EN EL PERÚ, TODO DEPENDE DE QUIÉN ERES
El terrible atropello ocurrido el fin de semana pasado en el balneario de Asia constituye, más allá de la desgracia, una expresión más de cómo opera el Perú, un país que todavía se mueve con códigos, patrones y respuestas dependiendo no de lo que has hecho sino de quién eres.
La manera cómo reaccionan las entidades públicas y privadas frente a un hecho de esta naturaleza dice mucho de un país en el que, para decirlo de un modo claro y directo, no todos son iguales ante la ley, la policía e, incluso, el periodismo.
Y para decirlo de un modo más claro y directo aún, si eres blanco tienes conexiones políticas y económicas, el problema es más sencillo que si eres un cholo desconectado.
Así lo vio ayer el periodista Pedro Ortiz Bisso en su columna de El Comercio, en la que comparó lo que te puede pasar si es que eres hijo de un ex ministro o ‘un cualquiera’.
El hijo de un ex ministro atropella a otro muchacho y, por ser quien es, no pasa el dosaje etílico y se va de la clínica ante la mirada de los policías como si nada pasara. El hijo de otro ex ministro le mete un balazo a una mujer, sigue en libertad, y va a la comisaría cuando le da la gana.
Eso no es lo que, como todos saben, les pasa a ‘los cualquiera’, quienes por circunstancias de mucha menor gravedad se van a la cárcel y pueden podrirse ahí por un buen tiempo.
La instancia que puede marcar la diferencia para evitar esta dualidad indignante que tanto daño le hace a una sociedad es el periodismo, pero ahí también hay, lamentablemente, tiempos y actitudes distintas en función de quién eres.
Es esa capacidad de indignación frente a hechos terribles, sea quien sea, se trate de quien se trate, lo que el periodismo nunca debe olvidar.
El gran periodista Alfonso Grados Bertorini me contó, hace años, cuando un acaudalado peruano lo llamó, una noche de los años sesenta, para decirle que el diario La Prensa que él manejaba no debía informar del atropello que había cometido su hijo, y que eso ya lo había arreglado con todos los otros medios de comunicación del país.
Don Alfonso le respondió, con ironía, que el dueño y director del periódico, Pedro Beltrán, le había dado todas las potestades para manejar la agenda noticiosa de La Prensa, excepto una: tapar noticias, y que el día que se le otorgara esa facultad, recién podrían conversar.
Aunque algunos colegas lo olviden con frecuencia, especialmente cuando se los pide la gente con influencia política o económica, este oficio consiste en dar noticias, no en ocultarlas. Y esa es una manera como el periodismo puede contribuir a construir una mejor sociedad.
Comentarios
Eso que denuncias ha ocurrido desde siempre en nuestro vilipendiado país.
De modo que tu nota quedará para envolver pescado o para que el olvido
se lo trague.
Los poderosos no tienen idea de lo que están acumulando. Después hablan de violencia y terrorismo, rasgándose las vestiduras.
¿No sería mejor que escribas desnudando la democracia, como un orden caduco, hipócrita y plagado de ladrones y falsarios?