OBAMA SUBE. CLINTON BAJA
FINALMENTE, la candidatura de Barack Obama ha alcanzado una altura respetable.
No solamente en número de delegados y «superdelegados», sino sobre todo en la capacidad de convencer a los electores de que puede llegar a ganar. En suma, ha sabido dejar de ser un un aspirante negro que se apoya en un sector determinado de la población para convertirse en un candidato transversal, al menos entre los demócratas.
En términos aritméticos, no sólo ha sobrevivido al «supermartes», sino que desde entonces no ha dejado de sumar triunfos estado tras estado. Su acertada campaña basada en el mito de «el cambio» y un manejo muy eficaz de los medios vinculados a internet -que desempeñan un papel cada vez más importante en la difusión de los mensajes electorales y en la comunicación de los electores con los candidatos- ha edificado una posición cada vez más creíble.
Hillary Clinton tiene la experiencia de la que Obama carece, el dinero y las encuestas a su favor, pero parece ser que entre los demócratas empezar como favorito es siempre la mejor posición para acabar perdiendo. Queda todavía un número significativo de delegados en disputa, pero todo parece indicar que no serán las primarias las que decidan el candidato porque el partido llegará muy dividido a la convención y probablemente ni Obama ni Clinton sabrán quién es el elegido antes de que termine el proceso. (fuente: ABC)

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