el gran cachalote y que se diferencian en el tamaño y por poseer una nariz dividida en compartimentos. Además, carecen de dientes superiores y sus pocos dientes no los usan porque succionan vivas a sus presas. Sin embargo, su aspecto se parece al de los tiburones, debido a la cabeza triangular/cuadrada y a que poseen unas manchas a manera de falsas agallas.

Los torturados

En una capa superior donde fueron encontrados los kogias y demás especies marinas, el equipo halló textiles con iconografía moche y personajes masculinos con signos de haber sufrido torturas. Estaban amarrados con sogas en las manos y en el cuello. El arqueólogo Prieto sostiene que esta escena se asocia con la pintura mural hallada también a unos metros, con figuras de prisioneros amarrados, llevados por sus captores para ser asesinados.

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