EL ROLLO DE GARCÍA


Envío de Manuel Antonio Ledesma

Por César Hildebrant

El rollo de Alan Gar­cía es muy claro. Ha orde­nado a todos sus fran­co­ti­ra­do­res que apun­ten a la cabeza de Toledo. A mí me parece que Toledo es un hom­bre de lo más dis­cu­ti­ble. No me gusta su hablar y, a veces, su pen­sar. No me place que sea un hom­bre tan ape­gado al sis­tema que nos está matando.

Pero ahora que Gar­cía quiere des­truirlo por­que teme que Toledo le saque las por­que­rías come­ti­das, tengo ganas de salir en defensa de este hom­bre que alguna vez, en el Melody, mos­tró parte de sus huma­ní­si­mos mise­rias. Y que, aliado con PPK, tuvo la cochina debi­li­dad de abo­narle más de 20 millo­nes de soles a Baruch Ivcher como pago, entre otras cosas, por mi des­pido de Canal 2.

El rollo de Gar­cía es demos­trar­les a todos que él, en efecto, puede impe­dir que alguien que no le gusta lle­gue a la presidencia.

Ese alguien ya no es Humala, lejos ahora de la pre­ten­sión que casi alcanza en el 2006. Ese alguien es Toledo.

Y no es que Toledo sea un “anti­sis­tema”. Es que Toledo puede man­dar a la cár­cel a Gar­cía. Eso es, por lo menos, lo que Gar­cía teme.

Como se sabe, Gar­cía sus­trajo gran­des sumas de dinero público y pri­vado entre 1985 y 1990. Jamás tra­bajó –excep­ción hecha de la defensa de un narco, tal como demos­tra­mos hace algu­nos años– pero acabó su ges­tión en con­di­ción de varias veces millo­na­rio. Debió ser enjui­ciado y con­de­nado pero tuvo la suerte de ser per­se­guido por la dic­ta­dura sinies­tra de Fuji­mori, el hom­bre que él inventó en una suite coquera del hotel Crillón.

Fuji­mori, como todo Fran­kens­tein, quiso matar a su crea­dor. Pero su crea­dor escapó por los techos, dejando a su mujer y a sus hijos a expen­sas de la bar­ba­rie.

Gar­cía esperó lar­gos años. Todos los que reque­ría la figura de la pres­crip­ción. La obtuvo gra­cias a un renovado pacto con Fuji­mori y Mon­te­si­nos.

Y vol­vió a la polí­tica. Y recaudó todo lo que pudo —y pudo mucho– de los mine­ros, los ban­que­ros, sus ami­gos chi­le­nos, sus com­pa­dres bra­si­le­ños, los nar­cos encu­bier­tos. Pero per­dió las elec­cio­nes del 2001. Y eso es algo que no le per­do­nará a Toledo.

Cinco años des­pués, le robó –es un hábito inexo­ra­ble– unos miles de votos deci­si­vos a la pas­mada Lour­des Flo­res y llegó a la segunda vuelta. Derrotó a Humala por­que Humala dio miedo y Gar­cía, aun­que daba náu­seas, ofrecía un “cam­bio tran­quilo y sin sobresaltos”.

No hubo nin­gún cam­bio, por supuesto. Para empe­zar, muchos apris­tas siguie­ron empe­ña­dos en múl­ti­ples latro­ci­nios, con su jefe a la cabeza.

Y ahora el miedo es que venga alguien que no “esté tra­ba­jado”. Ese es Toledo, el cuco de Gar­cía, el enemigo que hay que liquidar.

Y aquí entra el sicariato.

El asunto es calen­tar el pozo sép­tico y meter allí rumo­res, analo­gías, paren­tes­cos de ter­cera, archi­vos de socia­les, flash­ba­cks, coin­ci­den­cias. Luego todo eso se revuelve y se aliña con salsa sici­liana. Y se escribe con esa prosa car­gada de pun­tos sus­pen­si­vos y alu­sio­nes “sig­ni­fi­ca­ti­vas”. ¡La prosa de Ren­dón es una ver­sión inteligente!

Y luego, el paquete se lanza, como una gra­nada de piña.

Ese día, Gar­cía, que lo ha orga­ni­zado todo, habla como esta­dista y razona como prín­cipe sobre asun­tos subli­mes: la pobreza que hay que com­ba­tir, la edu­ca­ción que hay que levan­tar, la inclu­sión que debe continuar.

Las cova­chas aplau­den. Gar­cía sigue siendo el saquea­dor que habla como Roo­se­velt, cons­pira como Beria y mata como Gambino.

Lo que no recuer­dan sus sol­da­dos de for­tuna es lo que no les con­viene mencionar.

Por ejem­plo, que los espo­sos Alan Gar­cía y Pilar Nores ven­die­ron en el 2003 una camio­neta Nis­san Fron­tier a la fami­lia Sán­chez Pare­des. Y se la ven­die­ron, usada, y con un recargo de 4.000 dóla­res res­pecto del pre­cio ori­gi­nal. Reci­bie­ron 22,000 dóla­res por la rápida operación.

Tam­poco qui­sie­ran recor­dar que Beli­sa­rio Este­ves, el gerente gene­ral de la com­pa­ñía Alta Tec­no­lo­gía e Inver­sión Minera y Meta­lúr­gica S.A., la que com­pró la camio­neta pre­si­den­cial, era una per­sona muy pró­xima al clan Sán­chez Pare­des y fue vice­mi­nis­tro de Comer­cio durante el pri­mer gobierno de Gar­cía.El mismo año en el que Alan Gar­cía ven­dió con sobre­pre­cio esa camio­neta, una empresa del hijo de Luis Nava, secre­ta­rio y recau­da­dor pre­si­den­cial, trans­portó en varias oca­sio­nes insu­mos quí­mi­cos a COMARSA, una de las com­pa­ñías mine­ras de los Sán­chez Paredes.

Esa com­pa­ñía de carga se llama “Trans­por­tes Don Reyna” y su gerente gene­ral es José Anto­nio Nava, hijito de Luis Nava. Esa empresa trans­por­tista aca­rreó, por lo menos en nueve opor­tu­ni­da­des, varias tone­la­das de diverso mate­rial hacia la mina Angas­marca, en La Libertad.

El 18 de marzo del 2003 la Com­pa­ñía de Explo­ra­cio­nes Alga­marca S.A. regis­tró en la SUNARP el pri­mer direc­to­rio bajo el con­trol de los Sán­chez Pare­des. Como pre­si­dente fue desig­nado Wál­ter Val­dez Muñoz y como direc­to­res Jesús Este­ves y el abo­gado Hum­berto Abanto, quien tam­bién fue nom­brado gerente gene­ral. En el 2001 Abanto fue ase­sor de la Comi­sión de Eco­no­mía del Con­greso, cuando Luis Alva Cas­tro era su pre­si­dente. En el 2006, Abanto fue ase­sor de la Comi­sión de Pre­su­puesto del Con­greso, tam­bién pre­si­dida por Alva Castro.

Todos estos datos fue­ron obte­ni­dos por Gus­tavo Gorriti y Sheila Díaz y jamás fue­ron desmentidos.

En rela­ción a la corrup­ción, en gene­ral, las noti­cias que seña­lan a Gar­cía y a los suyos son inagotables.

El 26 de julio del año 2007, Rómulo León envió este correo elec­tró­nico a su jefe For­tu­nato Canáan: “Esta noche irá a cenar a mi casa Luis Nava. Ajus­ta­re­mos con él algu­nas cosas…”. Y el 18 de octu­bre del 2007, el mismo León a Canáan: “11 de octu­bre, Pala­cio de Gobierno. Reunión con el Dr. Luis Nava. El sus­crito entregó cinco impor­tan­tes docu­men­tos al Dr. Nava…”.

Y el 21 de diciem­bre, mismo remi­tente y mismo des­ti­na­ta­rio: “Por ini­cia­tiva de Luis Nava ayer nos reuni­mos con el nuevo minis­tro Her­nán Garrido Lecca y se le trans­mi­tió la volun­tad del Pre­si­dente de con­tar con Fortluck (la empresa de Canáan, nota de C.H.) para la cons­truc­ción de hospitales…”.

En otro men­saje, León Ale­gría le anun­cia a Canáan que, para la cons­ti­tu­ción de la empresa filial que pla­nean, hará uso del estu­dio de abo­ga­dos de “una per­sona que resulta clave para nues­tros supe­rio­res obje­ti­vos”. Ese estu­dio, como se pudo com­pro­bar des­pués, es el que apa­rece en los regis­tros públi­cos como “Nava y Huesa abo­ga­dos”, pro­pie­dad, por mayo­ría de accio­nes, del doc­tor Luis Nava Gui­bert, secre­ta­rio de la Pre­si­den­cia de la Repú­blica. Quien se encargó de redac­tar los docu­men­tos fue espe­cí­fi­ca­mente el doc­tor Eduardo León, que figura como aso­ciado de ese estudio.

Cuando la Comi­sión del Con­greso le pre­guntó a Nava por qué había inter­ce­dido de modo tan activo en la con­cer­ta­ción de la cita entre el minis­tro de Salud, Car­los Valle­jos, y el domi­ni­cano For­tu­nato Canáan, el con­de­co­rado secre­ta­rio dijo que se habla limi­tado a cum­plir órde­nes. Y cuando le pre­gun­ta­ron a qué órde­nes se refe­ría, señaló que se tra­taba de direc­ti­vas del pro­pio pre­si­dente de la Repú­blica, “intere­sado en que la cons­truc­ción de hos­pi­ta­les mar­chara lo más rápi­da­mente posible”.

Y esto para no hablar de Taboada, Gam­betta. Olmos. Trans­o­ceá­nica, puerto de Paita, temas todos judi­cia­li­za­bles cuando lle­gue la hora de la fumi­ga­ción. Nece­si­ta­ría­mos varias edi­cio­nes para ocu­par­nos de la podre­dum­bre que emana de este gobierno.

Lo triste es ver la deses­pe­ra­ción con que los súb­di­tos de Gar­cía en cierta prensa ofi­cian de fuerza de cho­que. Sobre todo si se con­si­dera el silen­cio que guar­da­ron, con devo­ción y dis­ci­plina, durante estos últi­mos cinco años.

Comentarios

Entradas populares