REPÚBLICA DE MIGRANTES

Por Dante Ramos de Rosas
A ver les cuento. Resulta que Katy, mi hija, estudia en el colegio Carmelitas y tuvo un incidente común con un par de amiguitas que por un hecho x le dijeron: “Raterita migrante!
Dado el caso debo contar que Katy nació en Trujillo. Hasta aquí fin del sonoro ruido verbal.
En voz alta pienso que los resentidos de todo pelaje no están solo en los conos o en la sierra. Pululan en las mentes de urbanos habitantes del Perú, de alto vuelo en ingresos y demas. Si hasta mi padre, de extracción media en sus ingresos, con formacion de abogado, siempre ha repetido festivamente o no, esta frase: “serranos de mierda!”.
Yo no sé si desde pequeño sufrió los obstáculos puestos por ese sector geográfico migracional o si le quitaron una o varias novias o si le quitaron un puesto laboral. No lo sé. Pero lo que sí sé es que personalmente no he introyectado tamaña frase sin racional lógica y menos la he transmitido a mis hijos o circulo de amigos.
Lo curioso de este incidente con Katy es que al preguntarle por los apellidos de las niñas dueñas de tamaño verbo de exclusión me dateo que responden a los apellidos Arguedas – imposible dejar de pensar en el escritor perito en poblaciones andinas – y en el vascuense Guedes.
La incidencia vasca en el ande Ayacuchano es clarísima -cuando examinamos los vínculos de la filología como origen de las palabras o raiz etimológica de las mismas- de la zona de Vizcatán pensamos en la region de Vizcaya propia del país vasco proclive a nacionalismos y autonomías y ultraviolento.
Sendero Luminoso se nutrió de esos odios enfermizos raciales y protagonizó un racismo al revés soportando en sus filas a universitarios de primer ciclo o de menos formación educativa o cultural; pero qué decir de los padres de alumnos de un colegio más que medio como el Carmelitas.
Significa que el país esta jodido, invertido. En su cúpula de gregarismos pre lógicos o de rituales cavernarios mágicos o brujeriles o esotéricos. La cuestión clave es que al margen de potencias economicistas hay fisuras internas en lo sicológico en esos padres y ello incide gravemente en las proles.
Si no hay guerra ideológica en academias, universidades y colegios estamos nuevamente perdidos ante sendero o lo que sea. Ese verbalismo de naderías racistas navega sin irse, es nubarrón torpe ante costeñas migrantes desde aquel norte donde el pizarrismo hispano inició esto que llamamos Perú.
A ver les cuento. Resulta que Katy, mi hija, estudia en el colegio Carmelitas y tuvo un incidente común con un par de amiguitas que por un hecho x le dijeron: “Raterita migrante!
Dado el caso debo contar que Katy nació en Trujillo. Hasta aquí fin del sonoro ruido verbal.
En voz alta pienso que los resentidos de todo pelaje no están solo en los conos o en la sierra. Pululan en las mentes de urbanos habitantes del Perú, de alto vuelo en ingresos y demas. Si hasta mi padre, de extracción media en sus ingresos, con formacion de abogado, siempre ha repetido festivamente o no, esta frase: “serranos de mierda!”.
Yo no sé si desde pequeño sufrió los obstáculos puestos por ese sector geográfico migracional o si le quitaron una o varias novias o si le quitaron un puesto laboral. No lo sé. Pero lo que sí sé es que personalmente no he introyectado tamaña frase sin racional lógica y menos la he transmitido a mis hijos o circulo de amigos.
Lo curioso de este incidente con Katy es que al preguntarle por los apellidos de las niñas dueñas de tamaño verbo de exclusión me dateo que responden a los apellidos Arguedas – imposible dejar de pensar en el escritor perito en poblaciones andinas – y en el vascuense Guedes.
La incidencia vasca en el ande Ayacuchano es clarísima -cuando examinamos los vínculos de la filología como origen de las palabras o raiz etimológica de las mismas- de la zona de Vizcatán pensamos en la region de Vizcaya propia del país vasco proclive a nacionalismos y autonomías y ultraviolento.
Sendero Luminoso se nutrió de esos odios enfermizos raciales y protagonizó un racismo al revés soportando en sus filas a universitarios de primer ciclo o de menos formación educativa o cultural; pero qué decir de los padres de alumnos de un colegio más que medio como el Carmelitas.
Significa que el país esta jodido, invertido. En su cúpula de gregarismos pre lógicos o de rituales cavernarios mágicos o brujeriles o esotéricos. La cuestión clave es que al margen de potencias economicistas hay fisuras internas en lo sicológico en esos padres y ello incide gravemente en las proles.
Si no hay guerra ideológica en academias, universidades y colegios estamos nuevamente perdidos ante sendero o lo que sea. Ese verbalismo de naderías racistas navega sin irse, es nubarrón torpe ante costeñas migrantes desde aquel norte donde el pizarrismo hispano inició esto que llamamos Perú.
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