SOBRE LA POLÉMICA EN TORNO A MOVADEF





Hace poco más o menos un mes atrás, los medios de comunicación tradicionales, correspondientes a la prensa hablada, escrita y televisada, desplegaron, de consuno, una de las actividades para la que en los últimos años se especializaron y que mejor saben hacer: escandalizar morbosamente las consciencias de las gentes para demoler algo o alguien. ¿Con qué fines? Los de siempre, por supuesto. Ya sabemos.



En una nueva versión de las novelas de titulares a las que nos tienen acostumbrados, estos medios pegaron el grito al cielo ni bien supieron que “la terrorista” Lori Berenson había logrado obtener un permiso judicial para viajar a su natal Manhattan y pasar allá la navidad y el año nuevo con su hijo, al lado de sus familiares. El nuevo escándalo, como se buscaba, logró generar la reacción masiva de la [mal] llamada “opinión pública”, la que se volcó a repudiar el acto, motivada sobre todo por pasiones antes que por razones.



En turbamulta, todos, o casi todos los “ciudadanos”, lanzaron mosaicamente la piedra contra la señora Berenson y contra el Poder Judicial. Rasgándose las carnes, inquirieron diciendo “¿cómo es posible que una peligrosísima terrorista salga del país”; desgañitándose en llantos de sobreactuado dolor, mientras cuestionaban de nuevo al órgano jurisdiccional del Estado, lo acusaron de motor y cómplice de la impunidad. Por supuesto que los medios de comunicación tradicionales hicieron eco y seguimiento de todo este “sentimiento nacional”.



Al fin y al cabo, eran ellos quienes habían abierto la caja de Pandora.



Para atizar el fuego, lanzaron la voz de alerta que permitió deslizar la terrorífica idea según la cual era “completamente previsible” que la Berenson jamás regresaría al Perú y que aprovecharía la salida para escapar del país, dejando impago el saldo penitenciario de su deuda contraída con la sociedad peruana; todo, gracias a la “ingenuidad” de los jueces de un Poder Judicial “insensible, deshumanizado y de espaldas al pueblo”.



Y por si fuera poco, lograron que “el presidente de la inclusión social” ordenara a uno de sus procuradores públicos a que formule denuncia penal contra los jueces que otorgaron el permiso a la condenada norteamericana, mientras el Congreso de la República, con la celeridad que el pueblo esperaría también en otros importantes casos, aprobó el miércoles 4 de enero del año nuevo, un proyecto de ley presentado por el Ejecutivo, por el cual se prohíbe la salida de condenados por delito de terrorismo que gocen del beneficio de semi-libertad y libertad condicional, al exterior.Y sin embargo, contra el pronóstico alarmista de los gurúes de la información, el pasado 6 de enero, tal como informara el “moderado y conservador” diario “El Comercio” en escueta nota, la “peligrosísima terrorista del MRTA”, regresó a la jaula en la que purga condena, no por delito de terrorismo, sino por el de “Colaboración”, sutileza jurídico-fáctica que marca una enorme diferencia práctica entre uno y otro concepto y hecho, aunque para el imaginario fértil de la “ciudadanía” nacional, otra vez gracias a esa misma prensa masiva traidicional, la cosa está clara: ¡Lori Berenson es terrorista y punto! Ya antes me he referido sobre el particular; me remito in toto a ese análisis mío.



Al fin de cuentas, Lori Berenson regresó; y hasta regresó seis días antes del término de su plazo de salida. Por supuesto, ninguno de esos medios de comunicación tradicional repicó la noticia del regreso, como sí lo hicieron cuando su orquestada salida.



¿Por qué no noticiaron este hecho los medios de comunicación tradicionales? La razón que motivó el silencio es entendible: el retorno no causa sensación y, más bien por el contrario, desnuda al escandalete, pone de manifiesto la mentira y relieva la venalidad de la noticia inicial.–Es mejor no publicar nada al respecto. ¡Total, se trata de una nauseabunda terrorista! –habrán dicho con gesto de asco y menosprecio por los mortales, los broadcaster y sus epígonos editorialistas en los grandes medios de comunicación tradicionales del país.



Fuera de esta monserga, lo verdaderamente importante es tratar de ver tras la maraña de necedades, por encima del desierto de ideas y más allá de la maleza de vilezas, qué hay detrás de la noticia, es decir, por qué y para qué se dio.Y aunque el capítulo de esta novela es noticia de ayer, las antedichas preguntas de esencia subsisten aún, porque para el periodismo ácrata que sólo reconoce autoridad al capital, al cual sirve –y sinalagmáticamente se sirve de él– con veneración y sumisión, entre nota y nota existe un hilo de continuidad que define la unidad de sus patrañas.



Esta innegable verdad se revela en este preciso momento, cuando el JNE se encuentra ad portas de emitir la resolución que resolverá, en grado, la petición de inscripción al Registro de Organizaciones Políticas que hiciera el año que se fue, el Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales [MOVADEF], órgano de fachada del Partido Comunista del Perú por el Luminoso Sendero de José Carlos Mariátegui, nota que ha estallado como bomba en la cara de los “demócratas” del Perú que sustentan su “autoridad y prestigio” en la [mal] llamada “opinión pública”.



Las voces de estos “demócratas”, entre quienes contamos a Marcos Ibazeta, otrora factótum del intervencionismo en el Poder Judicial que ejecutó la dictadura fujimontesinista a través de la falsa reforma judicial que en los años 90 del siglo pasado comandó José Dellepiane y compañía, y hasta el propio Heduardo a través de su comic impreso en la edición del 12 de enero en Perú21, han dicho que la petición de inscripción del MOVADEF en el registro antedicho sería una vergüenza que no se puede permitir en el Perú, y que, por el contrario, debe ser negada porque el grupo aquél “ostenta una doctrina violentista que enarbola como línea ideológica el marxismo-leninismo-maoísmo pensamiento gonzalo, que va contra la ley, la democracia y el Estado de Derecho”.



No voy a entrar en disquisiciones de orden normativo sobre las “razones jurídicas” que sustentan la primera decisión que denegó la inscripción [y que, eventualmente, podrían confirmar la negativa en la resolución del grado], porque las leguleyadas no ayudan jamás en los análisis sociales, y porque, además, la ley, en un país como el nuestro, y hasta en los “más civilizados” de Occidente, se subordinan siempre a intereses de toda laya, sobre todo económicos y políticos. Por el contrario, desarrollaré mi análisis en otro plano: el de la estrategia político-social, para cuyo efecto quiero partir de un principio supremo del Derecho Constitucional: “la ley es igual para todos”.




Asumiendo el carácter axiomático de dicho principio, no tengo necesidad de demostrar su validez; por lo mismo, fuera de los datos y procesos histórico-constitucionales que definen su configuración, baste precisar que su existencia se inserta en el epicentro de la piedra angular sobre la que se edifica el moderno Estado de Derecho en el mundo civilizado, de tal manera que la existencia de éste depende de la existencia previa de aquél. O dicho de otro modo, sin este principio, no existiría Estado de Derecho alguno. El Perú ha vivido momentos en su historia que han verificado la verdad y validez de esta regla. De ahí la necesidad de su reconocimiento real y no sólo teórico. Pero analicemos el principio, en cuanto a su contenido normativo-proposicional.En él se lee que “la ley es igual para todos”.



El adverbio “todos”, lógicamente, implica a todos los miembros de un universo cualesquiera. Y todos, significa “todos”; no “algunos”. Es preciso relievar esta tautología en este momento cuando la [mal] llamada “opinión pública” reclama segregación para algunos de sus ciudadanos, los que van desde runas y jarimacctas del Ande que asisten a cines “exclusivos”, hasta aquellos que, guiados por pensamientos retorcidos, gestaron una guerra fratricida en el Perú.Pero independientemente de estas peticiones cavernarias, necesitamos recordar que los “terroristas” procesados, condenados y expurgados, también son ciudadanos peruanos. No sé si mejores o peores que otros ciudadanos del país, pero sí sé que son ciudadanos peruanos, al fin y al cabo; y, como tales, también son sujetos de derechos. De manera que nada ni nadie puede negar el ejercicio irrestricto de sus derechos fundamentales y constitucionales, legal y legítimamente ganados por el sólo hecho de ser ciudadanos peruanos.



Contrario sensu, la negación de los mismos, movido por la imposición de criterios ideológicos o intereses de cualquier naturaleza que remueven forzada e interesadamente fantasmas de la historia reciente, o que actúan impulsados por odios epifenoménicos que aún no son debidamente exorcizados de nuestras almas, o que simplemente responden a rechazos promovidos, ni siquiera por la consciencia social [que dicho sea de paso, no madura aún en el Perú], sino por causa de los medios de comunicación tradicionales que nos hacen el gran favor de verificar la verdad del dicho de Camilo José Cela, “mayor siempre es el número de los escandalizables que de los escandalizadores”, en franco usufructo inmoral e ilegítimo de la ignorancia activa, masiva y masificada del pueblo, que evidencia una clamorosa vaciedad de conocimientos, carencia patética de criterio autónomo para razonar y de incapacidad casi absoluta para enjuiciar de verdad, supone el efecto de negación de la ciudadanía; y como regla de transitoriedad lógica se tiene que, negada la ciudadanía por las causas ya referidas, la conclusión final es la progresiva desaparición del Estado de Derecho y su conversión en Estado de la voluntad particular; es decir, el surgimiento de una autocracia o, eventualmente, de una dictadura.Todo esto por el lado formal.



Por el lado estratégico-social, estoy firmemente convencido que al reconocer integral y realistamente los derechos de los integrantes de cualquier movimiento actual o por existir en el Perú, el discurso según el cual, en el lenguaje amodorrado y cuadriculadamente obcecado del senderismo de los años 80, se espetaba que “la guerra se justifica contra el Estado burgués, caduco y reaccionario que reconoce derechos de palabra, pero los niega de hecho”, simplemente se queda sin piso. Se cae.



Dicho en una palabra, sin las “condiciones objetivas y subjetivas” que permitiesen el “desarrollo de las bases ideológicas del partido”, no habría “teoría y práctica revolucionaria”.



Me pongo en el siguiente escenario: el JNE acepta la inscripción del MOVADEF en su Registro de Organizaciones Políticas y comienza su despliegue y accionar político legal. Pienso que, en sus inicios, esta agrupación desarrollaría un discurso agresivo, pseudo-revolucionario y probablemente abiertamente apologético de la “violencia subversiva”. Pero en las actuales condiciones objetivas de vida, pregunto, ¿podría esa semilla convertirse más tarde en un árbol que dé frutos”. Simplemente, no lo creo.



Hoy, nadie que sea razonable quiere, desea ni busca violencia; o al menos, no el tipo de violencia que enarboló y enarbola aún Sendero Luminoso. No sé qué pasará a lo largo de los 30 años que se vienen por delante, porque no soy pitoniso, pero sí sé que hoy no queremos nada semejante.¡Y seamos realistas! A lo largo de los últimos 20 años, Sendero Luminoso y el MRTA han seguido pregonando y desarrollando un “trabajo popular”, en base al antedicho discurso, de captación de militantes y cuadros, en los sindicatos, las organizaciones vecinales, organizaciones de base y en las calles donde eventualmente operan y están presentes.



Basta darse una vuelta por la Plaza San Martín, por ejemplo, los viernes de cada semana a partir de las 05:30 de la tarde para verificarlo. Pero ese discurso, señores, no cuajó, no empató con el pueblo, no maduró en todo este tiempo.Ante al choque del discurso con la realidad, el MOVADEF tendría que estar integrado por dirigentes estúpidos para continuar apostando por teorías envejecidas que, incluso en el cerebro de las más jóvenes generaciones, nace con progeria y se condena per sé al fracaso, a pesar del descontento social y la frustración de miles y miles de chicos y chicas que se insertan, juntamente con cientos de miles de peruanos, a la PEA para enfrentar la dureza de la vida, cotidianamente. En buena cuenta, el otrora explotado “odio de clase”, ya no es tierra de siembra.



Pero como estúpidos no son [Lenin dixi], queda claro que con el pasar inexorable del tiempo, estos dirigentes deberán adecuar sus métodos, discursos y tácticas a las únicas formas políticas que se impondrán a futuro, si quieren sobrevivir. Esas formas son y serán las que corresponden a la democracia que hemos aprendido a querer y defender. La historia del M-19 en Colombia, por ejemplo, ha dado cuenta y lección sobre este proceso que no es nuevo en América Latina.



En suma cuenta, siete veces siete prefiero a Sendero Luminoso inserto en la vida democrática del país, vida democrática que, sin duda alguna, se encargará de destruir naturalmente sus ideologías de muerte, y en cuyo escenario se facilitaría su derrota en cualquier proceso electoral a lo largo de los próximos años, hasta sepultarlo definitivamente; a darle, de un modo sinceramente estúpido, insumos reales y objetivos para avivar su peligroso discurso y convocarlos a replegarse en Los Andes y en la selva para reiniciar una nueva versión de su “guerra popular”, y todo el proceso que el hecho implica, tan sólo por negarle su inserción a la legalidad y libertad que la democracia ofrece.Una negativa en este sentido, llevaría a MOVADEF a preguntarse con legítimo derecho reactivo, si es éste el Estado de la inclusión, de la democracia y de la ley para todos, que pregonan nuestros demócratas.



¿Qué queremos?Si los consejeros del JNE no se dejan influenciar por la [mal] llamada “opinión pública” que los medios de comunicación imponen con estridente ruido de latón en beneficio de sus intereses mezquinos, confío que prime el imperio del razonamiento inteligente, estratégico y democrático que ha caracterizado a los ilustres juristas Elva Greta Minaya Calle, Modesto De Bracamonte Meza y José LuisVelarde Urdanivia, sobre los criterios reaccionarios que exigen sangre y venganza desde la catedral de Lima hasta Conga por el norte, Gregorio Albarracín por el sur y los pueblos más lejanos de la sierra y selva del Perú. Y, por último, no perdamos de vista que al recrear y revivir fantasmas del pasado, donde sólo existen hechos políticos que deben ser enfrentados con inteligencia, se van preparando las condiciones necesarias para desplegar falsos incendios que, de ser creídos masivamente, se corre el riesgo de aceptar la imposición de un nuevo fujimorato, pero sin Fujimori, panacea de la derecha “capaz de acabar con el terrorismo”, pero que en realidad no es sino el telón que oculta y cobija a la corrupción de la derecha, sedienta de hacerse nuevamente del poder, que actúa con la estrategia de resucitar el terror que ya no es amenaza, y que siembra su prensa basura para lograr sus fines criminales. ¿Vamos a ver el futuro de la patria y de su historia con la nuca? ¿Vamos a permitir todo esto por desidia y escasez de inteligencia?



Giovanni Sartori ha explicado con claridad, profusión y precisión sin par, que la sociedad de nuestros días es una sociedad que está convencida que la realidad es obra de la caja boba –y por extensión, de los demás medios de comunicación tradicionales–, lo cual la convierte en una tele-sociedad, cuyos hombres dejan de ser seres humanos y se convierten en simples homo videns. Los programas y teleseries de la TV –como los que abundan cual detritus en nuestro medio– presentan como valores juveniles de hoy el placer, el culto al cuerpo, el goce y la falta de esfuerzo; sus protagonistas, por natural añadidura, presentan, en general, una falta de cultura manifiesta, pero aún así “son exitosos”.



A esto que los medios de comunicación tradicionales llaman progresismo, Sartre le llamaba ya hace poco más de 30 años, con justicia verdadera, proceso de estupidización. En el marco de este proceso de despliegue de la estupidización mundial y nacional que impone la reacción con sus armas mediáticas, repito, ¿vamos a permitir esto? Es hora de tomar las riendas de la historia; de no hacerlo, la suma de los miedos no será MOVADEF, sino la neoesclavización que se viene gestando desde el sector de la actual forma de [des]culturización social.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Los mismos teoricos de siempre en su torre de marfil, por eso es que un regimen abiertamente democratico hace posible la aparicion d estos mounstruos senderistas,,, el Estado debe hacer todo lo que tenga a su alcance para frenar estos excesos ideologicos. saludos.
marco guevara
Anónimo ha dicho que…
He visto el blog del autor y es un pro terruco, lo menos que podiamos esperar con sus afirmaciones temerarias: dejar que sendero se re agrupe es sencillamente una ESTUPIDEZ!! Gianina V.
Anónimo ha dicho que…
EN LO QUE SI ESTAMOS DE ACUERDO CON EL ANALISTA ES EN LA MANIPULACION DE ALGUNOS MEDIOS CUANDO NOS QUIEREN VENDER ESCANDALO PARA VENDER, ANTES QUE RAZONES PARA QUE UNO SE FORME SU PROPIA OPINION. JUANCA Z.
Anónimo ha dicho que…
lamentable jc el terrorismo se vale incluso de ingenuos que abogan por ellos a veces sin proponerselo... luego nos soprendemos de su avanzada entre los peruanos. alto a las injusticias y la mediocridad. FUERA LOS TERRUCOS ASOLAPADOS. Faustino Rivera T.
Anónimo ha dicho que…
¿Pro terruco? Pobrecita esta señorita (o señora) Gianina V. Ella es tan elemental que ni siquiera su apellido puede publicar. Es la demostración de cómo es que a través de internet se puede disparar impunemente, sin argumentar nada. ¡Muy bien profesor Pacheco! Quienes lo conocemos bien sabemos que usted es un demócrata a carta cabal. Y la democracia implica incluir A TODOS. Incluso las más estúpidas personas como esa Gianina V.
"Pro terruco"... ¡pobrecita!
Anónimo ha dicho que…
¿Pro terruco? Pobrecita esta señorita (o señora) Gianina V. Ella es tan elemental que ni siquiera su apellido puede publicar. Es la demostración de cómo es que a través de internet se puede disparar impunemente, sin argumentar nada. ¡Muy bien profesor Pacheco! Quienes lo conocemos bien sabemos que usted es un demócrata a carta cabal. Y la democracia implica incluir A TODOS. Incluso las más estúpidas personas como esa Gianina V.
"Pro terruco"... ¡pobrecita! Paúl Sánchez Verde
Anónimo ha dicho que…
El problema de internet es que cualquier persona, ilustrada o no, sapiente o ignorante, puede dar apreciaciones sabias o acribillar, atropellando el lenguaje y a las personas, de modo impune. Es la democracia vulgar de nuestros tiempos.
Profesor Pacheco, no comparto todos sus puntos de vista, pero sí puedo decir que usted es un demócrata a carta cabal y enemigo del terrorismo. Lo único temerario en usted es seguir creyendo en la democracia, a pesar de gente como "Gianina V.". Saguenny Uriarte.
Viento ha dicho que…
Excelente escrito profesor, muy buen análisis, y soluciones inteligentes, pero desde luego que aquel que no haya leído tanto a Adam Smith como a Marx, diría en su ignorante opinión es un "pro-terruco". Acabar a Movadef debilitado y solo a lucha de ideas, es así que verdaderamente se asfixia y mata una ideología política, y fortalece la verdadera democracia popular, sin la necesidad de recurrir a la tv basura o buscar la "paz social". Hablan de terrorismo, y lo mismo el actual Ministro Urresti, ministro de paso que manda operativos con malos abogados para redactar denuncias, tipificarlas o motivarlas de forma correcta, pero al gobierno le conviene decir que los abogados y jueces de la operación "Perseo" no fueron malos profesionales, sino "pro-terrucos" porque hay más escándalo, y para cualquier gobierno de turno le es fácil remover jueces, pero nadie habla que solo hemos aumentado en PBI de educación un 0.5% que rodea los 4 millones, siendo todavía una cantidad ridícula para salir de la crisis educativa básica y superior. Y los requisitos de las democracias liberales justamente para neocolizar-esclavizar sociedades son: decir que el terrorismo no se va del país "todavía" + tv basura. Y así económicamente seguiremos siendo un país donde el PEA sigue dependiendo laboralmente del sector terciario, donde se sigue mercantilizando la seguridad social, sin ser un país industrializado. Eso me hace recordar al joven que murió en Ferguson-EE.UU, por un disparo de un policía, y que la policía no dio explicación y ordenaron Estado de Emergencia en la zona donde vive el joven, para que los pobladores de esa zona no sigan protestando. Como diría Domingo Garcia Belaúnde: "El derecho tarde o temprano tiende a ideologizarse", y de ello no hay ningún temor, el único temor es quedarnos sin buena educación como país, y sin buen sistema laboral, principales factores de ocasionar guerras, conflictos sociales, etc. Saludos profesor.

Entradas populares