CARTA DE UN JOVEN MILITANTE DE APP
Estimados dirigentes de Alianza para el Progreso – APP:
Con el corazón desencantado me dirijo a ustedes como un joven que desde hace cuatro años milita en este movimiento político, al cual ingresé animado por mis amigos del barrio y la Universidad, junto a mis sueños de construir un mejor futuro para mi región y para el Perú. En estos sueños me acompañaron mis padres (bueno, en realidad solo mi padre porque mi madre siempre desconfió del movimiento y de todos los partidos políticos). Hoy, recién iniciado 2025 siento que hemos fallado en nuestros más altos propósitos, pero ustedes, como líderes, nos han fallado aún más. Y lo saben.
Este 2025 resulta prácticamente imposible ignorar la realidad que enfrentamos en Trujillo y en todo el país. La delincuencia ha convertido nuestras calles en un campo de batalla, y todas las familias viven con el constante temor de ser víctimas de robos, extorsiones o algo peor. Frente a ello me pregunto: ¿qué hemos hecho desde APP para combatir esta crisis? Los altos puestos, ocupados por conocidos militantes, qué han hecho para resolver esta situación. ¿Cuánto han servido las campañas desplegadas a nivel nacional para llevarlos al gobierno con la promesa de un futuro mejor? ¿Por qué siempre ponen en los altos cargos a gente improvisada que solo sabe aprovecharse del puesto para sí mismo? ¿Por qué se insiste en llevar a mediocres o delincuentes a las altas esferas del gobierno local, regional o nacional?
Lo poco que se ha hecho en materia política son promesas vacías, anuncios sin sustancia y visitas fugaces de congresistas y ministros que no resuelven nada. Ustedes saben que Trujillo no necesita más discursos, sino acciones concretas, valientes y efectivas. Pero eso está muy lejos de ofrecer de parte de un partido al que una vez asistí emocionado en su local de San Andrés o en algún populoso distrito de Trujillo.
Pero lo que más duele no es solo la inacción, sino la traición. Sí, la traición a los que somos apepistas de corazón. Nos prometieron un movimiento que lucharía por el pueblo, que renovaría la política con decencia y estrategia, pero muchos de ustedes parecen estar más interesados en sus propios intereses, en el poder, en el dinero. Se alejaron de las necesidades de la gente, de sus problemas reales. Ver a miembros de nuestro partido envueltos en escándalos y a nuestro líder ausente en momentos clave ha sido desgarrador. Robos, violaciones, prostitución, narcotráfico, etc. etc. Esto no es lo que me inspiró a unirme a APP.
Me duele ver cómo el partido que una vez consideré un vehículo para el cambio ahora parece más interesado en mantener el poder y beneficios personales que en servir a la comunidad. La falta de transparencia y la ausencia de liderazgo ético han erosionado la confianza que deposité en ustedes.
En todo esto, el líder fundador, César Acuña, se aleja cada vez más de aquellos sueños que una vez lo llevaron a crear su visión de país, su Universidad, sus empresas, su partido. Hoy todo lo que toca lo contamina, y cada vez sus palabras se sienten vacías, como un relato triste o un mediocre poema que quiere ser Vallejo.
Señor César Acuña, usted es el fundador y rostro principal de APP, el hombre que nos inspiró a muchos con sus promesas de un cambio auténtico y un futuro mejor para los peruanos. Pero hoy, esas palabras parecen vacías. La delincuencia se ha adueñado de nuestras calles, y aún así, usted estuvo más de 100 días fuera de su cargo como gobernador, y las visitas a las zonas más afectadas, como Pataz, fueron mínimas y tardías.
¿Cómo espera que el pueblo confíe en un líder que no enfrenta los problemas? Usted, que siempre nos habló de compromiso con el Perú, ha permitido que APP sea visto como un partido más, lleno de promesas incumplidas y manchado por escándalos. No podemos ignorar que miembros de nuestro partido se han visto involucrados en denuncias graves, como la presunta red de prostitución en el Congreso. ¿Dónde estuvo su liderazgo para prevenir que situaciones como esta empañaran el nombre de APP?
Y aún peor, señor Acuña, las decisiones de APP de alinearse con el oficialismo en momentos críticos, como al rechazar la censura al ministro del Interior a pesar de la inacción frente a la ola de criminalidad, han sido un golpe para quienes creímos en una oposición firme y en defensa del pueblo. Estas acciones no solo traicionan los principios que nos hicieron unirnos a este partido, sino que también traicionan al Perú.
A pesar de todo esto, no pierdo completamente la esperanza, porque sé que dentro de este movimiento hay jóvenes como yo, que todavía creen en los ideales de cambio, de justicia, de servir a los demás. Nosotros queremos que APP sea diferente, que de verdad sea un instrumento de transformación para el Perú. Por eso les digo: despierten. Cambien el rumbo ahora, porque todavía es posible corregir los errores y cumplir las promesas que hicieron al país. La historia no perdonará a quienes traicionan la confianza de la gente, pero sí recordará a quienes se atrevieron a cambiar y a cumplir con lo que prometieron.
Yo no me rendiré, aunque tengo momentos de flaquezas. Si ustedes no reaccionan y corrigen el rumbo, seremos nosotros, los jóvenes militantes y soñadores, quienes alzaremos la voz y tomaremos acción para devolverle a este partido el propósito con el que nació: ser una auténtica fuerza de cambio y esperanza para el Perú.
Gracias.
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