QUE ALAN PIDA DISCULPAS


Envío de Mariana Torres

Por Federico Salazar
El Presidente de la República ha sido acusado de abofetear a un voluntario de Essalud, Richard Gálvez. Él dice que no fue. El voluntario insiste en que sí, así como varios testigos.

El hecho tiene que aclararse de manera taxativa. Se trata del primer mandatario. Sobre todo, porque anteriormente García ya agredió con un fuerte puntapié a Jesús Lora, a quien luego pidió disculpas.
Dice el jefe del Estado que sólo increpó a Gálvez. Agrega que lo hizo porque estaba con su hija y que no podía permitir que lo insulten. Le había gritado “corrupto”.

El Presidente tendrá que revisar qué tipo de educación quiere mostrar como ejemplar a los peruanos. Cada vez que alguien increpe algo a otra persona, ¿debe esta responder con otra agresión verbal o física?

¿Y por qué se ofende Alan García? ¿Porque le dicen “corrupto”?

El presidente García se libró una acusación sobre desbalance patrimonial debido a una prescripción. Quien obtiene ese beneficio y no demuestra en los tribunales su inocencia se somete a opiniones diversas.

Esos son los riesgos de la política. Para el presidente García, sin embargo, eso se debe a la prensa. Los medios, sostiene, contribuyen “a que a los políticos los paren insultando en la calle”.

No es así, y García lo sabe. En la reciente campaña municipal no he escuchado del público ningún grito de “corrupta” contra Susana Villarán o Lourdes Flores. No escuché nunca ese adjetivo referido a Fernando Belaunde o a Mario Vargas Llosa.

Los medios reproducen lo que dice la gente. Parece que al jefe del Estado le molesta que haya gente que lo considere corrupto.
La indignación, obviamente, no debe tenerla contra los medios y ni siquiera contra los ciudadanos que tengan esa opinión. La indignación debe tenerla contra él mismo, que no ha sido capaz de usar su gran capacidad de persuasión para convencer a todos de su pulcritud en la actuación pública.

No estoy de acuerdo en que se insulte a nadie. Creo, sin embargo, que los políticos no pueden ofenderse con lo que la gente dice. La razón es sencilla: ellos piden el favor de los ciudadanos, la opinión de la gente, para acceder al poder. Ellos son los servidores de la gente.

El presidente García no debe ofuscarse. No debe insultar (y mucho menos golpear) a ningún ciudadano. Tampoco debe usar a su hija de escudo moral o de coartada mediática.
Si quiere estar en política, el Presidente debe saber someterse a la opinión de la gente. Debe ofrecer disculpas por el incidente.Hay que recuperar la civilidad. Lo de Alan García va en sentido contrario.

Comentarios

Entradas populares