HUMANIDADES, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Por Guillermo G. Guerra. Abogado

Los debates educativos respecto a la idónea metodología para conseguir los mejores resultados son una constante en la actividad educativa entre el memorismo o la comprensión, entre el dirigismo o la apertura a la iniciativa, entre la presión y la motivación; es decir una serie de teorías y de técnicas que discurren en la historia de la pedagogía y se recepcionan en cada tiempo por los responsables de los diseños de políticas educativas desde los gobiernos a las instituciones, es decir de lo macro a lo micro.

Lo cierto es que seleccionada la metodología ésta sólo es posible de traducir a la práctica en una combinación de adecuación de capacidades y voluntades de los actores, como de los ambientes y medios logísticos; pues la inexistencia de uno de ellos lleva a la mera declaración de propósitos y, simplemente, a repetir lo que se viene haciendo, cambiando sólo los papeles. En el Perú hemos discurrido por las diversas metodologías y cada generación tiene como mala la que se le aplica a la generación que le sigue, añorando los viejos tiempos y los viejos métodos. El asunto es que el mundo se mueve y se requiere una inteligente adecuación a los cambios del entorno natural y social.

Sería mezquino no reconocer que en la gestión del Ministro Eugenio Chang, Rector de la Universidad San Martín de Porras, se alcanzaron importantes logros en materia de la educación cuya administración le correspondió, tratando de impulsar fortalezas en los operadores y la necesaria disciplina para la consecución de resultados.

Humanismo y profesionalismo

En realidad este binomio nos pone al frente del fin y del medio. El Humanismo hace referencia a que la persona humana es el centro del universo y, por ende, la dinámica del hombre en su actividad de sus potenciales y de las disposiciones de los bienes dela naturaleza y de su creatividad debe estar puesta al servicio del fin. La profesión, es decir la realización de la vocación, sólo podrá ser eficiente si el profesional va más allá de las indicaciones de la ciencia y de la tecnología y pone ésta a disposición del fin y esto sólo es posible haciendo del profesional, cualquiera fuere su nivel, una persona culta y sensible, capaz de tomar conciencia de la ética que ha de anteponer en su actividad. Surge aquí el asunto de los valores, problemática compleja que integra familia, educación y sociedad.

Educación Superior

Desde la década del 60 era una constante uno o dos años previos a los estudios propiamente de la profesión seleccionada y en este periodo se procuraba una formación en materias generales de humanidades y de ciencias. Así, en Derecho en el curso de los dos primeros años se llevaban cursos de Biología, Psicología, Historias del Perú y Universal, Antropología, Ciencia del Lenguaje Literatura Peruana y Universal, entre otros. Para medicina eran 2 años previos y 1 para Odontología. En la década del 70 surge la teoría de los Estudios Generales que, en otros sistemas se denominan Estudios Universales. Desgraciadamente, en el caso peruano, algo lógico que no se pretendió con el sistema concentrado; sino con el sistema oblicuo, sufrió una serie de ataques, motivados desde distintos predios “políticos” que hizo que la idea central se distorsionara. Se trataba de adjudicar créditos a las actividades deportivas, artísticas y de sensibilización ética, en el contexto de una administración especial, incluyendo el conocimiento de la propia universidad: su historia y la razón de su nombre.

Sello Institucional

Sin este sector de actividades formativas, el profesional universitario, es decir el académico, no se explica y se pone en riesgo el ejercicio eficiente que la sociedad espera de él. Vale destacar el esfuerzo que viene haciendo la Universidad Privada Antenor Orrego (Upao) para la formación de la sensibilización del futuro profesionista con cursos organizados en el área de “actividades formativas” las que se introdujeron hace ya algunos años como “Sello educativo institucional”. Las Escuelas profesionales las incluyen en sus currículos y esto predispone la actitud para entender la razón misma de las disciplinas científicas y las técnicas que importan a su especialidad. Esto es lo que da como resultado un profesional culto y con sensibilidad hacia el prójimo y motiva el espíritu de cuerpo y es lo que espera la sociedad de un profesional egresado de la Upao.