FRONTERAS

Por Willy Quevedo
Odio a los chilenos. Nunca debieron guerrear al Perú y quedarse con Arica, Tarapacá y Antofagasta. Saben que gracias al crecimiento economico tarde o temprano reclamaremos las areas invadidas y volveran a ser peruanas. En su momento no les servira de nada a los sureños estar armados hasta los dientes porque nuestra victoria se basara en que solo estamos luchando por lo justo.
Detesto a los colombianos. En 1949, brindaron asilo a Víctor Raúl Haya de la Torre, responsable del asesinato del presidente Luis Miguel Sánchez Cerro. En 1992, asilaron a Alan García acusado constitucionalmente de enriquecimiento ilícito. Asimismo, los colombianos detentan zonas amazónicas que en su tiempo será razonable que el Perú demande.
Me apenan los ecuatorianos. Se resisten a reconocer que son peruanos por antecedentes históricos. Doscientos años de dominación inca y sede de la audiencia de Quito bajo el mando del virreynato del Perú no pueden ser ignorados asi porque sí. Además, la lengua quechua fue creada en Pachacamac, sitio religioso ubicado en Lima y se acaba de comprobar que el inca Atahualpa nació en el Cusco. El territorio ecuatoriano debe ser anexado al Perú antes de que el caos disuelva a la cuna del Mariscal José La Mar Cortazar, primer presidente peruano nacido en la ciudad de Cuenca.
Me entristece la situación de Bolivia. Nunca debió separarse el Alto Perú de su estado original. La anarquía devorará a los bolivianos si no se integran plenamente al Perú.
Respeto a los brasileños. Han logrado explotar inteligentemente los recursos de la amazonía y requieren un solo interlocutor con litoral en el Océano Pacífico.
En conclusión, el territorio peruano debe expandirse hasta los límites de 1815.
Con esfuerzo, desarrollo y sacrificio el Perú volverá a ser grande. Reuniremos sus partes y completaremos la superficie hoy mutilada y empequeñecida por la envidia y codicia de sus enemigos.
Somos ajenos al revanchismo. Es un asunto de autoafirmación y recuperación del orgullo propio. Nuestro destino es el predominio en la costa del Océano Pacífico. Es natural que Lima será la capital del país reconstituido.
Nuestros hijos y nietos deben comprender que existen urgentes tareas pendientes. La obra nacional nos exije determinación. Los mapas, demarcaciones y fronteras son relativos. Lo único absoluto es el amor a la patria.
Odio a los chilenos. Nunca debieron guerrear al Perú y quedarse con Arica, Tarapacá y Antofagasta. Saben que gracias al crecimiento economico tarde o temprano reclamaremos las areas invadidas y volveran a ser peruanas. En su momento no les servira de nada a los sureños estar armados hasta los dientes porque nuestra victoria se basara en que solo estamos luchando por lo justo.
Detesto a los colombianos. En 1949, brindaron asilo a Víctor Raúl Haya de la Torre, responsable del asesinato del presidente Luis Miguel Sánchez Cerro. En 1992, asilaron a Alan García acusado constitucionalmente de enriquecimiento ilícito. Asimismo, los colombianos detentan zonas amazónicas que en su tiempo será razonable que el Perú demande.
Me apenan los ecuatorianos. Se resisten a reconocer que son peruanos por antecedentes históricos. Doscientos años de dominación inca y sede de la audiencia de Quito bajo el mando del virreynato del Perú no pueden ser ignorados asi porque sí. Además, la lengua quechua fue creada en Pachacamac, sitio religioso ubicado en Lima y se acaba de comprobar que el inca Atahualpa nació en el Cusco. El territorio ecuatoriano debe ser anexado al Perú antes de que el caos disuelva a la cuna del Mariscal José La Mar Cortazar, primer presidente peruano nacido en la ciudad de Cuenca.
Me entristece la situación de Bolivia. Nunca debió separarse el Alto Perú de su estado original. La anarquía devorará a los bolivianos si no se integran plenamente al Perú.
Respeto a los brasileños. Han logrado explotar inteligentemente los recursos de la amazonía y requieren un solo interlocutor con litoral en el Océano Pacífico.
En conclusión, el territorio peruano debe expandirse hasta los límites de 1815.
Con esfuerzo, desarrollo y sacrificio el Perú volverá a ser grande. Reuniremos sus partes y completaremos la superficie hoy mutilada y empequeñecida por la envidia y codicia de sus enemigos.
Somos ajenos al revanchismo. Es un asunto de autoafirmación y recuperación del orgullo propio. Nuestro destino es el predominio en la costa del Océano Pacífico. Es natural que Lima será la capital del país reconstituido.
Nuestros hijos y nietos deben comprender que existen urgentes tareas pendientes. La obra nacional nos exije determinación. Los mapas, demarcaciones y fronteras son relativos. Lo único absoluto es el amor a la patria.

Comentarios
Bromas aparte, díganme que es una broma.
Saludos.
Pedro D. C.
Saludos
German.
abrazos.
U. Los Angels
Tus palabras no reflejan la mente de los peruanos, es la tuya que está mal. Te recomiendo un siquiatra que tu locura chorrea y, lo peor, salpica.
http://www.youtube.com/watch?v=bRDWQABYWb8
Sólo comparable a tus cambios de piel en la política de los últimos años. La escuela de Chirinos Soto, indudablemente