VOTAREMOS CON EL HÍGADO EN EL 2021?



La versión 2019 de un fascinante estudio realizado por John F. Hellinwell de la British Columbia University de Canadá, Richard Layard del London School of Economics de Inglaterra, y Jeffrey Sachs de Columbia University de Nueva York –denominado World Report Happiness/Reporte Mundial de Felicidad– arroja estadísticas muy preocupantes sobre la realidad actual del Perú.

Esto merece ser analizado de manera profunda por los políticos con mayúscula que todavía quedan en nuestro país. Evidentemente la explosión social producida por el escándalo que generó la hecatombe Lava Jato tiene mucho que ver con la presente tesitura de nuestra sociedad, Esta condición deberá tomarse en cuenta como factor de gran influencia al evaluar los resultados.

Asimismo deberá incluirse el retroceso micro y macroeconómico que viene soportando esta nación desde 2011 –cuando Ollanta Humala asumió el gobierno– y se mantiene en caída durante la actual gestión Kuczynski-Vizcarra. Ello también contribuye a mermar el espíritu del poblador peruano. Sobre todo en aquellas generaciones de vibrantes emprendedores que surgieron desde mediados de los noventa, hasta que la izquierda se instaló en Palacio en 2011. Y desde entonces, directa o indirectamente no ha dejado de gobernar el Perú a pesar de no sin haber sido elegida por el pueblo. Dicho esto, revisemos someramente algunos criterios tomados en cuenta por los autores del citado estudio como factores que mueven la opinión pública en cada país, así como los guarismos que hoy miden la temperatura de nuestra ciudadanía.

Una suerte de axioma que sacan como conclusión estos estudiosos es que: 1) aquello que hagan los gobernantes afectará directamente el índice de la felicidad que ocupen sus pueblos; y 2) que en la mayor parte de los países, la felicidad –o la infelicidad– de cada ciudadanía determinará a qué clase de gobernantes elijan. Para empezar, las naciones que lideran el índice de felicidad en el planeta son –en este orden– Finlandia, Dinamarca, Noruega, Islandia (a pesar del clima inclemente que alberga) y Holanda. México aparece en el puesto 12, en tanto Estados Unidos en el 19, España 31, Colombia 43, Ecuador 50, Perú 65 y Venezuela (premio consuelo para nosotros) en el 108.

En el caso de Latinoamérica, el reporte precisa que los criterios que muestran las evaluaciones más altas se atribuyen en parte a las características únicas que tiene “la familia” en esta región, y al tipo de “vida social” que desarrolla su gente. Sin embargo, otro de los componentes importantes del análisis –para definir la felicidad en todos los países– es el grado de corrupción que impera en cada país. Pues en este escenario, lamentablemente el Perú aparece exhibiendo uno de los indicadores más altos –126 puntos–. Los únicos países de América Latina que no nos superan en el índice de corrupción son El Salvador, 136 puntos, y Venezuela, 138 puntos.

Una primera deducción que podríamos esbozar es que los peruanos mayoritariamente voten en 2021 por algún antisistema debido a la conducta de los recientes presidentes que hemos tenido, y al hecho de figurar como país con altísimo grado de corrupción.

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