COLOMBIA: URIBE- NO, PERO SÍ
‘The Economist’ denuncia, bajo el titulo el ‘Arte de la mentira’, una tendencia preocupante de la política contemporánea: cada vez hay más líderes que, en forma reiterativa, incurren en falsedades y contradicciones enormes y manifiestas. Siempre hubo mentiras deliberadas y afirmaciones sin fundamento en la política.
Maquiavelo hizo la apología de la calumnia. Pero ‘The Economist’ demuestra cómo los líderes del ‘brexit’ y Trump han roto los récords históricos en esta materia. Lo que no cuenta es que un colombiano, el expresidente Uribe, está compitiendo por la medalla de oro en esta categoría.
Los promotores del ‘brexit’ tuvieron que admitir, desde el día siguiente de su triunfo, que habían mentido en cuanto a lo que podrían ofrecer en materia de salud, con lo que se ahorrarían por no pagar contribuciones a la Unión Europea.
Y, después de asegurar que buscaban recuperar la autonomía inglesa sobre la política de inmigración y la política comercial, ahora, cuando están gobernando, sostienen que si bien No quieren compromisos en asuntos de inmigración, Sí quieren mantener el libre comercio con la Unión Europea. Más aún, como los acuerdos de libre comercio de la Unión con países europeos que no pertenecen a ella (v. gr. con Noruega y Suiza) exigen que acepten las políticas de inmigración de la Unión, Teresa May ya está diciendo que también aceptaría algunos compromisos en materia de inmigración. O sea, no pero sí.
Trump un día asegura que todos los inmigrantes mexicanos son delincuentes, pero luego dice que quiere mucho a unos que lo apoyan o que trabajan para él. Una mañana ofrece deportar a todos los inmigrantes ilegales y en la tarde dice que solo expulsará a quienes se les haya probado que han cometido delitos, tal y como lo hace la política actual. O sea, no pero sí.
Luego va a México, aceptando la muy inoportuna invitación de Peña Nieto, que lo ha convertido en el más impopular presidente mexicano de las últimas décadas, y asegura estar enamorado del país. Pero al volver a EE. UU. reitera su propuesta antiinmigratoria y dice que los mexicanos todavía no saben que van a pagar el muro. O sea, sí pero no.
Y su afirmación reiterada de que Obama y Hillary Clinton son los fundadores del Estado Islámico constituye una mentira enorme y manifiestamente absurda, apenas comparable a la repetida afirmación uribista de que Santos, De la Calle y los generales Mora y Naranjo estaban entregando el país al castrochavismo. Como en el aria inolvidable de ‘El barbero de Sevilla’, creen que de la calumnia algo queda y que ‘el maldito calumniado’ quedará manchado y tendrá que dedicarse a defenderse.
Cuando Uribe comprendió que seguir oponiéndose a la desmovilización y el desarme de las Farc era una posición cada vez más impopular dentro de sus propias filas, resolvió decir que él no está en contra de eso, sino que solo quiere renegociar unos articulitos. O sea, no pero sí. Solo que, como en el caso del ‘brexit’, resulta extremadamente improbable que él, o cualquier otra persona, pudiese lograr que los dirigentes de las Farc aceptaran ir a la cárcel y no participar en política, simplemente cambiando los articulitos que a él hoy no le gustan (porque ofreció mucho más que eso cuando era Presidente), así se les ofrezcan notarías, como a Yidis y Teodolindo.
Lo anterior no significa que los partidarios del No no tengan argumentos respetables para defender su posición. Pero el uso reiterativo y descarado de la mentira del líder político de la oposición resulta inaceptable en una democracia.
Es más sano que monseñor Ordóñez continúe ahora compitiendo por el liderazgo de la campaña por el No sin abusar del poder y la casulla cardenalicia de la Procuraduría. Veremos si resulta igual de efectivo vestido de civil.
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