TERESITA, LA SUAVECITA


Por Johnson Centeno.-

A petición de mi amigo “Chicho” Rabines, y coincidiendo con la invitación de Marcelita García a oficiar como panelista en la presentación de la simpática candidata a la Municipalidad Provincial de Trujillo, Teresita Bravo, en los Tallanes, me animo a escribir unas líneas sobre sus propuestas de campaña, limitándome a su exposición en el evento y a mi humor de un domingo por la noche.

Teresita se mueve bien, sabe lo que quiere, y parece que ha planificado calculadamente su trayectoria política desde que resultó regidora de la muni por APP, incluso desde mucho antes: desde su chambita vecinal en Palermo, sus alianzas con sus amigas santarrosinas, su integración plena al Club de Leones y a otros espacios locales del figuretismo. Su sonrisa todavía es franca, no tiene ‘anticuchazos’ y ha sabido aprender de su breve experiencia en la gestión pública.

Desde cuando era Directora de Cultura ya varios la miraban con sangre en el ojo: que no sabía nada, que no debía estar allí, que su pareja era el culpable de su ubicación en los puestos públicos y el financiamiento de todos sus movimientos y retoques. Esto no debía soprendernos pues, en términos generales, en este país los menos favorecidos intelectualmente son a menudo los primeros llamados a ocupar lugares expectantes en la administración, con todo lo que ello implica para los beneficiarios.

Cuando Teresita inauguraba algo, cualquier cosa, a mi me gustaba verla; nunca entendía nada de lo que decía porque estoy vacunado contra la palabra fácil, pero creo que más allá de ser un elemento decorativo, le veía ganas de hacer algo desde un cargo soporífero, sin presupuesto, y anclado al pasado. Por tanto no le quedaba otra que echarle imaginación, apretar la faldita y hablar suavecito. Cuando descubrieron que quería volar más alto que todos sus predecesores incompetentes, la echaron.

Desde entonces ha logrado sobrevivir y reinventarse en este relativamente pequeño escenario político, al punto de candidatear para ser la próxima alcaldesa de Ciudad Travesti. Me anima su opción porque ya hay demasiados calzoncillos en la política de estos pagos; se hace necesario más faldas, más bragas, más calzones que hagan lo que sus congéneres masculinos no han podido hasta ahora. Apuesto porque las mujeres tengan la oportunidad en la gestión pública (y púbica). Con gusto me someto a una que no se ande con rodeos, que la tenga clara y maximize los pocos o muchos recursos que pueda administrar en la comuna, pero que no se la levante en peso, que no se la reparta entre sus familiares o amigotes, y que no se quiera quedar ad perpetuam. Que no la cague.

Su exposición en Los Tallanes fue una magnífica disertación sobre el diagnóstico de lo que la falta a esta ciudad que no para de crecer por todos sus costados, y que pide a gritos un liderazgo inteligente e imaginativo, a tono con sus perspectivas de desarrollo y explosión demográfica, y que la convierta en una de las mejores metrópolis del Perú.

Tras el diagnósitico, llegaron sus buenas intenciones. No obstante, quiero saber, Teresita, cuánto nos va a costar a los bolsillos de los constribuyentes trujillanos las obras que anuciaste en tu presentación: un nuevo relleno sanitario en El Milagro, el tratamiento y descolmatación del río Moche, las Casas de la Familia, el Centro de Salud Municipal, el estudio de la factibilidad del Metro de Trujillo (ofertado también por varios otros candidatos), la reactivación del Comité de Seguridad Ciudadana y otras obras de menor envergadura. Esa fue mi pregunta de la noche y no hubo una respuesta concreta. Y tampoco nada sobre atraer capitales y el mejoramiento de la inversión privada local, que son los motores del crecimiento. Y nada o poco sobre la lucha contra la corrupción.

No se gobierna una ciudad como esta con buenas intenciones, Teresita, hace falta un programa de mayor aliento con cifras concretas sobre la afectación al presupuesto, planificación y obras de mejor aliento. Lo que sí rescato es la implementación de la Oficina de Proyectos, donde la gente que lo integre no necesariamente sea de raza distinta, pero que sí de vez en cuando se fume sus hierbitas para pensar en grande, a la vez que le pone cerebro a la consecución de convenios para su financiamento. No es cosa del otro mundo, pregúntale a Chandu. Ramos de Rosas, por ejemplo, podría encabezar el escuadrón de geniecillos dominicales.

La campaña que viene desarrollando es bastante austera, según contó, y desde luego no tiene nada que ver con el hampa, ex decanos del “Burbujas” y plata del narcotráfico, por tanto lleva la frente en alto. La mejor de la suertes, Teresita, me encantan tus fotos del face. Gracias por el pancito. 

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