LAS ALUMNAS
Por Johnson Centeno.-
1. El director de la academia se ha enamorado de una alumna del turno de la mañana. Ella sueña con hacerse un lugar en la vida siguiendo una carrera profesional. Él solo sueña con el sabor de su piel y el acentuado triángulo de su calzón. Apenas le habla en su marcado lenguaje provinciano. Quiere enamorarla desde su autoridad, hacerle reír, entrar en confianza. Que sea su caramelito de junco y capulí. Pero no puede. Ella intuye sus lubricaciones y no se quiere dejar. Ella todavía es virgen, menor de edad. Él no puede más con sus desplantes. Cree que la plata puede comprarlo todo. Él la cita una vez más en su academia. La emborracha y la viola.
2. El profesor universitario se cree el rey de su facultad. Un ‘papirriqui’. Domina su área y se vende como serio y formal. Como un académico. Habla como los dioses en el aula. Se pule. A sus alumnas las va estudiando, seleccionando, chequeando quién o quiénes pueden caer este semestre. Lo tiene muy bien planeado. Al principio es el amigo de todos. Luego saca sus garras al final del primer parcial: las notas bajas las obligarán a portarse bonito con él, piensa, a salir por las noches al chifita y a la disco. Una y dos caen redonditas, una tercera y una cuarta. Se vuelve un pingaloca. Una alumna valiente se atreve a denunciarlo. El profesor es echado de la Facultad. Luego lo nombran decano en otra universidad.
3. El magistrado no se saca la medalla ni cuando va a comer su menú. Camina como si pisara huevos. Ha resuelto varias causas a favor de una universidad y asume que es una estrella en el firmamento judicial. Por eso lo invitan a enseñar. Pero se orina de miedo. Le dicen que son solo chicos de los primeros ciclos, que solo tiene que leer diapositivas. En su primer día de clases le gustan varias alumnas, especialmente una que parece ser la más modestita del salón, natural de la selva. Con ella quiere empezar, piensa, su camino de conquistador. La invita a su casa, incluso le presenta a su familia. Un día se ofrece pagarle los estudios. Luego podría entrar a trabajar al Poder Judicial. A cambio de sus caricias.
3. El profesor de la academia de modelaje participa activamente en la última convocatoria para seleccionar modelos a nivel de los colegios nacionales. Dice que allí hay muchos valores por descubrir. Clases gratis los primeros dos meses. Las alumnas quedan literalmente en sus manos. A todas promete convertirlas en modelos famosas. Les enseña un precontrato para mayor formalidad. Es un embauque. Su especialidad es el desfile de pasarelas, donde en cada sesión las ordena por categorías, las toca, las roza, y en las noches se masturba pensándolas.
4. El asesor metodológico ha descubierto lo fácil que le resulta diseñar una estrategia de investigación al mismo tiempo que advierte las falencias de sus estudiantes en cuestiones de metodología de la investigación científica, especialmente tratándose de mujercitas. Utiliza su entrenada disciplina para delinear un modelo de seducción en función a las variables amorosas en el tiempo y el espacio, aplicables solo y solamente cuando advierte que pueden estar dispuestas según sus indicadores. Pronto las asesorías terminarán en un hotel de paso donde las madrugadas pormenorizarán lecciones académicas de la vida y el amor.
5. El tallerista de fotografía ha descubierto que una de sus alumnas tiene una marcada debilidad por los paisajes naturales. La composición y el punto de vista todavía son un misterio para ella. El tallerista hace gala de sus diversos dominios sobre la fotografía. Es un encantador de serpientes. La halaga a cada momento. Le confía sus técnicas y su poesía. Le hace cientos, acaso miles, de fotos: en la plaza mayor, en el parque, junto al semáforo, en la panadería, en el Hops. Le dice que en este oficio el secreto es simplemente dejarse llevar. Como una pluma. Así. Que la fotografía es un arte instintitivo. Que intentar someterla nos llevará muchos años luz. La lleva al balneario de Huanchaco, que conoce como la palma de su mano. Se fuman un porro, toman un vino, se matan de la risa, hacen el amor.
6. El periodista enseña en una facultad de comunicaciones. Una alumna le confiesa que lo lee siempre, que ha aprendido mucho de sus crónicas y reportajes. Que es todo un modelo a seguir. El periodista la invita a su casa, donde solo vive él, su madre y su perro negrito. Le confía sus autores favoritos y la nombra delegada de la sección. Le presenta a cierta gente importante de la ciudad. La invita a pasear, a cenar. La invita al cine, en la última fila, donde le gusta revivir sus amores adolescentes. Ella se siente única. Pero después se decepciona o se cansa de él, cree que es muy mayor. Él la ayuda a participar de un certamen de belleza, donde sale elegida como Miss Facultad. Ella se compromete con un muchacho de su edad y piensa casarse. Ella ya no quiere saber nada de él, y le escribe una carta. Ella incluso se avergüenza de aquellas noches en el cine.
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