DIALOGOS DESDE EL INFIERNO ENTRE VILLA STEIN Y YO

Por Fernando O´phelan

Tenía que clausurar el Congreso de jueces en Piura, debía criticar la acidez de Luis Pásara, pero dije Luis Távara. Obtuve una risotada. Como siempre me puse rojo, pensé que era el colofón de mi torpeza, pero hoy, a pesar de asistir a todas la ceremonias militares de segundo orden justo hoy me humillaron de nuevo.


Esta historia (story no history) empezó hace tres años, sentado en casa a las once de la noche viendo el programa de Cecilia Valenzuela. La joven Alexa Velez presentó un informe sobre mi salud mental. Era obvio que ya no sería Presidente del Poder Judicial esa vez, y la verdad tarde o temprano un informe como el de la Universidad del Pacífico tenía que salir a la luz. En mi cabeza el nombre de Francisco Távara quedaría para una futura venganza en plato frio, lo hice mi amigo, mi mentor, es más, lo hice mi jefe de campaña y usé a Duberlie como mi escudero.

Logré que Távara me ponga a disposición su equipo, el oficial y el oculto. Logré limpiar mi imagen de fujimorista y autoritario. Aprendí en solo dos meses todas las palabras correctas sobre Reforma Judicial, incluso un idiota me trajo a Lima para cenar al líder de las cortes supremas de América Latina, que en dos horas me explicó las claves del cargo y me puso a disposición la cooperación judicial internacional.

Como es obvio yo también tuve un equipo oculto. Usé a un grupo de técnicos, luego conocidos por los de la 460. Gente que me diagnosticó lo real de la corrupción en la gerencia general, las cortes superiores y me hizo una lista que presentaron en power point de lo que debía hacer un Presidente Judicial honesto. Agarré el insumo y lo fusioné con la propuesta del equipo oscuro. Llegué a usar tanto a Távara que incluso fue él mismo quien me llevaba a ver al Presidente de la República cada vez que era convocado.

Gane la votación . Esa tarde cambié la celebración del chifa al salón del Country Club. Unos tenores, piano y violín. Nadie se daba cuenta de mi plan. En la noche en casa. Los políticos entre ellos Ollanta Humala, varios nacionalistas, apristas y los de siempre estaban a mi alrededor, el primer paso ya estaba dado.

El diario El Comercio se encargó de golpear a la mala, eso me sirvió para depurar al grupo técnico de los honestos, mientras colocaba a un jefe de gabinete lobista, mantenía a un gerente general muy cuestionado y a la jefa de protocolo (quizás lo único cuerdo en ese momento). He cambiado de jefe de gabinete cuatro veces y la verdad lo que haga no me importa. He contratado varios amigos desempleados del colegio (salvo Bringas, a ninguno le importa el Poder Judicial). No hay billete del Banco Mundial así que Nelson Shack no es relevante por ahora, solo lo usé para crear un Consejo Consultivo que no me interesa consultar.

Tengo dos asesores claves y viejos amigos: Carlos Eslava y Luis Gomez Cornejo Rotalde. Los uso como compartimientos estancos, incluso los hago enfrentarse y desconfiar el uno del otro. La distribución a los medios de información del caso petroaudios es la prueba de ello.

Me he comportado en los últimos meses como un político, un politicazo, casi un Donayre II, he declarado en todos lados menos en Lima limón y en Magaly . Uso el tema de la justicia de paz para hacerme conocido en segmentos muy específicos. Casi no he convocado a salas plenas en la Corte Suprema. He delegado el control administrativo en Hugo Suero, he proyectado mis viajes gracias al apoyo de Ana María Miranda y he montado un servicio de inteligencia interno para mantener el control, en particular telefónico y de mails, aunque ya no todos me son leales.

Sin embargo, entre mi proyecto político y la venganza, lo segundo tuvo que primar. Al regresar de Washington decidí activar lo que esperé por tres años: Destruir la imagen de hombre honesto de Francisco Távara: había que filtrar información a la prensa, preparar la celada como bien dice mi enemigo, aunque tuviese que quemar también al joven Jorge Solís.

Logré sincronizar todo. Mientras mi imagen salía en tv en un recuadro, en el otro aparecía el interrogado Távara con tres carátulas encima. No logré que la televisión lanzara la información el domingo en la noche. Organicé una improvisada sala plena, alisté una conferencia de prensa, todo –todo- estaba preparado para enterrar a Távara y Solís. Solo que me equivoqué en algo.

La indignación de Távara en cámaras no estaba prevista, me vi colérico y alguien logró que todos los supremos estén frente a un televisor: Evidencie que esto era una guerra personal.

La sala plena parecía como las duchas del colegio en la secundaria, todos desnudos y yo tirando el jabón al centro para que alguien lo recoja, nadie quiso hacerlo. Ya me lo había advertido Cesar San Martin días antes, no quise hacerle caso. Nadie me quiso apoyar en el linchamiento planeado.

Lo demás es historia conocida. El tema se me escapo de las manos. Hasta FOP cree que denunciar lo de Alas Peruanas es un acierto pero no de este modo, peor si yo me he reunido con ese rector el año pasado en un restaurant de Lima para pedirle el apoyo de sus contactos políticos, o si mi hijo ha sido catedrático allí, o peor aun, si yo mismo autoricé el viaje y no revisé que el truco no está en los juicios de Alas Peruanas sino en los personajes del extraño entorno empresarial que tiene esa corporación .

Ahora soy yo: El viaje a Paris ha sido infausto para Távara y Solís pero ha sido fatídico para Villa Stein. Hasta el Presidente de la República tiene relación con esa Universidad. La audiencia en el Consejo Nacional de la Magistratura dejó desnudo a Villa Stein La denuncia de Francisco Távara sobre la aparición de una acusación constitucional cocinada por un asesor de Villa Stein sigue mostrando que estamos ante una conspiración que quiso mostrarse como una iniciativa de moralidad. El objetivo ha sido adverso. La olla que destapó Villa Stein muchos la tratan de cerrar a la fuerza. El tema ahora está libre sin control y las represalias contra Villa Stein todavía no terminan. Después de Allison, la carrera política de Villa Stein resultó también la más corta.

Le hice una apuesta a un importante conductor de un programa de TV que visitó a Villa Stein hace unos días. Le aposté un almuerzo en Scena que este señor no haría nada por tocar a la mafia que le da soporte al actual Presidente de la Corte superior de Lima. Mi amigo de la TV tenía la esperanza que lo del viaje a París era el inicio de un gran cambio en el Poder Judicial y que de aquí en adelante los temas candentes serían abordados por el liderazgo de Javier Villa Stein. Debo confesar que ese liderazgo existió y empezó a terminar con la risotada de Piura. Mi amigo me debe el almuerzo.

Me puede costar caro escribir esto, pero Villa Stein sabe muy bien quién soy y lo que pienso, su entorno lo sabe y he tratado de decirle por todos los medios que este momento llegaría. El decidió tomar otra opción. Sin embargo, es un hombre de inteligencia superior, sabe que las cosas han tomado un nuevo giro y que fue él mismo y su actual equipo los que lo llevaron a éste fracaso. Ni modo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
NO SE COMO DADN CABIDA A ESE PATA EN EL BLOG. CUANDO TRABAJABA EN LIMA NADIE LO PASABA EN LA CORTE, POR SOBON, ES UN LOBBYSTA PROFESIONAL Y SE VENDE A BUEN POSTOR. EN LA RED PUEDEN ENCONTRAR ALGO DE EL. SALUDOS ww.

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