Hola a todos,


VALLEJO/ PONCE. Estuve en el personal de Julio Ponce, “Vallejo Vive”, en el modesto teatrín del INC La Libertad que –aunque no muy promocionado por los medios- ha sido un grato espectáculo sobre los versos del Cholo universal, ahora que se habla de desagravios y toda la huevada. Un escenario fúnebre, a media luz, una “torre parisina”, unas piedras, una máscara bizarra, un par de entradas de cinco lucas, y un inicio accidentado. Ponce es un declamador excepcional de los versos de Vallejo, me contaron. Ponce no es sólo un declamador (un oficio en retirada por lo demás), Ponce es un resucitador. Con él Vallejo vuelve a las andadas: se desnuda para que le pegues, con palo, y duro. Se retuerce de hambre, de infortunio, de soledad. Vallejo gime, piensa, llora, grita, se arrastra, y te mira por sobre el hombro desde su orgía de vocales. Ponce se inició en los 70 del siglo pasado, por eso hoy Vallejo luce una calvicie indisimulable, al fondo de una melena enmarañada. Me sorprendo de que sean niños los que llenan la sala. Vallejo no es un poeta infantil, eso creo, pero Ponce se gana la vida en un colegio privado y se lleva bien con la señora directora. Muchos lo recuerdan de aquellos tiempos del ESADT, del grupo MAG (Mario Alcántara Gutierrez), y de la Compañía de Teatro “Teseo y Minotauro” que dirigía entonces Carlos Cieza (hoy notable notario de Ciudad Travesti, y fogoso devoto de la virgen del puño). Ponce además cultiva la música, la pintura, y tiene algunas pieza teatrales de su autoría (Jobas y Gilbertos, Aguaita el pase, El show de los lustrabotas, entre otras). “Mi encuentro con Vallejo empezó en mi época de colegial leyendo “Los Heraldos Negros”, “Trilce”, cuenta en uno de sus folletos repartidos por una de sus hijas. “Desde mis inicios en la declamación, he sentido que es difícil interpretar una poesía de Vallejo; por mi mismo ¡nunca lo hubiera hecho!”. La puesta es más o menos conocida desde su estreno en el Teatro Municipal, hace muchos años, y el público la ha convertido en una de las funciones obligadas de su repertorio. Vallejo le alquila el cuerpo en el escenario, y le presta su voz –que no es seguro que haya sido así la voz del poeta, pero en fin-, una voz grave y espinada, que se eleva cuando debe y recuesta cuando sabe. Esa, esa voz, es el tributo íntimo de Ponce a su recorrido vallejiano, más que sus poses, más que el semblante afilado. Esa voz que nunca tendrá mi amigo L. Sasso, por ejemplo, que al recitar “Hay golpes en la vida...” hace que Vallejo se parezca a Koki Belaunde, yo no sé. Ponce termina su jornada arrancando aplausos del respetable, entre cuchicheos y moralejas de escuela. Ponce ha cumplido. Está vivo a pesar de los años y el maquillaje, y aprovecha para quejarse como Ponce y no como Vallejo: El encargado de la parte técnica del escenario, de las luces, del telón, ha dejado plantado a Vallejo y no se sabe de él, de ahí el pequeño accidente al inicio de la función. Vallejo mismo ha debido salir volando a reconectar cables, y a pedir prestada la grabadora a una profesora (bien rica) de ballet. Lo más probable, sostiene Ponce, es que este muchacho siga de francachela por el aniversario de la institución, así que se disculpa una y otra vez puesto que nunca le había pasado. Caray, que falta de respetamiento, señores, a un artista y a su público. Habrase visto. Aplausos (y no son efectos), y de nuevo la sonrisa tímida de Vallejo, los brazos en alto, la felicidad. Los espero en una próxima función, queridos amigos, ahora, si me permiten, voy a bajar mi telón…



LA TRAFA DE IVCHER. A ver si me cuentan qué dice La Chichi (tan linda) esta semana, sobre la investigación de Patricia Caycho publicada en Caretas, que acusa a su jefe de haber estafado al Perú (qué novedad, jojo…) con 20 millones de soles. “22 de diciembre del 2005, el Estado peruano le pagó a Baruch Ivcher Bronstein S/. 20 millones alegando que el gobierno fujimorista violó el presunto “derecho a la nacionalidad consagrado en los artículos 20.1 y 20.3 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos”, tal y como había resuelto la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 6 de febrero del 2001. El problema, sin embargo, es que Ivcher engañó a las autoridades migratorias peruanas y a los jueces del tribunal supranacional. En realidad, nunca se nacionalizó peruano, como mandaban (y mandan) las leyes vigentes. Eso, por supuesto, acarrea grandes consecuencias. (…). CARETAS obtuvo un documento oficial de la Agencia de Seguridad Interna del Ministerio del Interior de la República de Polonia. El reporte, hasta hoy desconocido, confirma que, el 24 de junio del 2000, Ivcher ingresó a Varsovia “como ciudadano israelí, utilizando el pasaporte israelí N° 9013330”. Ya en febrero del 2006 se había alertado sobre esta novedad. Entonces, se publicó una foto en blanco y negro, en la que podía observarse a Ivcher, pasaporte en mano, en el aeropuerto de Varsovia. Según fuentes consultadas, dicho documento era azul israelí y no guinda peruano. (…) Ahora, el documento polaco no deja lugar a dudas: Ivcher Bronstein, dueño de Frecuencia Latina, nunca dejó se ser ciudadano de Israel. ¿Qué significa esto? Que faltó a la verdad cuando, el 6 de diciembre de 1984, declaró lo siguiente ante el notario Máximo Luis Vargas: “Renuncio a la nacionalidad israelí, pues mi deseo es adoptar la nacionalidad peruana y para lo cual desde ya, me someto a las leyes del Perú, renunciando en forma expresa al principio de doble nacionalidad en el caso de que en mi país de origen subsista la nacionalidad a la cual renuncio”. La legislación de 1984 exigía que todo extranjero que quisiera optar por la nacionalidad peruana debía renunciar a la propia. Pero Ivcher no lo hizo. En 1997, el régimen de Alberto Fujimori, basándose en la Ley de Radio y Televisión Nº 28278, según la cual el control de un medio televisivo nacional debe estar en manos de peruanos, les entregó a los hermanos Mendel y Samuel Winter, socios de Ivcher, el canal en disputa. De esa forma terminó una relación entre el broadcaster y el régimen al que había apoyado entusiastamente desde el autogolpe del 5 de abril de 1992. (…). Lo concreto es que los amigos de antes se pelearon y la consecuencia fue la revocatoria de la nacionalidad de Ivcher. Claro está que Montesinos y compañía ejecutaron la operación con el evidente propósito de castigar al empresario que había decidido cambiar la línea editorial de su canal para fustigar al gobierno. Pero lo hicieron con tanta torpeza que convirtieron el caso Ivcher en un asunto que alcanzó ribetes internacionales, y a él, en un héroe de la libertad de prensa. (…) Bien guardadito tenía Ivcher su pasaporte israelí. Engañó a todos, nacionales y extranjeros, entre ellos a la propia CIDH. Luego de varios años de litigio y tras la caída de Fujimori y Montesinos, en febrero del 2001 la CIDH reconoció que debía pagársele US$ 20,000 por daño moral y US$ 50,000 como reintegro de costas y gastos. Nada más. La CIDH recomendó que se le pagaran US$ 70,000 pero Ivcher pidió mucho más: US$ 46 millones. El entonces agente del Estado ante la CIDH, Francisco Eguiguren Praeli, consignó el cheque de inmediato, pero Ivcher arguyó que le correspondía US$ 46 millones. El Congreso emitió una ley con nombre propio y posibilitó la creación de un tribunal arbitral para ver el caso. Felipe Osterling, Jorge Avendaño y Jorge Santistevan, los árbitros, consideraron que el Estado debía pagarle a Ivcher US$ 6’300,000, al cambio S/. 20 millones con 300,000. El Ministerio de Economía fue notificado el 22 de diciembre y, ese mismo día, el cheque fue girado. Las consecuencias de esta estafa son varias y graves. En primer lugar, según opinión de diversos internacionalistas, obligatoriamente el Estado peruano debe iniciar un proceso para lograr la devolución de los S/. 20 millones que, como ya quedó demostrado, fueron pagados en base a una estafa. Ivcher, al no haber renunciado a la nacionalidad israelí, por ley, llegaría a perder la peruana. Está, además, la situación accionarial de Frecuencia Latina. La legislación peruana sigue sin permitir que extranjeros ostenten la propiedad de una televisora. (…) En 1997, ante la posibilidad de ser descubierto, Ivcher aseguró que la ley 9148 –que cancelaba la nacionalización si la persona hacía uso de su anterior nacionalidad– había sido derogada el 2 de enero de 1996. Abogados consultados por CARETAS en febrero del 2006 señalaron que esta caducidad era irrelevante. Además, es iluso pensar que el 24 de junio del 2000 fue la primera vez que Ivcher usó su pasaporte israelí. (…) Se trata de desenmascarar a quien por tanto tiempo creyó que podía salirse con la suya, engañar a un gobierno y cobrarle un millonario botín”. Uyuyuy….



LA MUJER DEL JUEZ. Había una vez un tribunal reputadísimo, con un presidente decoroso y capaz, amigo de los amigos. Una causa delicadísima le toco en suerte, que supo administrar y resolver con rectitud. Pero había también una secretaria de comunicaciones en aquel tribunal, periodista, la esposa del juez, que se ganó con los entretelones de esa causa delicadísima. La mujer acaba de publicar los hechos en un libro, expurgando datos y conversaciones de jueces, fiscales y abogados, mantenidas de tú a tú con su marido, su jefe, en total privacidad. Ahora todos miran con recelo al juez del tribunal, y todos lo señalan como el marido de la periodista. El juez se llama Javier Gómez Bermúdez, y el libro, “La Soledad del Juzgador”, acaba de publicarse en Madrid. Aquí la nota de El País. (Moraleja anticipada: nunca te cases con una periodista). “De todos los periodistas que hay en España, ninguno tenía más motivos para no escribir un libro titulado La soledad del juzgador que Elisa Beni, responsable de comunicación del Tribunal Superior de Madrid y esposa del presidente del tribunal juzgador de los atentados del 11-M, Javier Gómez Bermúdez. Cualquiera de ambas condiciones hubiera hecho desaconsejable la publicación, pero la suma de ambas la convierte en una iniciativa a la vez inoportuna y oportunista. Inoportuna porque, a menos de un mes de la sentencia, la publicación no puede dejar de afectar a la imagen del juez Gómez Bermúdez, que ha sabido dirigir un juicio complejísimo con una pericia que le han reconocido expertos y profanos. No hay ética sin estética: la falta de elegancia de utilizar la proximidad personal para revelar conversaciones privadas (y hasta supuestas cavilaciones) del juez, lesiona el prestigio de éste, su autoridad moral. Algo que seguramente intentarán explotar a su favor quienes trataron de desprestigiar una vista oral y una sentencia que, por otra parte, no es firme. Un síntoma del alcance del escándalo es la carta que uno de los otros dos miembros del tribunal, Alfonso Guevara, ha enviado al presidente de la Audiencia Nacional para hacerle partícipe de su malestar por lo que considera "deslealtad personal y profesional" de Gómez Bermúdez; otro, que Pilar Manjón haya anunciado, en nombre de la Asociación 11-M de Afectados de Terrorismo que preside, la posible presentación de una queja ante el Consejo del Poder Judicial por una revelación del libro que podría afectar a su seguridad personal y por otra que interpreta como falta de consideración hacia algunos niños hijos de víctimas de los atentados. Pero casi peor que la publicación son las razones con que la autora ha pretendido justificarla: decir que, "como periodista, no podía moralmente dejar de contar esta gran historia que ha venido a buscarme", y alegar que "si hubiera sido un hombre quien escribiera sobre su mujer nadie lo hubiera descalificado" revela una dudosa idea sobre lo que son el periodismo, la moralidad, el sentido de la oportunidad y las reivindicaciones de la mujer frente al machismo”.



*********************


Ayer no se logró elegir al nuevo decano del Colegio de Abogados de Lima, pues los candidatos no lograron alcanzar la mayoría suficiente y habrá segunda vuelta, dentro de 15 días. Los candidatos que despuntaron son Walter Gutiérrez –el de Gaceta Jurídica, que monitoreo personalmente la compra de Normas Legales, la editora trujillana fundada por el Dr. Montenegro Baca, tío de mi mejor amigo del cole que se libró de ser abogado- y el buen José Antonio Ñique de la Puente, mochero de los buenos y cobardemente atacado por la derecha mediática, a quien desde aquí le mando un cordial abrazo pues más de una vez nos ha visitado en el programa. Uno de ellos dirigirá el CAL, en reemplazo de Luz Áurea Sáenz, la gran perdedora de la jornada electoral.


Pucha, en Correo-Trujillo un poco más y ponen a su Chato Acuña como organizador del CADE. Es increíble cómo le adornan las palabras al alcaldito trujillano, pues –que yo sepa- el Chato no habla tan tan bonito. ¿O sí, Renatito? Aquí la notitita. “El alcalde de Trujillo, César Acuña Peralta, manifestó que es un buen indicador el hecho de que el Instituto Peruano de Administración de Empresas (IPAE) haya decidido traer la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) a Trujillo. “Esperamos que este evento consolide sus objetivos sociales con relación a la lucha contra la pobreza, la cohesión social y la integración como país y región latinoamericana”, dijo. La autoridad edil declaró que el pueblo espera que los líderes nacionales e internacionales promuevan soluciones a los problemas sociales y empresariales que aquejan al país, y consigan los elementos necesarios para los planteamientos legislativos que se requieren. Chessss… Explicó que este evento reúne a destacados hombres de negocios y actores sociales de la economía de nuestro país, quienes tienen objetivos comunes, los cuales son una necesidad de todo el país. Asuuu… Asimismo, recordó que este certamen se desarrollará desde el 29 de noviembre al 01 de diciembre del presente año. Por otro lado, Césitar Acuña Peralta comentó que recientemente participó en el Foro de Bierritz en Chile, en donde se desarrollaron temas relacionados a la cohesión social, que es la preocupación mundial para lograr una sociedad más justa y comprometida con el desarrollo y bienestar para todos”.


Tarde o temprano, los liberales pierden el buen gusto, me dijeron en un evento, así sean señoritos educados en Harvard o Yale. En Bolivia, el ex presidente por accidente Jorge Quiroga, líder de la derecha, comentó en una entrevista la constitución del indio Morales, aprobado en la Constituyente. "Es un pedazo de papel que vale tanto como papel higiénico usado; no sirve absolutamente de nada", dijo Quiroga a periodistas en La Paz.

Encuentro a mi buen amigo Luchito Vega (UPAO) acompañado de una rubia (al parecer, toda natural) que no quiere presentar, como si uno fuera por la vida persiguiendo rubias, mismo Luchito Paz (“El rey de las tarjetas vip”). Me alcanza el primer número de la revista jurídica Allegattio, editada por el IDEPRON (Instituto de Estudios de Derecho Procesal del Norte), dirigido por el refinado vocal liberteño Víctor Malca Guaylupo. Felicitaciones por la publicación, y espero comentarla pronto.


Vuelven –a pedido del público- las “chiquitas” del Dominical de La Industria (por cierto, qué insondable vacío deja la ausencia de las entregas de Luis Eduardo algunas veces, aunque hoy me conformo con “Mr. Nocker: Un director feliz”): “Ridículo. Por decir lo menos la actitud adoptada por los comerciantes del jirón Pizarro al poner banderas negras en señal de protesta por la peatonalización. Así ellos mismo van a terminar de correr a los clientes. Deberían modernizarse y adoptar lo que hacen los empresarios modernos, que se acomodan y cambian al ritmo de los tiempos como Merpisa que ha iluminado todo el local para atraer más clientes y vaya que lo están logrando”. Otra, otra… “Lo celebró. El primer aniversario de la derrota del Apra en Trujillo fue celebrado a lo grande por los apepistas, con un mitín en la Plaza de Armas a la que asistió bastante gente. Mucho más de lo que se pensaba. Por supuesto que muchos llegaron en ómnibus contratados, pero esa es una práctica que hacen todos los partidos. Lo malo fue que el discurso central fue realmente muy pobre. Nada nuevo y lo peor sigue confrontando”. Servidos.



Hasta el próximo domingo,


Johnson Centeno

Comentarios

Entradas populares