CANCERBEROS

Por Willy Quevedo
La pésima política carcelaria del primer gobierno de Alan García se recuerda por la fuga de los terroristas del MRTA del penal de Canto Grande en julio de 1990 y el genocidio perpetrado en los penales de El Fronton y Lurigancho en junio de 1986.
A la fecha, los ministros de Justicia apristas han cambiado 7 veces de jefe del Instituto Nacional Penitenciario, INPE. El penúltimo funcionario duro 3 dias. Es un contralmirante retirado denunciado por violacion a sus hijos.
Miguel Gonzales del Río fue jefe del INPE. Hoy, esta detenido en el Penal San Jorge acusado de agredir sexualmente a un menor.
El modelo de television Arnie Hussid relato en su libro "Dinero fácil " que sobornó con 1800 dólares al alcaide del penal de Lurigancho por ingresar a su perro y dormir solo en un cuarto.
El ex congresista Beto Kouri tambien cuenta en su texto "Más allá del error" que pagó al custodio del penal San Jorge para que le entregue una copia de la llave de su celda.
Asimismo, Magaly Medina narra en sus memorias que en el penal Santa Mónica podía sacarle la vuelta al reglamento aceitando a la alcaidesa.
Para ser cancerbero se requiere alma de tirano. Detentan un gran poder. De ellos depende la vida de miles de internos y a su vez son el símbolo del Estado en sus pequeños reinos. A medida que pasan los meses de detención, los presos concentran su odio en los alcaides y les echan la culpa de todos sus problemas.
Contribuye a la infeliz imagen de los alcaides, el hacinamiento, la pésima alimentacion y las requisas que incrementan con frecuencia el botín.
La corrupcion de los alcaides es directamente proporcional al tiempo de permanencia. Todos los días toman decisiones negociando con lo peor de la sociedad. La delincuencia contagia.
Por consiguiente, cotidianamente los vigilantes violan las normas demostrando que dentro de los muros, ellos son la ley.
El reciente asesinato del director del Penal Castro Castro es un típico ajuste de cuentas. Sin embargo, ha contribuido a este horroroso desenlace, la nula gestión penitenciaria del segundo mandato aprista.
Es increible que Alan, habiendo sufrido la detención de su padre Carlos García Ronceros, quien estuvo en el Penal El Sexto durante 5 años, no se haya ocupado de reformar las prisiones.
Otra tarea pendiente que debera ser acometida por el próximo gobierno.
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