GRAN MEMORIA

Octavio Paz fue en su juventud comunista. Como de primeras piedras el ser humano no vive, más tarde el poeta mexicano se volvió liberal y amigo de Mario Vargas Llosa. Del comunismo le quedaron las ganas de ser orgánico y fundó la revista literaria “Vuelta”. Un amigo, regresando de México, se trajo esa revista que repartian en los vuelos. Es una revista de peso mundial.
Agnes Heller, amiga izquierdista de Mario, y filosofa europea autora de ese magnifico libro llamado “La satisfacción de las necesidades radicales” –que reta mentalmente a todos los que se creen izquierdistas creativos o pulidos– escribió en dicha revista un articulo titulado “Memoria y responsabilidad” que resumo asi:
Cuando Caín mató a Abel y Dios le preguntó “dónde está tu hermano?”, Cain le respondió: “Acaso soy dueño de mi hermano para saber qué hace?”. Esa respuesta le da pie a la Heller para reflexionar acerca de la responsabilidad oculta o revelada del ser humano frente a sus crimenes o delitos. Heller escribió este articulo en la decada del ‘90 cuando Yugoslavia temblaba bajo limpiezas étnicas y los que cometían estos actos o se hacían los sordos o se evadían olímpicamente bajo sinrazones para justificar sus crímenes atroces.
Mario Vargas Llosa cuando asumió la jefatura de la Comision investigadora de los sucesos de Uchuraccay, en la cual resultaron muertos 8 periodistas fue ácidamente criticado y cuando evacuó su reporte fue triturado por la izquierda del diario de Marka y La República. En su libro “El pez en el agua” cuenta que tanta ofensiva en su contra fue disculpada por la viuda de Jorge Sedano de La República, que se acercó en plena campaña para decirle que ella no estaba detrás de los ataques de Página Libre ni de La Republica en su contra.
Hoy Vargas Llosa ha sido retado por la nación que desea memoriar lo que sucedió en la guerra civil contra Sendero Luminoso. Personalmente he visto la exposicion Yuyanapaq en el sexto piso del museo de la nación y la visión es sobrecogedora. Hay videos. Hay fotos gigantescas de la guerra. Reconozco que hay mas presencia senderista en el sentido de que sus audacias y ausencia de límites contra la población son más fuertes que la de las fuerzas regulares. De pronto falta visionar lo que significó Cayara, Aucayacu, etc., donde las fuerzas armadas atacaron sin compasión a la población andina o los rastrillajes en asentamientos humanos en ciudades costeras.
Hoy sabemos que no hay solo dos versiones de la guerra. Por un lado la exhibicion de Sendero en “La boca del lobo” de Lombardi a partir de la version de un soldado rebelde contra los abusos de un oficial traumado por la guerra. Algo así como las locuras del coronel Kurtz en “Apocalipsis now”, de Ford Coppola. De otra parte el alegato promilitar de “Vidas paralelas”, financiada por la universidad Alas Peruanas, que tiene capitales de militares retirados de fuerzas armadas y policiales. Obligadamente debemos colocar en ese museo de la memoria lo que representa “La teta asustada”, que es la respuesta lúdica y autónoma del espiritu andino femenino contra los abusos de las fuerzas bélicas enfrentadas. Porque ambas fuerzas violaron mujeres y quizás hombres o niños. Eso es lo que muchos no dicen.
Es digno de rescate lo que dice Marta Meir Miroquesada, directora de El Comercio, ecologista y ex congresista fujimorista sobre los ataques de Sendero y el MRTA a más de 500 gays asesinados a machetazos y dinamitazos a lo largo del conflicto armado. Asi lo señala ella en su articulo “Las gardenias y otros crimenes” (21 de marzo del 2009).
Mario Vargas Llosa estará a la altura de su misión histórica, estoy seguro. No será un liberal inorgánico. Es una de las personalidades peruanas más organizadas y obreras que se conocen. Con un horario establecido para trabajar sus escritos y sus demonios. Esta vez tendrá que lidiar con los demonios del pasado, de una memoria que hay que preservar. Que invite a un filósofo senderista como Jose Lora Cam, catedrático en la Universidad San Agustin de Arequipa o al filósofo Gustavo Benitez de la UNT, que alentó al MRTA en su momento, que invite a los catedráticos filosenderistas de la universidad de Ciencias y Humanidades, que invite a la Legión Cáceres para que den su versión grafica y audiovisual. Que invite a Pablo Macera o a Luis Lumbreras. O al artista Ricardo Wiesse o a los teatristas de Yuyaskani para las puestas en escena. O al fascista de Fernán Altuve para que de su versión fallida o no sobre lo que su memoria le arroja como verdad.
Eso es hacer un trabajo plural. Y se estará satisfaciendo la necesidad radical y única de no olvidar. Es decir de ser yuya. De recordar. Para aprender y no repetirnos.

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