CUANDO LA TRADICIÓN EMPIEZA A DEJARSE DE LADO


LA ESENCIA DE LA MARINERA

Por Jorge Cedrón


La marinera es una manifestación de cortejo y amor. Una pareja se encuentra, se atrae, inicia el galanteo, para finalmente sucumbir ante el amor. Esto es lo que todos deben transmitir. De no hacerlo, no estarían demostrando lo que verdaderamente representa nuestro baile nacional.

Como contexto cultural e histórico, basta indicar que existen diferentes estilos de bailar la marinera en la costa, sierra y selva del país. Todos ellos responden a una sola cadencia o ritmo. Fue la recordada compositora Rosa Mercedes Ayarza la encargada a los 13 años de edad (en 1894), de pasar al pentagrama la primera marinera bautizada como tal, hoy conocida como "La concheperla".

Toda reunión social debería iniciarse con nuestro baile nacional. La marinera limeña ha sabido conservar su baile tradicional, así como la marinera de la sierra; sin embargo, la marinera norteña ha variado sus formas perdiendo así su tradicional expresión.

No veo hoy que las parejas se enamoren al bailar, no es la esencia de la nueva forma del baile norteño. Los bailarines se preocupan más en lucirse y por lo tanto no están transmitiendo lo básico del baile. El pañuelo debe llevarse con elegancia y no batirse como lo hacen en la cueca. Debemos mantener nuestra individualidad y no imitar estilos ajenos a nuestra realidad nacional. El pañuelo parece una batidora cuando debe de ser un arma para enamorar a la pareja. El sombrero debe llevarse colocado sobre la cabeza y el caballero solo quitárselo como cortesía hacia la dama.

Es triste ver cómo se reduce la prestancia de la vestimenta al ver a las damas bailar sin zapatos. En Moche y en el campo este es el estilo y hay que respetar. ¿Pero las señoritas de la ciudad, van a sus fiestas sin zapatos? ¿Por qué nuestro baile nacional se baila sin zapatos? Resulta muy feo y desagradable que las concursantes aparezcan sin zapatos con los dedos llenos de esparadrapo.

Las faldas se utilizan más de lo debido, imitando algunos bailes caribeños. Los hombres se tiran al piso, dan brincos y hacen malabares con las piernas, poco les falta para dar volantines. Hacen no se qué artificio con los pies como si fuera una escobilla a mil por hora. No, señores, nuestro baile nacional es mucho más sutil y debemos procurar conservarlo.

Las parejas poco se miran y más bien están preocupadas de ver al público o mirar el pañuelo. Grave error, el pañuelo se lleva en la mano para adornar a la mujer y ellas para corresponder la cortesía del hombre. Si continuamos con la tendencia actual, poco tiempo pasará y tendremos a malabaristas y contorsionistas dando alarde de proezas dignas de un circo.

Cada vez se exigen cambios para demostrar la destreza personal, se les pide a las bandas tocar la marinera a mayor velocidad, como si fuera una carrera de caballos. ¿Cómo pueden apreciarse el compás y la correcta evolución de los pies si la música va a cien por hora?

Las academias, los jurados y los organizadores de concursos deben corregir estas tendencias que pronto terminarán por convertir nuestro baile nacional en una burda imitación de otros bailes y en la pérdida de nuestra identidad. Lo que se baila en el norte actualmente debería llamarse 'fantasía de la marinera'. Estoy de acuerdo con que es espectacular y que todo peruano debería ir a disfrutarlo, pero debemos rescatar la autenticidad detrás de nuestras tradiciones.

Aprovecho estas líneas para proponer al Gobierno la creación del día de la marinera y así dar un justo homenaje a nuestro baile nacional, orgullo del Perú. (Fuente: El Comercio)

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
ha le leido en otra parte el art. y le doy toda la razón, la marinera ha sucumbido a la mercadotecnia y los fuegos artificiales, lo peor es que sus organizaores no se dan cuentan, o no quieren darse cuenta, que con el paso de los años esta tendencia será irreversible, con el perjucio para nuestro baile y tradición. Saludos, Mayra Barriga

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