2008-2009: UN ANTES Y UN DESPUÉS, ¿PERO DE QUÉ?


Por Miguel Patiño

La realización de las Cumbres de la ALC-UE y APEC ha sido el acontecimiento del año en el Perú. De esta manera, el Perú del 2008 consolida su entrada ¿tarde? a las grandes ligas –como les gusta graficar a analistas económicos-, pero ingresa. La valla que se ha auto impuesto el gobierno (“alcanzar y superar a Chile”) lo mantiene en la sorda pero sostenida carrera por suscribir la mayor cantidad de TLCs con economías igualmente grandes, como la de China Popular –ad portas– y el Japón –para el 2010–.

Sin embargo, el escenario 2009 no se presenta muy favorable de cara a los propósitos de mejorar el nivel de vida de los peruanos. En una sociedad internacional globalizada, en la que la turbulencia financiera amaga pasar de tormenta a tsunami, la duda es si el país soportará con buen pie la crisis. Las últimas medidas anticíclicas adoptadas por el Ejecutivo pueden ser efectivas. Falta saber si sólo lo serán a largo, mediano o apenas a corto plazo; y falta saber, además, cuánto pueden afectar las respuestas de la crisis a los bolsillos del peruano de a pie.

Las perspectivas no son alentadoras. Los nubarrones de la recesión que ya ensombrecen al mundo (Japón ya declaró oficialmente que entra a esa etapa) nos vienen pasando las primeras facturas: contracción de la demanda, bajas relativas en las compras de materias primas clave, como los minerales metálicos, sin estrategias para darles valor agregado a la vista. Mientras esto sucede, seguimos aferrados a un modelo exportador predominantemente primario.

Así, mantener la bonanza dependerá mucho de cuánto se diversifiquen las exportaciones y qué nuevos mercados encuentren los commodities peruanos. Para esto hace falta que el gobierno intensifique el rol promotor del Estado, eliminando trabas burocráticas que frenan el crecimiento y desalientan las iniciativas, sobre todo las provenientes de actividades económicas ya establecidas.

La pregunta es si el presidente Alan García sucumbirá a medidas populistas que escenarios como éste invitan a adoptar; o mantendrá firme el pulso frente al temporal. Mucho tendrán que ver con esto sus convicciones. Si partimos de la premisa de que los conversos radicalizan aun más sus posturas que los ya iniciados, el García liberal de estos tiempos ya no resiste comparación con el del periodo 1985-1990.

Con ligeros matices, el actual jefe de Estado mantuvo su discurso finisecular hasta conseguir la presidencia de la república; pero ha sido este año, 2008, en el que ha acelerado su conversión a límites vertiginosos. En el periodo 2000-2007 el candidato mantuvo las líneas maestras de su ideología declarativa. De un tiempo a la fecha, García es explícita pero no manifiestamente un liberal.

Antes de esta reingeniería, el presidente de la república apisonó el terreno con dos ya célebres artículos (“El síndrome del perro del hortelano”, 28.10.07; y “Receta para acabar con el perro del hortelano”, 25.11.2007), saga que en marzo del 2008 remató con “El perro del hortelano contra el pobre”. En los dos primeros, pero sobre todo en el tercero, García redirige su mirada a un discurso que resulta coherente en boca de un liberal, pero no en un socialdemócrata aggiornado como se reclama García.

Afirmar, verbigracia, que “el perro del hortelano no sale de su pobreza intelectual ni quiere que los peruanos salgan de la pobreza material y educativa”, puede significar muchas cosas; pero también sirve para evidenciar que el Estado renunció –hace décadas– a su función de promover la educación en todos los niveles, situación de la que también es co-responsable el actual mandatario.

“El perro del hortelano ya perdió la lucha que sostuvo contra la economía moderna”, rotula uno de los acápites de su texto, lanzado con entusiasmo poco antes de la Cumbre América Latina y El Caribe-Unión Europea (ALCUE). “Era fanáticamente estatista, pero nunca pudo explicar de dónde saldrían los recursos para asegurar el crecimiento y el empleo”, agrega. ¿Esboza una retrospectiva de sí mismo el presidente García? No. Habla del perfil de aquel peruano radicalizado que existe porque gobiernos como el suyo contribuyeron a consolidarlo en la escena.

Sin embargo, esta “lucha de contrarios” particular del doctor García tiene también sus contrapesos: la apuesta por mantener el nivel de inversiones en los programas sociales y la intervención del Estado en los procesos de titulación, entre otros puntos, nos hablan a las claras de una mentalidad que se resiste a ser absorbida completamente por el liberalismo.


• EL ESCÁNDALO TOP 2008

Entretanto, el súper escándalo de los petroaudios (el otro, de baja intensidad, fue el exabrupto anti-chileno del saliente comandante general del Ejército, Edwin Donayre) no tuvo el temible “efecto dominó” que el gobierno esperaba.

Si bien el mayor daño colateral ocurrió con la renuncia de Jorge del Castillo al premierato, la formación de una inepta comisión investigadora en el Congreso le propinó a la oposición los últimos reveses del año: desde la descalificación del fujimorista Carlos Raffo, por sus citas secretas con Rómulo León Alegría, hasta la lenidad adormecida del titular de ese grupo de trabajo, el humalista Daniel Abugattás.

Por supuesto, ante tamaño regalo en bandeja de la ¿oposición?, el gobierno acentuó las contradicciones para abonar a su tesis de que el tema debe ventilarse sólo en el Poder Judicial. Para no sufrir perjuicios políticos, por supuesto. ¿Favorecidos por esto? Luis Castañeda Lossio, primero. Lejos, Ollanta Humala; y Lourdes Flores junto con Yehude Simon, con pocas posibilidades de cara al 2011.

El 2009 agarrará al suscrito preocupado por la situación en general, pero con mucho trabajo y expectativas en lo particular. ¿Cómo debe ser nuestro humor político? Astutamente corrosivo como el de “Heduardo” y satíricamente correcto como el de “Carlín”. (Publicado en la revista IDL)


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