AL FINAL DE LA CALLE

Envío de Manuel Antonio Ledesma
Por Beto Ortíz
Tras 12 años como editor de "Somos", narrador de culto Oscar Malca fue despedido intempestivamente de "El Comercio" por la que podría ser, de lejos, la más estúpida de la razones para echar a la calle a un periodista.
"¿Por qué me despiden?" -preguntaba un atónito Malca, la tarde del viernes 9."Tú sabes por qué" -le habría respondido, ofuscado, el ilustrísimo don Francisco Miró Quesada, luego de lo cual lo envió a los siempre escalofriantes aposentos del Supremo Asesor Hugo Guerra quien, al parecer, le habría revelado, primero, la razón oficial de su abusiva expulsión para, sólo minutos después confesarle el verdadero motivo.
Por Beto Ortíz
Tras 12 años como editor de "Somos", narrador de culto Oscar Malca fue despedido intempestivamente de "El Comercio" por la que podría ser, de lejos, la más estúpida de la razones para echar a la calle a un periodista.
"¿Por qué me despiden?" -preguntaba un atónito Malca, la tarde del viernes 9."Tú sabes por qué" -le habría respondido, ofuscado, el ilustrísimo don Francisco Miró Quesada, luego de lo cual lo envió a los siempre escalofriantes aposentos del Supremo Asesor Hugo Guerra quien, al parecer, le habría revelado, primero, la razón oficial de su abusiva expulsión para, sólo minutos después confesarle el verdadero motivo.
¿La razón oficial? Al informar sobre el escándalo de los abusos sexuales comnetidos por curas católicos, "Somos" había incurrido en falta contra la línea editorial (¿les suena?) y los principios rectores del prístino heraldo de la independencia y la veracidad.
¿La razón verdadera? En la edición de "Somos" de la semana pasada, más exactamente en la muy glamorosa y codiciada sección "Circo beat" Malca había osado incluir una foto de periodista Fernando Ampuero quien es, por lo demás, uno de los más antiguos inquilinos de las páginas del jet-set limeño.
¿Y dónde está el gravísimo pecado?
Bueno, como bien recordarán, antes de que accediera al cargo el siempre sorprendente Miguel Ramírez-, Fernando Ampuero fue el Jefe de la Unidad de Investigación del decano y dirigió la pesquisa del cada vez más entrampado caso de los petro audios.
Como suele ocurrir en nuestro querido Perú, tamaño logro periodístico no le deparó a Fernando una medalla al coraje sino que, más bien, le costó la cabeza.
Y no sólo a él sino también al director fundador de Perú.21, Augusto Alvarez Rodrich y a Pablo O´Brien, entre otros.
Como puede verse, Ampuero era poco menos que el Anticristo para los actuales mandamases y encabezaba, pues, la temida lista negra de los innombrables muertos civiles de "El Comercio", lista ésta que a tantos peruanos nos enaltece -y también nos divierte- integrar.
Pero, ¿se imaginan ustedes razón más increíblemente idiota para defenestrar a un editor con doce años en el cargo?
¿Se imaginan? ¿Qué clase de paranoia ridícula -o de apolillado aserrín- tiene que haber dentro de esas cabezas de fardo funerario de Paracas?
¿En qué parte del mundo se despide a un periodista por un foto de sociales?Only in Perú. Una inocua instantánea de Ampuero riéndose a carcajadas al lado de su guapa novia Soledad Cunliffe ha sido "infracción" suficiente para expectorar de un solo puntapié en el tafanario al celebrado autor de "Ciudad de M", el ya legendario Sigfrido Letal. Pero, ¿qué se habrán creído estos momios inquisidores? ¿Los aristocráticos viejecitos del Monopoly? ¿Los patrones abusivos de la chacra?
Nosotros nuevamente protestamos.
Mientras todos los demás se sigan haciendo los cojinovas, seguiremos protestando.
¡Abajo los decrépìtos centinelas de la mentira!
¡Abajo!
¡Abajo Los Abuelos de la Nada!
¡Abajo, siempre abajo!
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