REQUIEM POR RICARDO REY

Por Dante Ramos de Rosas
Mi padre repetía hace tiempo un dicho acerca de un tal “atila”. Decía que a tal patita le decian en trujillo “a ti la” chamba no te gusta.
Se trataba de un Sr. Rey, padre del finado presidente del Club Central, Ricardo Rey Ganoza. No me fundamentaba el porqué le decian así y yo nunca se lo pregunté.
Pasa que la familia de mi padre venía de una extracción no muy alta, yestaba dotada para trabajos no intelectuales, más bien nutricios o primarios.
No podía comprender que hubiera gente que se gana la vida pensando o haciendorelaciones publicas. Asumo ese sería el caso de “atila” Rey.
Conocí a Ricardo en los ochentas, al mando de esa aventura poderosa llamada galería de arte “Tiempo”. Siempre muy atildado y atento regentaba la galería junto con esa loca extraordinaria de Cecilia Manucci, la ex del simpático pintor Gerardo Chávez.
Una vez ví en un festival del mar como Ceci aguantaba los humores del san pedro disparado por la boca de un brujo. El caso es que Ricardo y Cecilia se atrevieron a poner en valor exposiciones de pintores locales y de personalidades trujillanas triunfantes en el exterior. Cómo olvidar la exposicion de la fotógrafa Ana María Orbegoso, por ejemplo, que fue la primera que visité.
Más allá de su muerte deberíamos reflexionar que Ricardo Rey, siendo un tipo de caudales y conexiones, no pudo conformar una fundacion que le hiciera frente a las corporaciones farmaceuticas que hace rato han encontrado los secretos para curar la enfermedad maldita del siglo 21. Sí, esa que tiene 4 letras. Y cuyo contagio no es privativo de los homosexuales.
Personalmente me corro un albur cada vez que me acuesto con una chica porque lo hago sin condón. Aplico lo que escuché de Bayly hace años: “hacer el amor con condón es como bañarse con medias”. Claro pues, sino cómo sentir la humedad y calentura del todopoderoso y lúbrico pubis femenino. ¿Con un plástico iluso? Osea que hace rato que soy candidato al pabellón del sida.
Rey, repito, no pudo tramar una red que confronte a los yanquis que tienen trabado al Instituto Pasteur, en Francia, que hace rato ya logró la fórmula de sos para los sidosos porque más importan las ventas gringas de fármacos.
Urge un homenaje a este mecenas del arte de parte del Club Central vía un libro memoria; o si este ente no activa pues que lo haga su familia en la gracil persona de su hermana Hortencia.
Ricardo descansa en paz.

Ricardo descansa en paz.

Comentarios