EL DOCTOR MUERTE SE MURIÓ





Falleció el Dr. Jack Kevorkian conocido como el "doctor muerte". Su memoria pasará a la historia por haber considerado la eutanasia como un derecho para los enfermos terminales, además de haberla practicado con 130 pacientes. Kevorkian nos dejó una fuerte corriente publicitaria y jurídica que reclama el derecho a una muerte digna, sin dolor ni sufrimiento. ¿Qué decir al respecto? Respetando la conciencia de cada persona y los condicionamientos psicológicos, hay que aclarar que los discapacitados en su amplísima mayoría no quieren morirse ni se consideran a sí mismos como indignos de vivir.


Es improcedente legislar desde algún caso extremo. La eutanasia es un homicidio porque pone en práctica acciones u omisiones cuya intención es provocar la muerte. Esto es moralmente inaceptable porque viola la Ley de Dios al matar deliberadamente a una persona. En cambio es lícito ofrecer calmantes aunque abrevien la vida del enfermo o el renunciar a terapias desproporcionadas (ensañamiento terapéutico) que retrasan forzadamente la muerte a costa del sufrimiento del moribundo.


La muerte no debe ser causada ni retrasada absurdamente sino aceptada con fe y esperanza. La verdadera piedad no es la que quita la vida, sino la que la cuida hasta su final natural. La Santísima Trinidad es una solemnidad que nos abre al don de la vida como fruto del amor. Dios es amor y la creación como la vida de cada ser humano es fruto del amor trinitario. El amor engendra vida y en este día hay que valorarla, defenderla y proclamarla. ¿Imaginemos por un momento que algún tribunal llegase a legitimar la eutanasia? Se daría inicio a una intolerable presión moral sobre los ancianos, los discapacitados o incapacitados y sobre todos aquellos que pudieran sentirse como una carga para los familiares o para la sociedad.


Sentirían la presión de someterse a la eutanasia porque ya no producen, porque se han convertido en un estorbo. Además de que los fuertes pueden fácilmente manipular a los débiles para orillarlos a tomar esa decisión. Muchas veces se tilda la fe o la religión como algo inútil, pero a mi modo de ver gracias a ella la sociedad mantiene unos principios morales que custodia el valor de la vida a pesar de los embates de la cultura de la muerte que lucha por imponerse.


Sólo la fe en Dios me ayuda a afrontar el presente con esperanza, aunque a veces sea tan fatigoso como el de cuidar a un enfermo. La vida deja de ser un fardo y se convierte en un hermoso reto cuando se tiene esperanza. Sólo cuando el futuro es cierto, se hace llevadero el presente. El cristiano es el hombre que debe estar dispuesto a dar razón de su esperanza.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
amigs justo estoy haciendo una tesis sobre este tema y sus implicancias juridicas para la sociedad y terceros. Los pondre como pie de pagina citando fuete muchachos. thanks,. Mua
Anónimo ha dicho que…
OIE ESTA BUENA ESA JOYITA DE LA ENTREVISTA AL CHATO, GENIAL... ESE CHATO OJALA REGRESE A LA TV PARA DARLE DURO A LOS POLITICASTREOS. A. BOCANEGRA

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