¡ES MARIO PUZO!

Por Dante Ramos de Rosas
Hasta donde sé, Bob Woodward, aquel periodista gringo que se tumbó junto al Washington Post a un presidente llamado Richard Nixon por el caso watergate tenía tres galardones en su haber.
Hasta donde sé, Bob Woodward, aquel periodista gringo que se tumbó junto al Washington Post a un presidente llamado Richard Nixon por el caso watergate tenía tres galardones en su haber.
Era miembro de una vieja fraternidad en Yale donde estudió leyes, pertenecía a una honorable familia de origen republicano y había servido brevemente en la marina. Fue aquí donde lo reclutaron para pequeñas tareas de inteligencia en Yale.
No de otra forma se explica que haya supervivido hasta ahora a tantas investigaciones que han retumbado los hilos mismos del poder en USA. Por lo visto tenía un metodo y una agudeza digna del mejor lince cazador.
Hubo otro escritor que se atrevió a desnudar a la mafia por dentro y que rompió records de venta con ese libro magnifico llamado “El padrino”. Mario Puzo era su nombre y de pequeño creció en las calles de New York aprendiendo a decodificar los signos, señas, miradas, los dejos, las voces, las labias de la población mafiosa que lo rodeaba desde italianos e irlandeses hasta judíos.
Algunos audaces piensan que Puzo recibió un encargo de la mafia para mostrar a un sector y su inconducta que de pronto quería ser más caballeresca y aceptable. No lo sé. Lo que sí sabemos es que el retrato robot que nos ofrece Puzo en su libro es detallista, minucioso. Eximio.
Hace algunos dias asistí a la conferencia del abogado Iván Oré Chávez en la casona de San Marcos, que se ha propuesto meterle dedo con nombres y todo a la oligarquía peruana que habita los salones del Club Nacional.
Chateando le he dicho que es el Mario Puzo de la oligarquía por su nivel de revelaciones. Él lo ha festejado.
En el paper investigativo que ha desarrollado Iván, notamos que quiere sustituir a ese otro analista de los poderes económicos y políticos que es Francisco Durand.
La línea de partida es que las encomiendas y repartos en el norte y sur del Perú desde la época colonial se repiten como saga de apellidos hasta hoy, y están acoderados en ese puerto mayor llamado Club Nacional. Desfilan los Tristán, los Prado, los Pardo, los Helguero, los Hernández, Rey, entre otros que a su vez se han turnado como jefes del senado, diputados, premieratos y puestos claves en las fuerzas armadas, etc.
El año pasado un empresario residente en México llamado Luis Atkins me dijo que Durand recibía encargos de unos cuantos potentados y hacía el retrato más o menos ajustado a los intereses de los que lo dirigian. Puede ser. Pero es una posibilidad clave a explicar.
La principal diferencia entre los ensayos de Durand y Oré es que este último señala con nombres, direcciones y árbol genealógico incluido las relaciones o tramas existentes entre el poder económico, político, mediático y hasta religioso. Faltan puntales sicoanalíticos y culturales pero eso no lo menoscaba, al contrario da pie para que otros lo sigan por esos ramajes.
Aunque no lo dice su paper, la oligarquía académica y profesional en el Perú activa con zapatos y todo en entes como la Católica donde más de 22 familias con sus apellidos renuevan generación tras generación los puestos administrativos y directivos. ¿Suerte de élite platónica?
Lo mismo pasa en el BCR donde más de 40 apellidos se repiten generación tras generación. Hay una comunión biunivoca entre los cuadros de la catolica y el BCR. Otra cosa que no dice Oré es que oligarquía en el Perú es sinónimo de mercantilista. Parece que esa chamba se la deja a liberales como este escriba. Tarea que acepto encantado.
Oré dice que siguiendo un día a no se sabe quién (una chica sin duda) a una playa pitucona del sur limeño se tropezó con una barrera y no pudo ingresar. Siguió investigando y al lado de la playa existía una barriada de los sirvientes de propietarios de yates y terrenos.
Se propuso investigar quienes eran los que detentaban tamaña soberania autoimpuesta y siguió buscando datos que le llegaban de casualidad o por interpositas personas interesadas en develar el who is who del poder real y de facto en el Perú más alla de fatuas elecciones presidenciales o ediles.
Hasta que avanzaba su compilacion en la web (fábula, posesión inaudita o qué?), le enviaron una simpática chica para preguntarle varias cosas: quién le pagaba, hasta dónde quiere llegar o qué cosa es lo que requiere. Oré salvó esas premisas no se sabe como. Lo cierto es que el caso de la chica de existir recuerda mucho a aquel extraño visitante vestido con capa negra y sombrero triangular que tocaba la puerta de la habitación de Mozart para indagar si ya había terminado la última ópera con pago adelantado de sus acreedores.
Ese personaje era de la masonería. La obra iba a ser un homenaje a la masonería pero al último momento (Mozart hizo el encargo pero también hizo otra obra paralela y secreta) por influencia de su mujer, de algún cura católico o de su afiebrada y loca genialidad Mozart cambia el contenido de la obra y ataca a la masonería. A los pocos meses muere. Posiblemente envenenado o tuberculoso. Y lo echan en una fosa común.
Pregunta de examen: ¿Oré está encargado por algun miembro resentido del Club que quiere fragmentarlo en partenogénesis permanente? ¿Le han alcanzado muchos datos y este otro que tiene espíritu de buscón o ratón de biblioteca ha armado el puzzle gigante. Quién lo sabe? Lo cierto es que el tema es apasionante y eso es algo que no se le puede impugnar a Oré. Se apasiona por su trabajo.
Oré remató su explosivo paper esparciendo un detalle increible. Los miembros del Club Nacional como se casan entre sí a nivel de primos de primera generación sufren de hijos con taras o problemas de sanidad mental o física. Eso es tóxico para los fines de heredad económica.
Por lo tanto han reclutado el concurso de un sujeto que no tiene apellidos rimbombantes, no tiene heráldica, no tiene linaje, no tiene plata. Solo un mérito académico. El recluta como socio es genetista para de esta manera lograr una mejor mezcla en los matrimomios sostenidos entre socios.
Esto da que pensar mucho porque Oré nos dice que en el Club Nacional no se fraguan solo colores del poder sino que se va más allá. Y ese más allá es que se esta fraguando un laboratorio étnico de lo blanco vs lo cholo. De allí a que algun loco o alucinado diga que se puede llegar a la pureza racial hay un solo milimetro.
No vaya a ser que esto lleve a las generaciones entrantes del Club al paisaje de los balkanes en los noventas con Yugoslavia a la cabeza desactivándose en mil partes. Serbios vs Bosnios, Croatas, etc. O antisemitismos encubiertos.
Aqui el discurso de Oré empata con un tipo preso llamado Antauro Humala que razona este tipo de supremacias raciales pero a favor de lo andino. En su libelo Antauro no ha marcado nada sobre el Club Nacional pero alguien tiene que encargarse por fuera en la guerra cultural que es el día a día y que se logra en las mentes y sueños de los habitantes de a pie de este país. Ese puede ser Oré y su paper.
Por ultimo, el libro de Oré sirve de buena guia para dos bandos. La policía que sabe de acuerdo a los datos que figuran en los libros de socios del por dónde viven y que hacen encontrando enlaces que sunat no tiene, por ejemplo, hasta las bandas de secuestradores al que una copia de los miembros del Club en sus manos sería como tener una bomba nuclear o TNT. Ergo, hoja de ruta de futuros asaltos.
Al final del paper uno se queda pensando en los misterios deambulantes en espejos y salones velados del Club Nacional que son lo mismo que arrastra la pesada aura del film de Stanley Kubrick –con Nicole Kidman y Tom Cruise de protagonistas- “Ojos bien cerrados”. Casi lo mismo en sus intrigas y límites.

Comentarios
MARITA VELA- UNT
J. Ferrer Z.
BENYIM
SIEMPRE HAY UN LIMITE QUE NO SE PUEDE CRUZAR.
FABIAN IV.: