YO AMO MI VIVIENDA

Por Dante Ramos de Rosas
El gobierno ha dado una ley para expropiar terrenos invadidos y legitimar a los ocupantes como virtuales dueños de lo invadido, sea propiedad estatal o privada.
Detrás de ellos está la presión de constructoras e inmobiliarias que pretenden construir allí viviendas de interés social a precios baratos. El furor de la construccion proveniente desde el ámbito privado acalla los derechos de los intereses privados.
Es curioso cómo una clase se enfrenta con su propia clase. Signo que la fragmentación en el Perú está dada hace tiempo tanto así que un mismo sector ideológico está superdividido. Parece izquierda unida de los ochentas.
La semana pasada el Ministro de economia declaró que el Estado no va a devolver el monto del Fonavi. Todo ese monto será empleado para pagar los justiprecios de las expropiaciones. O por lo menos una gran parte de esa deuda irá a pagar los justiprecios.
Lo que el estado debe hacer en lugar de reforzar los cordones de periferia urbana ya saturados es colonizar desiertos. Allí no tendría que pagar nada a nadie y estaría creando ciudades intermedias en lugar de insistir con ciudades de costos indexados de transporte, salud y servicios diversos.
El otro item geográfico que queda, si el tema es tener tierras para los más desfavorecidos, es colonizar tanto terreno en la selva: Allí los recursos estan más a la mano. Al contrario del desierto, en la selva sobra el agua, frutales, etc.
Otro tema es el debate ideológico que no lo agitan los liberales ya que la propiedad privada y sus derechos son el puntal de las ideas liberales. Todo está sin mecha, como apagado. Es tanto el poder inmobiliario que aplatana toda boca, todo pensamiento. Ufff…
En los liberales parece haber flojera de ideas y sobre todo capacidad de preveer qué diablos va a pasar después de esta medida alanista. ¿Tal vez intervenir los bancos? ¿Ojo que mundialmente está de moda, eh? Seguramente. Pero sepan que Vargas Llosa padre ya no va a salvar a nadie. Tal vez el hijo se venga.
Otra opción es tomar un avión camino al aeropuerto y fugar a Miami con lo quede de las expropiaciones.
A ver si pensamos y organizamos masas. Son 5 mil firmas para pararle la mano al gobierno.
El gobierno ha dado una ley para expropiar terrenos invadidos y legitimar a los ocupantes como virtuales dueños de lo invadido, sea propiedad estatal o privada.
Detrás de ellos está la presión de constructoras e inmobiliarias que pretenden construir allí viviendas de interés social a precios baratos. El furor de la construccion proveniente desde el ámbito privado acalla los derechos de los intereses privados.
Es curioso cómo una clase se enfrenta con su propia clase. Signo que la fragmentación en el Perú está dada hace tiempo tanto así que un mismo sector ideológico está superdividido. Parece izquierda unida de los ochentas.
La semana pasada el Ministro de economia declaró que el Estado no va a devolver el monto del Fonavi. Todo ese monto será empleado para pagar los justiprecios de las expropiaciones. O por lo menos una gran parte de esa deuda irá a pagar los justiprecios.
Lo que el estado debe hacer en lugar de reforzar los cordones de periferia urbana ya saturados es colonizar desiertos. Allí no tendría que pagar nada a nadie y estaría creando ciudades intermedias en lugar de insistir con ciudades de costos indexados de transporte, salud y servicios diversos.
El otro item geográfico que queda, si el tema es tener tierras para los más desfavorecidos, es colonizar tanto terreno en la selva: Allí los recursos estan más a la mano. Al contrario del desierto, en la selva sobra el agua, frutales, etc.
Otro tema es el debate ideológico que no lo agitan los liberales ya que la propiedad privada y sus derechos son el puntal de las ideas liberales. Todo está sin mecha, como apagado. Es tanto el poder inmobiliario que aplatana toda boca, todo pensamiento. Ufff…
En los liberales parece haber flojera de ideas y sobre todo capacidad de preveer qué diablos va a pasar después de esta medida alanista. ¿Tal vez intervenir los bancos? ¿Ojo que mundialmente está de moda, eh? Seguramente. Pero sepan que Vargas Llosa padre ya no va a salvar a nadie. Tal vez el hijo se venga.
Otra opción es tomar un avión camino al aeropuerto y fugar a Miami con lo quede de las expropiaciones.
A ver si pensamos y organizamos masas. Son 5 mil firmas para pararle la mano al gobierno.
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