UN ESTADO RECAUDADOR GOBERNADO POR UN LACAYO

Envío de R. Alvarado

Con motivo de lanzar el sistema de servicio telefónico de la SUNAT al público y promover el pago del impuesto a la renta 2008, el presidente Alan García hizo una defensa cerrada del Estado recaudador que administra y atacó a “los habitantes” que no “pagan impuestos para así convertirse en ciudadanos”.

Su discurso estuvo dirigido a justificar la política recaudadora del Estado peruano, de exonerar a los grandes grupos de poder económico, especialmente minero, y gravar y perseguir a la pequeña y microempresa.

Fue tan grotesco que, comparó al ciudadano que no paga impuesto con el narcotraficante que lleva droga dentro de su organismo, para evadir el control policial.

García increpó a “los habitantes” y los pequeños y microempresarios que no pagan impuestos, pero que sí exigen servicios al Estado, ocultando que quienes no pagan impuestos son las grandes empresas beneficiadas con las inafectaciones y exoneraciones. Política recaudadora instalada por el régimen delincuencial de Fujimori, que lo ha mantenido el gobierno de Toledo y el suyo.

“Olvida” Alan García, que los dos tercios del presupuesto nacional de la República lo cubre el ingreso por impuesto general a las ventas (IGV), que lo pagan los consumidores finales, que en su mayoría lo componen “los habitantes” (trabajadores, pequeños y microempresarios), como despectivamente los llama.

García Pérez, pretende que el pueblo trabajador pague impuesto a la renta, mientras que sus amigotes y socios no pagan impuestos a sus utilidades, menos regalías, como el caso de la minera Barrick Misquichilca en nuestra región; que se da el lujo de asaltar el Fondo Social de las provincias de Santiago de Chuco, Huamachuco y Otuzco, con chantajes y la complicidad de alcaldes serviles a la minera, y presentarlo como su inversión en la carretera Quiruvilca-Santiago de Chuco.

Peor aún, pretende que los ciudadanos nos convirtamos en soplones, que indaguemos y denunciemos a quienes no pagan impuestos, a aquellos que hacen enormes gastos sin justificación. Dijo que para eso están las líneas telefónicas. Convocatoria que revertirá en su contra, ya que el pueblo lo identifica como un gobernante corrupto, que se ha enriquecido a expensas del poder político.

Veamos si es cierto lo que dijo el Superintendente de la SUNAT, que se denuncie por vía telefónica la compra-venta de la casa playa de Naplo, de Alan García a su ministro Ministro Martín Chang, así como la compra del lujoso apartamento en la Rue de la Faisanderie de París (Francia), y que de inmediato el ente recaudador constate si estos bienes los declaró antes, y si están incluidos en el 1′780,062.38 de Nuevos Soles, como consta en su declaración jurada de ingresos, bienes y rentas correspondiente al 2008.

Lo que si quedó claro y preciso en esta perorata presidencial es el carácter lacayo del gobernante, quien quejándose de los reclamos populares y repudio a su política entreguista, tuvo la desfachatez de decir, que a los dirigentes les gusta reclamar pero no aportar sus tributos, y que, por ejemplo, ante las declaraciones del canciller chileno Alejandro Foxley, hay una cola de quienes quieren responderle, pero no actúan así cuando pagar sus impuestos se trata (Sic!).

No se trató de una confusión, sino de la justificación de un gobernante lacayo de un Estado recaudador; que sirve por igual al gran capital, al que exonera de tributos, y a la penetración chilena, como las dos caras de la misma moneda vende patria.

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