ECOS DE LA FERIA

Acusamos recibo de tres importantes publicaciones que nos han hecho llegar nuestros amigos en un aparte de la Feria.

“LAS BARCAS QUE SE DESPIDEN DEL SOL”, DE JUAN CARLOS DE LA FUENTE. TRANVÍAS EDITORES, 2008.

Juan Carlos habla como escribe. Con esa timidez elegante que ha sabido cultivar para volcar su ternura en la hoja en blanco, más allá de su propia piel, más allá de su oficio telefónico.

De la Fuente es sanmarquino, reconocido en diversos premios como el Concurso Manuel Gonzáles Prada (1985), Poeta joven del Perú (1985) y Premio Internacional de Poesía. Copé (1993), entre otros.

Su libro es un ‘libro objeto’, con más de una señal de despedida, aunque sus barcas no están hechas para irse del todo. Así, contemplan el mar con ojos de niño, de enamorado, de amante. La barca es el baúl de los recuerdos que despiertan con cada amanecer, que ofrecen al sol sus yoes más escogidos, a riesgo de provocar nostalgias bajo las piedras.

“yo soy la piedra que ha salido a buscarte:
mujer o agua. yo
la canción detenida, el abrazo solo, el camino que recuerda
que fue un río y se arrepiente.
Amenazado de luz.
me confieso portador de la noche y llego a ti, que ya te fuiste.
el mar en mi piel, la piedra en mi piel, el escenario
donde una mirada se extiende como un cuerpo.
yo
que soy la piedra que ha salido a buscarte
estoy ahora recostado en mi cuerpo, y me pregunto: ¿seré yo?

llegué tarde, porque salí temprano de mi casa
y me tropecé con la esperanza”


“LEOPOLDO RELATA”, DE MANUEL LIENDO SEMINARIO. ASALTOALCIEDO EDITORES. 2007.

Leopoldo es el último invitado de la fiesta. Es el chiquillo con pinta de viejo que se resbala de las faldas de su mamá para jugar con sus amigos. Su rebeldía se acunó una noche que jugaba a los dados en lenguaje mayor. Hoy se queja de su pierna. Leo ha saltado del columpio persiguiendo a una niña rosadita.

Leo se ha roto la cabeza.

“Leopoldo pide un rostro para vivir
sabe que con él, recibirá o perderá
la mayoría de sus deseos.
En la entrega, del rostro, la gente
pasa indiferente y Leopoldo
siente que está ante un acto íntimo

Con el rostro a cuestas, Leopoldo
muestra su vida.
Al final del día su corazón
hace una liquidación
de lo que ganó o perdió.
Sólo así los actos íntimos
Cuentan con la asistencia
asombrosa de Dios” (p. 24).


“LA SANTA CEDE. DEL COBACABANA A TRES CABEZAS”. NARRATIVA ERÓTICA DE CHIMBOTE. RÍO SANTA EDITORES. COLECCIÓN BIBLIOTECA DE AMBIENTE. 2008.

Se trata del único libro del Perú presentado en un burdel, según nos contó el mismo Jaime Guzmán, responsable de la edición.

“Los autores de los cuentos y relatos, empleando diversas técnicas narrativas, nos presentan un gran mural de la vida erótica de este puerto. Las historias son picantes sin llegar a la vulgar pornografía. Por estos relatos transitan personajes de todo tipo: potentados, maleros, pícaros, ingenuos, hipócritas, etc., en humorísticos o serios enredos sexuales y también en conflictos sentimentales. Además, hay crítica social directa y bien manejada. Este tipo de libros sirven para que los lectores rompan las trabas de una moral monjeril y encuentren el camino del goce pleno de la vida, sin exámenes de conciencia, dolor de corazón ni muchos menos arrepentimiento.

El conjunto se cierra con la presentación de Hilda, la puta emblemática de ese Chimbote de desborde sexual, y como bien señala Jaime Guzmán, Hilda era tan hermosa y tan fina de trato que ha quedado grabada en el corazón de cuantos compartieron su lecho de placer. Hilda no solo era una gran dama, era además una gran puta. “Gran” como el más alto calificativo de excelencia” (Oswaldo Reynoso).

“Me gusta pensar que en cada uno de los cuentos de la Santa Cede hay más de un chimbotano esperándome” (Beto Ortíz).

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