DE GUATEMALA A GUATEPEOR


Por Fritz Du Bois

Cada cinco años, los peruanos decimos que el Congreso que está terminando ha sido el más desastroso de los que recordamos y que no hay manera alguna que el siguiente Parlamento pueda ser tan malo.

Cada cinco años, los peruanos nos llevamos la desagradable sorpresa que todavía no hemos tocado el fondo político y el nuevo Congreso que hemos elegido resulta ser aun peor que el anterior.

Debemos confesar que teníamos la esperanza de que en esta ocasión la elección al Parlamento pudiera resultar un verdadero cambio. Sin embargo, no se ha producido una renovación de cuadros y las listas que los partidos nos están presentando son, básicamente, más de lo mismo.

Pero con un agravante, las pocas caras nuevas parecen concentrarse en figuras deportivas o miembros de la farándula con el evidente objetivo de aprovechar su popularidad, pero es poco probable que con ellos la labor legislativa vaya a mejorar. Es una lástima que los partidos hayan desperdiciado esta oportunidad para tratar de renovar un Congreso que está tan desacreditado.

Por otro lado, es alarmante el intento de retorno al Parlamento de tantos cuestionables personajes que solo dejaron escándalo o anonimato en su anterior paso por el Legislativo, pero que nunca aportaron. Uno tiene la sensación de que se está creando un nuevo estrato, una suerte de lumpen político conformado por todos aquellos que solo pueden vivir del Estado, ya que son absolutamente incapaces de producir adecuadamente en el mercado.

Felizmente el voto preferencial fue respetado, se imagina, lector, si solo tendría la posibilidad de seleccionar el partido y no al candidato individual, estaría obligado a regalarle su voto al primero en la lista. Incluso, de haberse dado el caso, creo que hubiera terminado votando en blanco.

Más bien, como se ha mantenido el derecho del ciudadano a poder escoger y ante la pobreza generalizada de las listas partidarias, el electorado podría realizar lo que las cúpulas no han llevado a cabo. Una selección exhaustiva entre los aspirantes a base de su capacidad para tratar de identificar a los que estén más preparados.

Para lograrlo debemos de dar a conocer a la población toda la información sobre la vida de los candidatos. Capaz de esa manera se logre encontrar un número suficiente de ellos que tengan capacidad, lo cual nos permitiría aspirar a reformar a ese devaluado poder del Estado. (Peru.21)

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