RECUERDOS DEL FUTURO

Por Uri Ben Schmuel
Lima, junio de 2051.- El líder Ollanta Humala Tasso y el presidente Samín Humala Heredia encabezaron la clausura del Congreso del gobernante Partido Nacional-Socialista Bolivariano, que aprobó un plan de reformas para ‘salvar’ el socialismo con la actualización del modelo económico. Ollanta, de 89 años, vestido con ropa deportiva, fue ayudado a llegar a la presidencia de la ceremonia y ocupó el asiento que normalmente tenía al lado de su hijo Samín, de 41 años, quien vestía el tradicional polo rojo.
Tras sonar el himno bolivariano, se dio lectura a un mensaje enviado al Congreso por el presidente vitalicio de Venezuela, el centenario Hugo Chávez, quien celebró la realización del cónclave y la conmemoración del 40 aniversario de la victoria nacionalista en la segunda vuelta del 2011, año en que se celebraron las últimas elecciones libres en Perú.
En las últimas semanas, Ollanta Humala no había asistido a ninguna de las sesiones del Congreso del Partido Nacional-Socialista Bolivariano, el único autorizado a funcionar en Perú, pero publicó un artículo en el diario oficial “El Andino”, en el que dijo haber seguido de cerca los debates y aconsejó a la militancia ser “modelo de dirigentes modestos, estudiosos e incansables luchadores por el socialismo”.
A su juicio, “superar el sistema de producción capitalista” es “un difícil desafío en la época bárbara de las sociedades de consumo”, pero esa es la meta. Dicho esto, pidió a “la nueva generación” de peruanos que fuesen capaces de “rectificar y cambiar sin vacilación todo lo que debe ser rectificado y cambiado”.
El artículo del ex mandatario, apartado del poder desde hace dos meses, en que transfirió la presidencia a su hijo, se publicó el mismo día en que los 1.000 delegados del Congreso terminaron el trabajo en comisiones y votaron la elección de un nuevo Comité Central. También aprobaron los Lineamientos de la Política Económica y Social, el documento programático de más de 300 puntos que servirá de plataforma para la transformación gradual del modelo económico en Perú.
Los temas debatidos durante las dos primeras sesiones del Congreso abarcaron los asuntos más diversos. Hubo algunos relevantes, como la marcha del proceso de entrega del 63% de tierras ociosas del Estado a los campesinos privados, debido a que se considera la producción de alimentos un problema de seguridad nacional.
La reforma tributaria, la unificación monetaria o la política crediticia de los bancos estatales hacia los trabajadores por cuenta propia –una novedad–, también fue debatida, pero junto a estos temas se abordaron otros cuando menos chocantes para ser tratados en un Congreso, como el de la reparación de las ollas arroceras y eléctricas repartidas a la población o la “venta liberada” del queroseno y otros “combustibles domésticos” a los peruanos.
La reforma tributaria, la unificación monetaria o la política crediticia de los bancos estatales hacia los trabajadores por cuenta propia –una novedad–, también fue debatida, pero junto a estos temas se abordaron otros cuando menos chocantes para ser tratados en un Congreso, como el de la reparación de las ollas arroceras y eléctricas repartidas a la población o la “venta liberada” del queroseno y otros “combustibles domésticos” a los peruanos.
Así, se busca modernizar una economía golpeada por una crisis de liquidez y cuya aplicación preocupa a los peruanos, acostumbrados por décadas a cartillas de racionamiento y a transacciones controladas.
Algunas medidas, como el recorte de subsidios de alimentos que los Humala han considerado una “carga insoportable” para la economía, han sido recibidas con preocupación por los peruanos, que deben subsistir con bajos salarios y escasas calorías. Entre las reformas aprobadas también está la reducción gradual de más de ocho millones de empleos estatales, la expansión del escaso sector privado y cooperativo y el recorte de subsidios de larga data.
Otra reforma respalda una tímida apertura de las inversiones extranjeras y mayor autonomía para unas 6,000 empresas estatales que han resultado ineficientes por décadas.
En un crítico discurso en la apertura del Congreso, Samín Humala dijo que resultaba una “vergüenza” que la cúpula en el poder desde la revolución de 2011 no haya podido garantizar su propio reemplazo. Eso fue interpretado por los analistas extranjeros como una velada crítica a los nonagenarios ministros de Economía, Kurt Burneo, y del Interior, Javier Diez-Canseco. Este último no ha ocultado su oposición a la excarcelación, por razones humanitarias, del ex presidente Alan García (102 años) y de otros cinco mil presos políticos, que exigen gobiernos europeos y Estados Unidos para levantar el bloqueo al Perú.
Humala Heredia también dijo que su Gobierno buscaría mejorar la vida de los peruanos y ha criticado el exceso de paternalismo reinante por cuatro décadas. No obstante, remarcó que su plan de reformas, encaminadas a modernizar la economía, se efectuará sin apartarse “demasiado” de la planificación y sin “renegar” del modelo nacional-socialista.
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