CONSEJOS PARA EL TÍO DE SOTO
Hace poco presentó a su novia en el programa de Leyva. Se le notó un poco agestado y a ratos incómodo, pero es bueno que vaya pisando ese territorio nuevo de presentar a la pareja y sacarle el mejor provecho en una entrevista. Pero eso no ocurrirá, vamos, Carla es pura energía, y el tío De Soto al final es un clásico macho peruano que se somete en privado y en público. A muchos intelectuales les pasa lo mismo cuando airean a sus parejas: si no puedes controlar la situación, te repliegas, observas, y calculas la próxima jugada sin disimular. Contemplación, le llamaban los viejos filósofos, pero ahora tienes reflectores por todos lados.
Lo ideal sería que el tío De Soto estuviera siempre al tope, como en Latina, hace poco, pero no creo que eso suceda. Sus altibajos son notables desde lejos, no se pueden esconder. Tiene que apelar a la actuación, de la mano de su coach Olivieri, y mentalizarse para cada presentación: olvidarse de las poses, de los lapiceros, las frases largas y esos raptos afrancesados. Que no sea un corredor de fondo sino de carreras cortas: lo que dura una entrevista, una presentación, un discurso.
Los discursos, ciertamente, están en desuso desde que se pegó un tiro Caballo Loco, pero que los vuelva a poner en valor. Sus principales rivales como López Aliaga o Lescano (incluyendo Keiko) no han cultivado nada sobre el tema. Menos el arquerito. A veces da la impresión, por ejemplo, que media lengua López Aliaga caería fulminado en un debate con Acuña, y este patearía su culo blanco con su patita chiquita.
Que practique unas respuestas cortas pero con ideas contundentes, que aprenda a poner firmeza en las palabras, que ensaye una buena rutina de respiración. Que transmitan, en sus ojos y en sus gestos, que quiere dejar la vida en la pelea, jirones de piel en el ruedo. Que no todo lo diga con gracia, que aprenda a molestarse y carajear. No es suficiente tener los pergaminos y la estrategia. Hace falta transmitir que de verdad quieres ser el próximo Presidente de la República por la putamadre.
Que cambie de agencia de publicidad en este instante. Que convoque a los mejores creadores de contenido en sus redes: fotos, microvideos, tituladores, memeros y gamers, si fuman hierbita mucho mejor. Que relancen al tío De Soto de punta a punta: que lo retraten haciendo ejercicio, desayunando, jugando con el perro, con su equipo de prensa, con los zurdos, los del centro, los jacobinos, los mitimaes, etc. Fotos y videos de alto impacto, una voz argentina ad hoc. Que hagan que el otro tío, Belmont, el inmortal, lo llame una noche para preguntarle de dónde saca tanta energía. Que quiere conocer a su coach y presentarlo en Habla el pueblo.
Que Carla y sus principales alfiles se repartan el Perú: dinámicas, pronunciamientos, entrevistas, convenios y mucha bulla. Confrontación desde la centro derecha, pero esta vez con ideas y planteamientos prácticos, lejos de los autoflagelos y la falsa moral. Que firmen un compromiso por cada región y los empoderen. Que pierdan y ganen votos, pero aseguren. Al final, celebren La Declaración del Bicentenario de las regiones. Del campito a la ciudad.
Visita obligada a los mercados, no queda otra. Allí nadie lo conoce y es hora de ganarse a sus dirigentes. Con todos sus riesgos, hacer convenios con esta gente. Formalizar en el mismo reino de la informalidad, que ofrezca financiamiento internacional, que tengan llamadas vía zoom con sus patas coreanos, franceses, africanos, y putos dictadores. Como me cuenta mi examigo Dante Ramos, otros candidatos ya lo tienen programado, como es costumbre, en el ultísimo tramo de la campaña. Que cuando lleguen encuentren los logos del trencito por todos lados. Que inaugure la “Pizarrita del tío De Soto”, que su equipo dicte micro clases a campo abierto, pizarrita y tiza blanca como antaño, y que al final bailen todos para las fotos. Que le metan mano las caseras.
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