SI CONGA NO VA, ESPINAR TAMPOCO. ¿ENTONCES QUÉ MICHI VA?
Por Carlos Hernández.-
Con
mucha atención he visto en los últimos meses, cómo es que un proyecto de gran
envergadura se ha venido debilitando por la posición de “todo” ¿un pueblo? por
la no viabilidad del proyecto Conga. Como muchos otros proyectos mineros de
gran envergadura, no siempre son vistos con buenos ojos por toda la ciudadanía,
sobre todo por aquellos cuyas ideologías ortodoxas, aun creen que no es el
camino correcto la inversión privada.
Cuando
pongo en signos de interrogación la palabra “pueblo”, lo hago porque yo no creo
que este sea el deseo de la mayoría de ciudadanos no sólo de la ciudad de
Cajamarca sino de todo el departamento que lo conforman. Digamos que es el
deseo de unos cuantos, quienes incentivan en un gran número de personas- pero
no de la mayoría- a salir a las calles a protestar, bajo el argumento de la
protección del medioambiente, excusa bajo la cual, el presidente de la región
de Cajamarca- Gregorio Santos (en adelante Goyo)- busca sus propios intereses
ideológicos y políticos, como lo son también Arana y otros dirigentes
socialistas y marxistas, todos de un sector radical de la vieja izquierda.
En el
otro lado del país, en la provincia de Espinar en el Cusco, otro gran
movimiento social pone en jaque a toda la población y, en especial, a la
empresa minera que allí desarrolla otro importante proyecto minero; en esta
ocasión, capitaneados por el alcalde del distrito de Espinar, quien días después
es capturado por la policía, al existir una orden de captura en su contra por
todos los hechos producidos.
Sólo
como un comentario, ajeno a estas líneas, pero que más o menos van en la misma óptica,
tiene lugar en otros lugares del país, pero no sólo oponiéndose a la minería,
sino que, empleando la violencia o cualquier otro medio que atente contra la
inversión privada en todas sus expresiones, bloqueando carreteras y
condicionando el diálogo con el gobierno cada vez que hay un muerto tirado en
el suelo.
Ahora
volvamos a lo nuestro.
LA MINERÍA VS. LA POBREZA
A
diferencia de lo que sucede en Cajamarca, Espinar es un distrito que cuenta con
obras y proyectos de gran envergadura, sobre todo en infraestructura, que son
desarrollados y ejecutados por la empresa minera que desarrolla esta actividad
en la zona, así como por la propia población de Espinar, quienes se ven
beneficiados no sólo con estas obras, sino también con los proyectos de
inversión. Espinar actualmente, gracias a la presencia de la minería en la
zona, produce en gran cantidad yogurt, que es distribuido y vendido no sólo en
la zona y en el Cusco, sino que son los principales proveedores de la empresa
minera Xstrata (de capitales suizos) con su más reciente proyecto Tintaya. Como
si fuera poco, además de ello, perciben canon que por ley les corresponde, sin
contar los famosos aportes voluntarios de las empresas mineras, que en el caso
de Espinar es del 3%.
Siendo
así las cosas, no entenderíamos cómo es que una provincia con una población
pequeña, no puede salir de la pobreza. Pero aunque parezca curioso en efecto,
Espinar está dentro de estas provincias más pobres del país; lo irónico de todo
esto es que lo poco que han crecido se debe no a las genialidades de sus
gobernantes, sino básicamente a la actividad minera en la zona y los proyectos que
han desarrollado, mas que a los proyectos estatales propios de los gobiernos
regionales y locales. Allí ya tenemos un primer indicio para determinar en
dónde radica el problema principal.
Si
revisamos “el plan maestro y estrategias de desarrollo provincial” de la
provincia de Espinar, elaborado en el año 2002, claramente se advierten algunos
datos interesantes, que tiene que ver con lo hoy está sucediendo allí, y que
aún intento tener una respuesta racional a las protestas que se han dado en las
últimas semanas.
Pues
bien, de acuerdo a dicho plan maestro, se hace mención a cómo ha sido la
provincia de Espinar en los últimos 70 años, antes de la entrada de proyectos
de inversión minera; así, podemos advertir que Espinar en su conjunto, es una
provincia muy rica en recursos naturales, particularmente en minerales, como el
cobre, el oro, la plata el plomo, hierro entre otros; así como también de
recursos agrobiológicos de pastizales naturales, base sobre la cual se
desarrolla el 70% de la PEA de la provincia: la ganadería. Sin embargo, en
dicho plan maestro, se advierte que pese a estos grandes potenciales naturales,
desde su creación en 1917, para al desarrollo de la provincia, no hubo una
voluntad política por parte del gobierno central, representado por sus
autoridades nacionales, regionales y locales, para desarrollar políticas de
desarrollo sostenible, menos la asignación de recursos, o en todo caso por
políticas inadecuadas e insuficientemente aplicadas que configuraron
rápidamente una situación social y económica de extrema pobreza, prueba de
ello, es que hasta la fecha se encuentra entre las provincias más pobres del
país.
No
obstante ello, y como ya hemos advertido, esta provincia en los últimos 70 años
ha sido fuente de divisas al país y a la región, a partir de la explotación de
yacimientos mineros como Condoroma, Suykutambo, Atalaya y últimamente Tintaya; tiempo
y periodo en el que la provincia no recibió los beneficios para su desarrollo.
No obstante ello, a partir de este plan maestro, hasta la fecha ya han pasado
10 años en donde muchos proyectos e infraestructura y producción se han venido
desarrollando de la mano de la inversión minera, más que del sector estatal,
aunque sus autoridades les cueste reconocerlo.
Por
otro lado está Cajamarca, una ciudad-o un departamento tendría que decir- muy
rico en historia y con atractivos turísticos que van desde las ventanillas de
Otuzco, los relajantes baños termales del inca, hasta un valle precioso como es
el Condebamba, cuya actividad ganadera y agrícola es muy importante para la
región y el país (recordemos que Nestlé invierte en dicha zona), sin contar los
atractivos turísticos y culturales en las diversas provincias que conforman el
Departamento de Cajamarca, como son Chota (y su fascinante plaza de toros),
Celendín, Cutervo, Cajabamba (y sus majestuosos paisajes), entre otras
provincias que viven no sólo de la minería, sino también de la ganadería y la
agricultura; pero claro está es la minería el principal recurso natural que
genere que sea uno de los departamentos con el mayor porcentaje de percepción
del canon minero, sin contar también con los aportes voluntarios de las mineras
instaladas en la zona.
En esta
parte del país, es quizá el lugar donde el conflicto social se ha agudizado,
por el rechazo de un cierto sector a la minería en la zona. Los argumentos son
muchos, desde que pese a la minería los pueblos no se desarrollan, que el costo
de vida es demasiado cara por la presencia de la minería en la ciudad de
Cajamarca, que no hay igualdad de oportunidades en la zona, pero sobre todo dos
pilares fundamentales de este rechazo a la minería: la pobreza extrema en la
que se encuentra el Departamento de Cajamarca y la contaminación del
medioambiente. Este último argumento es el que más fuerza ha tomado en los
últimos meses, dado que el argumento de la extrema pobreza para quienes
comandan las marchas antimineras- en este caso el presidente regional- no le
ayudarían mucho pues quedaría en evidencia que es responsabilidad de dicho
sector y no de las empresas mineras contrarrestar la pobreza en la zona.
Pero
entonces, ¿cómo es que un departamento con generación de grandes divisas al
país y ser considerada una de las 5 regiones que reciben el mayor porcentaje de
canon, tenga demasiados índices de pobreza y pobreza extrema a nivel de todo el
país (está dentro de los diez departamentos más pobres[1])?
Veamos algunos datos más que interesantes, publicados semanas atrás por la
República: por canon han recibido entre el 2007 y el 2011, según las
cifras del Ministerio de Economía: S/. 1.382 millones. El extraordinario
flujo de caudales, sin embargo, no logró que Cajamarca saliera de la lista de
las 10 regiones con mayor índice de pobreza: 56 %, de acuerdo con el último
reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), del
2009.
Pero si nos enfocamos sólo en los distritos donde se
desarrolla los proyectos mineros como Conga, el diario la República, nos
proporciona las siguientes cifras que sería bueno meditarlas: El distrito de
Encañada, donde se encuentra la mina Yanacocha, entre el 2007 y el 2011 recibió
por canon minero S/.114.3 millones. Empero, el 74,6% de sus habitantes es pobre
y el 40,1% extremadamente pobre. Encañada se ubica en el puesto 386 de los
distritos más pobres del Perú. Algo parecido sucede con Sorochuco, en el periodo
mencionado, el distrito percibió S/. 5,8 millones de soles por el mismo
concepto. No obstante, el 75,4% de los sorochuquinos vive en la pobreza y el
34,5% en la extrema pobreza. Sorochuco aparece en la posición 362 de distritos
más pobres, conforme el INEI. Y Huasmín, otro de los distritos comprendidos por
el proyecto Conga, acopió en canon minero más de S/. 8,5 millones, entre el
2007 y el 2011.
La importante suma aparentemente hizo poco por satisfacer
las necesidades de sus habitantes, ya que el 63,4 % vive en pobreza y el 28,4%
en extrema pobreza. Básicamente es el mismo patrón que se repite en casi la
totalidad de distritos de la región minera de Cajamarca. Millones de soles en
recursos, pero al mismo tiempo un alto índice de pobreza similares a los distritos
que reciben muy poco de canon. Hay en todo caso-dentro del propio marco legal-
una desigualdad en cuanto a la distribución del canon o en su defecto, una
falta de criterio para su distribución. Sobre eso volveremos a referirnos
posteriormente.
MINERIA VS. MEDIOAMBIENTE
Para nadie es un secreto que uno de los puntos más
débiles de la minería, es la contaminación del medioambiente que puede generar.
Somos conscientes también que todos, absolutamente todos los países permiten
ciertos grados de contaminación, pero cuyos índices no son nocivos ni lesivos para
el bienestar y la salud de los pobladores. Sin embargo, en nuestro país no es
creíble.
En los últimos 20 años la actividad minera en nuestro
país- me refiero a la minería legal y de grandes proporciones- ha tomado
significativa importancia y es uno de las actividades que mayores fuentes de
trabajo e ingresos al país genera. Basta sólo con decir, que de no aprovecharse
este recurso natural como es la minería, nos traería como consecuencia cifras
nada alentadoras en términos económicamente hablando.
No obstante ello, existen creo yo, errores de criterio en
cuanto a atraer inversión privada y “tirarnos al piso para que venga la
inversión privada” (ojo que quienes me conocen, saben de mi ideología liberal y
por ende que viva la inversión privada). En nuestro país, suceden ambas cosas,
hoy por hoy, seguimos atrayendo más inversión privada, con menos barreras
burocráticas, con mayor impulso a sectores poco explotados anteriormente, eso
es bueno para el país; pero, lastimosamente en materias como la medioambiental,
hemos creído que de poner mucha traba a los proyectos, perderemos grandes
proyectos y ahuyentaremos al inversión privada (compartimos la misma ideología
con Jaime de Althaus, pero no comparto cuando Jaime dice que los ríos producen
mercurio o que el mercurio de los mineros informales contamina más que el de
las grandes minerías) y por lo tanto los grandes proyectos deben ser bien vistos
y aceptados por la población.
Nadie duda que la minería es un recurso importante para
el desarrollo del país, pero eso no quiere decir que se debe hacer a costa de
altos índices de contaminación; pero claro está, eso radica más en saber
negociar (obvio el Estado a través de sus representantes, siempre han sido
desastrosos negociadores), dejamos que el inversionista privado ponga sus
condiciones y nosotros, bajo la leyenda que si no aceptamos se irá, hemos
terminado por generar demasiadas dudas en la población, que hoy tiene el
pretexto perfecto para oponerse a la minería, bajo la bandera de proteger el
medioambiente.
Pero ¿es el medioambiente el principal talón de Aquiles
de la minería? la respuesta es más que obvia, pero tenemos algunas dudas, que
las exponemos, primero, absolutamente nadie- al menos en la dimensión de ahora-
se opone a un proyecto minero antes de su puesta en marcha (salvo Conga), es
más he visto de cerca cuando han habido propuestas de grandes proyectos mineros
y, de lo último que la población se preocupaba era de que se cuide su
medioambiente, pues primero les importaba tener la carretera soñada, las
escuelas que nunca tuvieron, las computadoras con el internet para uso de los
pobladores, las fuentes de empleo que se les dará, entre otros. Claro, antes de
que alguien se preocupe o pregunte por la protección de sus aguas, las empresas
se adelantan y exponen sus famosos proyectos de reforestación (cuando se trata
de tajo abierto), los proyectos de agricultura, ganadería, crianza de vicuñas,
criadero de truchas, por citar las más comunes y las que más importan, pero por
si fuera poco, están las famosas represas de agua, para tranquilidad de la
población. Con ello asunto arreglado, que venga la minería, bienvenida. Las
autoridades y representantes del gobierno sonríen y anuncian el inicio de un
gran proyecto de inversión minera y los famosos cuadros estadísticos y
económicos; total son las cifras las que deben importarnos.
Todo esto que se da no está mal, es más eso nos garantiza
la rentabilidad y los beneficios que tendremos como país, pero lo que no hacen
los representantes del gobierno una vez firmado los acuerdos, es monitorearlos
constantemente, dejan que las cosas marchen solas, que se juegue con la
ignorancia muchas veces de la población, las dudas se empiezan a sembrar entre
los pobladores y nadie del Estado atiende su llamado y aclara sus dudas. Ni qué
decir de la empresa minera, tan sólo salen a decir que todo está bien, pero eso
no termina de convencerlos de todo.
Entonces, allí empieza todo, no tanto porque se está
contaminando el medioambiente, sino porque aunado a las miles de promesas
incumplidas por parte del inversionista privado, hay una falta de respuesta e
intervención del Estado (creo en la inversión privada como lo dije, pero hay
casos en los que el Estado, aun cuando no debe manejar muchos sectores
estatales, si debe intervenir para imponer su autoridad, sea quien sea). Así se
empiezan a advertir los defectos del proyecto, porque no ven obras, porque no
ven producción, porque no ven mejoras en su calidad de vida, porque el pueblo
creció y la delincuencia aumentó, porque nadie compra lo que produzco como
agricultor, en fin una serie se causas- ajenas a la minería-pero que pasan
factura por no saber manejar un buen discurso con respuestas rápidas. Entonces,
que se genera con todo eso, que como para casi todo hay una respuesta, sea la
protección del medioambiente la que termine por ser el arma más letal para
contrarrestar y oponerse a la minería. Lastimosamente, luego de que el pueblo
es escuchado, los gobiernos de turno y sus representantes, terminan por aceptar
que en efecto, hay muchas cosas que deben corregirse y salen los ministros como
el del medioambiente, que en cuando empezó lo de Espinar, parecía más
representante de la empresa minera que un ministro de Estado.
En resumidas cuentas, entendemos el rechazo a la minería
si es que se está contaminando el medioambiente, pero creemos que en realidad
el medioambiente es el pretexto perfecto para ideologizar otras cosas e
intereses y oponerse a la minería. Lastimosamente, se les da cabida con tantas
incongruencias que terminan por demostrar las falencias que se tienen. Peor
cuando aparecen informes como el de Espinar, donde la guapísima Verónika
Mendoza (congresista de la República) sin tener muy en claro si es que los
restos de materiales sólidos en las aguas de los ríos aledaños a la explotación
minera fueran atribuibles a la actividad minera, contribuyen a jugar con la
desesperación de la población y hoy es lo que es, un caos; pero, nada de esto
hubiera pasado si es que todo se tuviese claro desde el inicio.
En Cajamarca pasa lo contrario creo yo, más es el tema
ideológico que el medioambiental el que está en juego, pero a esto se suma la
extrema pobreza en la que viven los pobladores donde se explota la actividad
minera. ¡conga no va! Son las expresiones de algunos, pero con una convicción,
que da que pensar y creer que algo no anda bien en materia medioambiental,
máxime cuando fueron peritos internacionales los que luego de una serie de
recomendaciones, dieron luz verde para que una vez subsanadas las observaciones,
se lleve a cabo este proyecto. Lastimosamente, una vez más la mediocridad de
quienes representan al Estado en este tipo de negociaciones, terminan
demostrando sus debilidades y generan por ende más dudas en cuanto a una
población que- al margen de todo- se preocupa en cierto modo por el
medioambiente, yo que fuera que sepa que no sólo yo sino que mis hijos
consumirán agua contaminada, mandaría al demonio mis pensamientos liberales y
me sumaría a las protestas, pero insisto, este es el “dique” sobre el que se
amparan para oponerse por cuestiones políticas e ideológicas, pues con
subsanaciones y todos ya no quieren minería.
GOYO RESPÓNDEME…
Si se preguntan porque esta rotulación, pues sencillo,
intento comprender lo que proponen los antimineros, sobre todo en Cajamarca y
esa famosa frase: ¡Conga no va! Pues bien, a través del twitter, Goyo escribe
que sigue siendo un éxito el paro y que nadie los derrotará, porque- ya saben
la frasecita- (así es Conga no va). Analizando el panorama, me pregunté: reciben
buena suma por canon minero además de los aportes voluntarios de las mineras y
otros recursos que el departamento posee, ¿por qué está dentro de las
poblaciones más pobres del país? Nos pusimos a revisar cómo están administrando
y ejecutando todo su presupuesto, y vaya si que encontramos que el Gobierno
Regional de Cajamarca a la fecha no ha llegado ni siquiera a ejecutar el 40 %
de su presupuesto, pero claro eso tampoco es de ahora ha sino que incluso las
gestiones anteriores no ejecutaron todo su presupuesto. Si a esto le sumamos la
desigualdad en cuanto a la repartición del canon, pues los lugares más pobres
reciben igual que el lugar menos pobre (recordemos a baños del inca recibe
igual que el propio logar donde se explota la mina). Acá hay una deficiencia
enorme del aparato estatal, por un lado del gobierno central, que no tiene un
mejor criterio para distribuir el canon minero, los gobiernos regionales por no
saber planificar y ejecutar proyectos de gran envergadura (para nadie es un
secreto que cuando quieren hacer algo, siempre buscan que las mineras los
apoyes en la ejecución de los proyectos, cuando no es su responsabilidad), ni
qué decir de los gobiernos locales, que en vez de construir una infraestructura
adecuada para sus pobladores, termina haciendo lozas deportivas y remodelando
plazuelas, con costos demasiado elevados y sin ningún criterio técnico (por
ejemplo, para practicar deporte, primero hay que estar bien alimentados) y
bueno nada de eso se hace, pero claro que importa, total ¡Conga no va!
Con estos antecedentes, leí lo que publicó Goyo en su
cuenta de twitter, y bueno le pregunté, si no quieres mina en tu región y, en
especial en tu ciudad, ¿qué propones entonces? (en alusión a cómo debería
seguir desarrollando Cajamarca). Lo único que hizo fue decirme que existen
cuatro proyectos mineros más que son inviables y que la población los rechaza
(un twittero por ahí se coló y dijo, o sea que –Goyo- ya piensa en seguir con
esto hasta terminar con las empresas mineras). Bueno yo pensé que era el
preámbulo a la respuesta que me iba a dar, pero a la fecha no me responde qué
piensa hacer. Lo bueno de esto, es que fue lo que me animo a escribir estas
líneas; y ojalá algún día me responda, quizá se le hace difícil expresarlo en
140 caracteres.
Y en efecto, la población que lo sigue no se pregunta aun
qué es lo que se espera con el rechazo de la minería, qué propuestas concretas
tiene para su región, cómo hará para producir y generar los ingresos que
Cajamarca por el propio costo de vida que tiene, debe mantener, qué hará para
crear fuentes de trabajo, para sacar de la pobreza a su región, que valgan
verdades con todo lo que pierde de tiempo y llevándosela fácil en cuanto a su
sueldo como presidente regional, hubiera hecho y propuesto muchas cosas para el
desarrollo de su región. Pero nada de eso hace y mientras tanto, la desolación
y la pobreza en su región continúan; cuando no tenga respuestas ni argumentos,
quizá le quede una última alternativa, decir que el gobierno central ha hecho
todo para desprestigiarlo.
No culpemos de todos nuestros males a la minería ni
tampoco rechacemos la inversión privada, al contrario atraigamos más
inversiones, pero en proyectos delicados, basta ya señores presentantes del
gobierno, no se tiren al piso para negociar, y si juegan bajo la mesa, háganlo
bien (disculpen esta expresión, pero hasta para eso suelen ser torpes), piensen
como gerentes, como empresarios, sino dejen que el sector privado se encargue
de ello. Y a la población, aprovechen lo que se les presenta con la inversión
privada y exijan a sus autoridades- como a Goyo- que proponga y ejecute
proyectos de gran envergadura para todos, el medioambiente es muy importante,
su cuidado por supuesto, pero que no pretenda imponer sus ideas, y se dedique
solo a eso descuidando a una población que tiene muchas carencias, o es que
acaso allí si dirá que sea la empresa privada la que debe hacerlo y apoyar.
Si todo esto sigue, pues bien que no invierta más en
minería en Cajamarca ni en ningún otro lado, pero eso sí, vayan preguntándose
señores de los gobiernos locales y regionales que se oponen a esto, bajo el
dique mediambiental, ¿cómo harían para solucionar las demandas de la población?
Después de ello, recién digan que la mina no va…
[1]
A decir de las últimas declaraciones del premier, el Departamento de Cajamarca
ya estaría en segundo lugar entre los departamentos más pobres del país.
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