"LA CONSTITUCIÓN SIRVE PARA TODO"
Estamos en los límites de una conflagración inminente y fratricida? No lo sé. Solo sé que la situación es compleja. Nadie se siente en condiciones de anunciar un vuelvan caras. Como tren desbocado en recta ferroviaria devoran kilómetros tras kilómetros. No hay tiempo de mirar para los lados. Solo el humo que sale de la máquina a vapor se disuelve en el aire buscando quizás el pasado que no llega a evidenciar. El futuro se hace ilusorio e inexacto, ante las maniobras de una presente estrategia de confrontación y exterminio.
En la mente de unos y otros la cercana estación es el lugar y el final para una implosión terrible de victoria por ambos lados. El final es mañana mismo. Y siempre hay un mañana. Para muchas de las mentes obcecadas el odio se encubó irremediable y el resentimiento aflora titánico en busca de redención y venganza.
La vida socio política
¿Qué hemos hecho los venezolanos para haber llegado aquí? ¡Yo no lo sé con exactitud! ¿Será que lo que viene es el reembolso por los grandes recursos minerales y ecológicos y que hemos dilapidado irresponsablemente? Cuyos resultados los encarnan múltiples facetas de la vida socio política: la gigantesca brecha entre las clases A y B, con la D y E. Una culta y adinerada la otra ignorante y en la miseria, la incapacidad del liderazgo político para administrar al Estado con eficiencia y eficacia; la lucha entre dictadura y democracia republicana. Reminiscencia de un racismo que viene de la misma época colonial hospedada en nuestro subconsciente colectivo; dilema entre militarismo y civilismo. El concepto de gobernar para enriquecerse y la trama de una situación económica y social inhumana. Desabastecimiento de alimentos y medicinas, inseguridad, una hiperinflación y unos ingresos familiares microscópicos.
25 constituciones
Hagamos historia. En el siglo diez y nueve la historia venezolana transcurrió entre montoneras, rebeliones y alzamientos militares. Luchaban por el poder caudillos regionales (terratenientes y jefes militares) y la oligarquía tradicional caraqueña, llamados en el argot político liberales y conservadores. Desde la Constitución primigenia de 1811 hasta la Bolivariana de 1999, la nación ha tenido 25 constituciones. Redactadas como basamento legal a los cambios políticos que proponían los gobernantes: militares (22) o civiles (3). Escritas a la medida de sus proyectos e ideales. Las civiles han sido la de Andueza Palacio, en 1891; la junta de gobierno de facto de Rómulo Betancourt, en 1947 y la del gobierno Constitucional de Betancourt, de 1961. Ahora, Maduro quiere modificar la de 1999 para profundizar en su proyecto convocando a una Constituyente.
Hoy fundamentados en la Constitución del 1999, la controversia política activa actos institucionales, de lado y lado, que llegan a describir en el fondo, el hecho que su interpretación depende del cristal con que se mire. Veamos entonces. La Asamblea Nacional que ha sido declarada en desacato y sus actos son nulos e ilegales, por el TSJ, determina el abandono del cargo al Presidente de la República, designa magistrados miembros del TSJ, sin haber vacantes, promueve un pacto de unidad nacional para designar posteriormente un gobierno de transición paralelo y convoca una consulta popular sin autoridad electoral. Mientras del otro lado, el TSJ, recibe instrucciones del Ejecutivo y termina con la independencia de los poderes, eliminando la elección de los parlamentarios de Amazonas y hace perder la mayoría absoluta a la oposición en la Asamblea, toma para sí las competencias del Poder Legislativo de controlar la administración pública y autoriza demás actos del Poder Ejecutivo.
“Coger la arteria constitucional”
La situación de hoy hace recordar el asalto al Congreso del 24 de enero de 1848. El Congreso intenta enjuiciar al entonces presidente José Tadeo Monagas, por violación de la Constitución. Forma su propia milicia, secuestra al Ministro de Relaciones Interiores. Una turba de gente y varias compañías de milicias asaltan al Congreso y éste se disuelve. Dejando muertos (tres diputados) y heridos. Luego, por recomendación del vicepresidente Urbaneja, de “coger la artería constitucional”, el gobierno de liberales reconstruye al Congreso, éste se instala y vuelve la tranquilidad y la paz al país. Entonces, el presidente Monagas diría complacido: “La Constitución sirve para todo”.
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