MI VISITA A LA FERIA INTERNACIONAL DE ARTE DE LIMA
Por Jorge Mariátegui.-
Lima como ciudad ha cambiado. Bajé al gran sótano, en el Hotel Sheraton, para tomar la línea azul que me llevaría a Chorrillos donde era la cita de Arte. Escaleras, ascensores, caminatas, y llegue a la “gran central”. Un limpio ómnibus me llevó por la Vía expresa hasta el paradero del Estadio Unión en Barranco, donde me esperaba Gladys, a quien le pedí me acompañara. Ella en la Nueva acrópolis se ha cultivado en muchas especialidades, que la hacen una mujer diferente, en su cultura.
El CAEN; es una construcción de influencia francesa, que es el recinto de especialidades altas de militares y civiles peruanos y extranjeros. Es de la categoría de una Universidad muy especializada. Y gracias a la nueva cultura de sus militares, es que han abierto en este hermoso recinto, por cuarta vez esta feria, que es un conclave de la pintura en todos sus matices.
La cita artística ocupa los dos pisos del gran patio ( toldado al medio ambiente).
Los miles de visitantes, muchos con sus hijos de todas las edades, caminaban mirando con mucha atención las obras de arte de Europa, España, América Latina y el Caribe. Estuvo representado Cuba, que ya se abrió al mundo y cuyos exponentes están en contacto con artistas europeos.
63 galerías de 13 países, y 7 galerías peruanas, dos en el Callao, se hicieron presentes trayendo sus muestras, en telas, papeles, cartones, y metales, y vidrio.
Cada recinto donde exponía uno dos y hasta cuatro artistas, tenían una anfitriona, muy culta, y en muchas el artista estaba presente. Hablé con tres, un chileno Lorenzo Molla, que tenía tres óleos de gran dimensión, y que nos admiró la exuberante naturaleza y dos mujeres que volaban, una con una cola de peces estilizados y la otra con unos gansos. Son una hadas me dijo Gladys, yo asenté su idea. Vino el pintor y le dijimos son unas hadas, es la interpretación de ustedes, no nos confirmó. Permítame felicitarlo y desearle muchos éxitos.
Las piezas tenían unos precios justos. En otra galería que tenían unos cuadros muy bellos, la representante nos dijo, sin preguntarle, 3500 y 4500 dólares…cuestan.
Dos piezas de unas láminas plásticas de colores cortadas y pegadas, del tamaño A4, nos explicó la especialista, que la artista, había sido llamada al Vaticano, y había realizado un trabajo al Papa, y que estos dos trabajos, que se exhibían aquí los había denominado el Vaticano Chico, y….cuestan 24 mil dólares, cada uno. Ni para comprarle una lámina.
Yo ni intenté comprar uno. Había un Szyszlo, de mediano tamaño, sin precio, “adquirido”. Szyszlo vende entre 100 mil dólares hasta el infinito. Szyszlo, expuso en la Universidad privada del Norte de Trujillo y llevo unos cartones hermosos, que hace 20 años, no me atreví a preguntar ¿cuánto cuesta?
De la Galería Pilar Serra del Madrid, España, había unos retratos hermosos y casi fotos, por su perfección.
Rodrigo Bueno de Sao Paulo, presento en un buen espacio, una instalación de un juego de muebles estilo Luis XV, donde estaban “sentadas unas plantas espinosas”, con ramas llenas de púas, que no invitaban a cercarse, había sábilas Otras sillas con púas de 15 centímetros clavadas en los espaldares y el asiento. Era estremecedor. Cuando uno descubre que hay artistas, que pueden trasmitir, terror, odio, amor, y otros extremos humanos, en utilitarios que son usados eternamente para un fin ¡!!!!hay que sacarse el sombrero!!!!
Sobre dos bandejas doradas, usadas por los buscadores de oro, en ríos, habían pintado al óleo a los buscadores de oro rodeando la bandeja, en miniatura.
En metales usaron el acero, el oro y la plata, siempre con figuras en òleo.
El vidrio también estuvo representado.
La Galería Impakto de Lima, el artista Wan Llya, en una serie de utilitarios de cerámica blanca, con motivos de la zaga de los Chimus del Norte peruano, pintados en un azul añil, semejante a la cerámica inglesa del siglo XVII. Todo un éxito.
Luciano Denver de la Galería SGR de Bogotá, presento tres Fotomontajes digital impresos en papel de algodón, de tres paisajes de la selva y de Chimbote. A 25 mil dólares cada uno.
Ramón Vieitez de Río de Janeiro, Br. Dos óleos de gran tamaño, en dos colores oro y negro, con desnudos, en un jardín del Edén en color oro.
Elvis Céllez de la Galería Servando de Cuba, presento unos óleos de gran belleza, con figuras humanas con pinceladas muy de avanzada.
Ibrahim Ahmed, Ard El Lewa No.32. Un trabajo con reminiscencias árabes de encajes, papel y tela. De la Galería Nosco, Londres, Reino Unido, Francia.
El artista venezolano Juan Camilo García Walker, presentó una instalación tremenda. Dos grandes paredes tenían unos afiches rojos y letras blancas. Y al final rompiendo este telón rojo, había tres esculturas en papel reciclado. Se acercó el artista para conversar, y muy finamente nos explicó, que él recogía los papeles de la calle y los iba pegando como pasa el tiempo escrito en esos pedazos de papel, y los pegaba uno sobre otro haciendo una montaña de papeles, de noticias vividas, leídas que transcurren diariamente, y que la gente va desechando, para que en la pieza artística quede una historia de su historia. (Galería D¨Museo, Caracas, Bogota.
De Forum, de Lima, Pe. Silvia Westphalen, presentó una escultura sobre piedra de Huamanga. He visto a través de muchos años que ha usado la madera, el mármol y la piedra, y un serrucho eléctrico para abrir el material.
Hubo muchas artistas mujeres, y muchas otras galerías, pero el espacio no me deja explicar todo lo que vi.
Todo lo que vi, me lo imagine como en un caleidoscopio, cuando me senté en uno de los cafés, a saborear un café americano, un sanguche de pollo con mucha mayonesa, y un relámpago de crema chantillí. Y me dio al mismo tiempo tanta pena, por mis amigos pintores trujillanos, que nunca vienen a Lima, para ver ninguna exposición de las ocho galerías limeñas, y menos estas exposiciones que son unas bienales. Hubo otra en Barranco y otra en el Museo de Arte, al mismo tiempo.
Hasta pronto. Giorgio
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