UN SHERIFF QUE SE LAS TRAE

En Estados Unidos (Arizona, condado de Maricopa) hay un señor que se llama Joe Arpaio, y es conocido como el sheriff más implacable del mundo. Por su éxito en la lucha contra el crimen y por sus ideas sobre la forma en que debe tratarse a los delincuentes en las cárceles, viene siendo reelegido abrumadoramente desde 1992.
¿Y qué es lo que habrá hecho este señor para que millones ciudadanos lo respalden tan decididamente? He aquí su fórmula. En primer lugar, ha establecido que el que no trabaja no come. En segundo lugar, ha suprimido las naranjadas, los dulces y el café (porque no alimentan y son un dispendio de los impuestos de los contribuyentes). En tercer lugar, ha prohibido fumar, ha retirado los aparatos de levantamiento de pesas, ha cortado todo espectáculo cinematográfico y ha incautado toda la pornografía.
Por supuesto que los presos, sus abogados y algunos medios de prensa protestaron; pero él respondió que sus cárceles no son hoteles, "si no les gusta, no vuelvan; total, nadie los invitó". Cuando una Corte Federal le ordenó restituir la televisión por cable; obedeció, pero sólo puso dos canales, uno de dibujos animados y otro sobre el clima, para que sepan cómo será el tiempo cuando salgan a trabajar.
En el 2006 le presentaron un presupuesto de varias decenas de millones de dólares para construir cuatro nuevas prisiones, pero él redujo el costo a menos de medio millón de dólares, creando campamentos-prisiones cercados por alambradas de púa. De aquí salen sus famosas cuadrillas de reos encadenados para trabajar en proyectos de la ciudad (Tyson fue uno de sus "clientes"). Los reos han recibido el respaldo de Amnistía Internacional y otras organizaciones de DDHH que afirman que las carpas son un horno y que es inhumano tratarlos así.
Pero Joe Arpaio ni se inmuta. "Los criminales –dice- deben ser castigados por sus crímenes, no vivir a todo confort hasta que les llegue la libertad condicional, sólo para que salgan a cometer más crímenes y volver para vivir a costas del contribuyente y disfrutar de cosas que ni los mismos ciudadanos tienen para sí".En un país como el Perú, donde los delincuentes y los terroristas tienen más derechos que los ciudadanos, policías y soldados, que bien nos vendría un sistema penitenciario como el de Joe Arpaio.

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