LA FARAONA

Por Willy Quevedo
Alex Kouri Bumachar es un nuevo rico. 18 años recurseándose como autoridad del primer puerto le han significado la acumulacion de una fortuna que se calcula en 30 millones de dólares. Tiene inversiones en importadoras, inmobiliarias, futbol profesional, hostales, discotecas, casinos; y ahora nos enteramos que financió la empresa de chuponeo Business Track.
Los que aparecen como gerentes del pinchazo son personas con exiguos ahorros y testaferros de un personaje adinerado. Para montar la infraestructura de espionaje se requiere un capital que en el entorno de Elias Ponce, sólo Kouri lo posee.
La fascinacion de Kouri por el crimen es antigua.
Conoce de narcotráfico. El 50 % de la cocaina sale en embarcaciones del Callao.
Sabe de asesinatos sin resolver. Verbigracia el homicidio de Miriam Fefer.
Le divierten los robos. Sus socios argentinos de Convial lo dejaron satisfecho.
Entiende de extorsión. De allí la necesidad de contar con un equipo de escuchas propio.
A pesar de haber sido denunciado cientos de veces, el Poder Judicial siempre le ha sido benevolente. Gozar de impunidad lo ha llevado al colmo de chuponear al presidente Alan García.
¿Cómo se explica que Kouri se haya convertido en la encarnacion de la maldad?
Es el menor de tres hijos de una madre soltera que siempre quiso más al primogénito.
No pudo ingresar a la Universidad Católica. Los vacíos de su formacion cultural los trata de compensar con arrogancia y signos exteriores de riqueza.
Frecuentar la casa de Felipe Lettersten en el distrito de San Miguel lo introdujo al mundo del placer narcótico y la liberacion del pudor.
Visitar a Vladimiro Montesinos en la salita del SIN lo marcó como un típico empleado público, servil para pedir favores al jefe de turno y destinado a ser un segundón en la política nacional.
No tiene amigos ni pareja. La soledad es el precio de creerse omnipotente.
Amo de tierras y servidores regionales, es esclavo de la adicción al talco albion.
Déspota con los subordinados, es dócil con los fletes que exhalan en su nuca. En una exclusiva clínica sanisidrina, cirujanos plásticos varias veces han reconstruido el punto de oro posterior de “La faraona”. El desenfreno psicoactivado produce desgarros insólitos.
Pinchar y conspirar con Luis Giampietri contra García le ha traído como consecuencia el distanciamiento de los apristas. Por ello, hoy compra la proteccion del premier Yehude Simon.
¿Hasta cuando los chalacos soportaran los caprichos de La faraona ?
Alex Kouri Bumachar es un nuevo rico. 18 años recurseándose como autoridad del primer puerto le han significado la acumulacion de una fortuna que se calcula en 30 millones de dólares. Tiene inversiones en importadoras, inmobiliarias, futbol profesional, hostales, discotecas, casinos; y ahora nos enteramos que financió la empresa de chuponeo Business Track.
Los que aparecen como gerentes del pinchazo son personas con exiguos ahorros y testaferros de un personaje adinerado. Para montar la infraestructura de espionaje se requiere un capital que en el entorno de Elias Ponce, sólo Kouri lo posee.
La fascinacion de Kouri por el crimen es antigua.
Conoce de narcotráfico. El 50 % de la cocaina sale en embarcaciones del Callao.
Sabe de asesinatos sin resolver. Verbigracia el homicidio de Miriam Fefer.
Le divierten los robos. Sus socios argentinos de Convial lo dejaron satisfecho.
Entiende de extorsión. De allí la necesidad de contar con un equipo de escuchas propio.
A pesar de haber sido denunciado cientos de veces, el Poder Judicial siempre le ha sido benevolente. Gozar de impunidad lo ha llevado al colmo de chuponear al presidente Alan García.
¿Cómo se explica que Kouri se haya convertido en la encarnacion de la maldad?
Es el menor de tres hijos de una madre soltera que siempre quiso más al primogénito.
No pudo ingresar a la Universidad Católica. Los vacíos de su formacion cultural los trata de compensar con arrogancia y signos exteriores de riqueza.
Frecuentar la casa de Felipe Lettersten en el distrito de San Miguel lo introdujo al mundo del placer narcótico y la liberacion del pudor.
Visitar a Vladimiro Montesinos en la salita del SIN lo marcó como un típico empleado público, servil para pedir favores al jefe de turno y destinado a ser un segundón en la política nacional.
No tiene amigos ni pareja. La soledad es el precio de creerse omnipotente.
Amo de tierras y servidores regionales, es esclavo de la adicción al talco albion.
Déspota con los subordinados, es dócil con los fletes que exhalan en su nuca. En una exclusiva clínica sanisidrina, cirujanos plásticos varias veces han reconstruido el punto de oro posterior de “La faraona”. El desenfreno psicoactivado produce desgarros insólitos.
Pinchar y conspirar con Luis Giampietri contra García le ha traído como consecuencia el distanciamiento de los apristas. Por ello, hoy compra la proteccion del premier Yehude Simon.
¿Hasta cuando los chalacos soportaran los caprichos de La faraona ?

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Gato f anco
Javier Colina