GAVILLAS

Por Willy Quevedo

En la campaña presidencial del 2006, Ollanta Humala ganó en la primera vuelta obteniendo el 31 % de los sufragios validos.

Era el outsider radical, su hermano Antauro estaba preso acusado del asesinato
de cuatro policias el 3 de enero de 2005 en Andahuaylas.

Asimismo, era sindicado como ahijado del dictador Hugo Chávez. Es decir, se le criticaba de autoritario que intentaría atornillarse en el poder suprimiendo las elecciones libres e intervendría en la economia nacionalizando empresas.

En conclusión, en el 2006 generó miedo a las clases medias y altas y simpatía en las clases menos favorecidas por su propuesta de grandes cambios y su actitud rebelde.

Transcurrido un lustro de ese escenario, hoy Humala no asusta a nadie. Su domesticación lo ha transformado en irreconocible.

Está tan comedido que ha separado de su lista al lider sindical Mario Huamán y al jefe nativo Alberto Pizango.

La prueba más fehaciente que está muy alejado de representar a los pobres es que el comité directivo del Partido Nacionalista está compuesto por los ricachones Salomón Lerner Ghitis, Daniel Abugattas Majluf, Nicolas Lynch Gamero
y Alberto Adrianzén Merino.

Lerner posee un patrimonio de 50 millones de dólares. Está denunciado de haber
desfalcado el Banco del Progreso y Norbank.

Abugattas maneja activos por 20 millones de dólares entre empresas textiles y
extensos inmuebles alquilados a centros comerciales.

Lynch heredó fincas en Cajamarca, Trujillo y Lima valorizadas en 5 millones de dólares. Hace unos meses intentó comprar el Rectorado de la Universidad Nacional de San Marcos.

Adrianzén cuando en el año 2001 era amanuense del presidente Valentín Paniagua adquirió una mansión en el distrito de Miraflores que le costó un millón
de dólares. Por otro lado, desde 1993, desvía los fondos de la ONG Servicios Educativos Rurales.

Esta es la verdadera razón de que Ollanta en esta oportunidad apenas alcanzará el 10 % de los votos, a pesar de alguna encuestas. La ciudadanía sabe que es el candidato de una gavilla de arribistas sin ideas ni organizacion.