CAPULLANAS


Por Willy Quevedo

Esta semana un estudio sobre las disfunciones sexuales de la mujer latinoamericana arrojó como resultado que las damas más contentas en la intimidad son las de Cartagena de Indias en Colombia, y Piura en el Perú. Las feminas con más problemas en la cama están en Quito y Montevideo.


Los sintomas más frecuentes son: sequedad vaginal y el dolor en pleno coito.


Resulta curioso además que, de las mujeres que no han tenido sexo durante los últimos 12 meses, 7 de cada 10 (68,2%) están casadas, mientras que el resto están separadas (22%), viudas (4,3%), viven con su pareja (3,3%) o permanecen solteras (2,3%).


Pero ¿a qué se debe que las piuranas sean tan ardientes ?


Al comienzo me resistí a esta revelación. Estaba convencido que las charapas eran las peruanas con más apetito amatorio. Prueba de ello es la notable novela " La Casa Verde " de Mario Vargas Llosa, que deja claro como la selvática Bonifacia es seductora, fragil y codiciada, mientras que la piurana Chunga es machona y temida.


Sin embargo, es muy conocido el encuentro entre Francisco Pizarro y las capullanas en 1528. Cerca al puerto de Paita, el conquistador recibió un agasajo de la cacica Susi Cunti. El capitán Pedro Halcón se enamoró perdidamente de ella e intento quedarse pero se lo llevaron a la fuerza.


Las diferentes derrotas sufridas a manos de chimús, incas y españoles obligó a los jefes tallanes a ceder su autoridad al miembro más cercano de su linaje apareciendo el matriarcado como una alternativa de sucesión.


Las capullanas eran las “señoras de la infidelidad”, se casaban como querían porque al no contentarlas el marido lo desechaban y se enlazaban con otro. El día de la boda, el nuevo esposo se sentaba junto a la novia y se hacia una gran fiesta. El cornudo era también invitado pero arrinconado, sentado en el suelo llorando su desventura, sin que nadie le diese un vaso de agua al pobre.


Con estos antecedentes empiezo a dudar. Además, el culto al señor de Ayabaca, la fe a las huaringas, un bocado de seco de chabelo, un tiradito de cabrilla con limón de Chulucanas, la chicha en poto, un coctel de algarrobina, el ritmo de tondero y la ensenada de Colán transforman a cualquier mortal en rendido admirador de la piuranidad.


Definitivamente, la abstinencia sexual se cura visitando las tierras mojadas por el río Chira y secadas por las arenas del Sechura.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
OIGAN CUANDO HABLAN DE SEXO POR FIN EL BLOG SE PONE SABROSOS JAJAJA.

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