RAFAEL BELAUNDE: "SOMOS EL ANTISISTEMA"

Después de algún tiempo he vuelto a saber de don Rafael Belaunde, a quien seguimos de cerca en las elecciones pasadas, y no queda sino felicitar su empeño.

Luego de hacerle una entrevista para la fenecida Normas Legales, me permitió conocer un poco a la gente que lo acompañaba, asesores y principales colaboradores, incluyendo algunos buenos amigos de Trujillo.

Siempre me dejó una grata impresión. Su trato era no solo cordial sino franco, y eso es algo infrecuente en la política. Sus seguidores de Adelante me parecieron igualmente confiables, no necesariamente como seguidores de una doctrina sino como posibles protagonistas de un cambio.

Y cambio es la palabra mágica que ha vuelto a enarbolar en esta nueva campaña.

La vez pasada se decía que Rafael refrescaba la escena política. Hoy no sólo trae un refresco sino todo un menú para la reforma del Estado.

Aquí la entrevista de Peru. 21

“Nosotros somos el antisistema”

Quién es su principal rival en esta campaña? ¿Los candidatos que ya se presentaron o las encuestas?

No, yo creo que el principal rival es mi falta de exposición en los medios. Si tuviera suficiente cobertura se vería que la propuesta del Partido Político Adelante es la más satisfactoria. Hasta ahora he escuchado y leído propuestas que son parches o reformas cosméticas a las consecuencias indeseables de un sistema que es obsoleto.

Entonces, ¿usted se presenta como el candidato de las reformas radicales en el Estado?

Bueno, lo radical puede asustar a la gente...

Si quiere dígale reformas profundas, para usar términos toledianos. (Sonríe).

Yo pienso que estas reformas van a hacer que el Perú deje de ser una caricatura de democracia. Esas reformas consisten en transferir poder del ámbito de los políticos y burócratas a los ciudadanos. Eso no se ha hecho en el pasado, pero con la modernización del Perú surge la necesidad de acompasar la liberalización económica con la política.

Y por eso propone temas como la reducción del mandato congresal a la mitad...

Le doy un ejemplo más actual. Susana Villarán ha sido elegida con un concejo provincial. Y si uno estudia quiénes son los miembros de este concejo, uno descubre que esos regidores vienen mayoritariamente de distritos residenciales de Lima y no de distritos populosos. A pesar que la mayoría de residentes de Lima viven en distritos populosos. Qué significa eso. Eso quiere decir que la Ley de Municipalidades está diseñada para que las élites controlen a la población. Lo que yo propongo, en cambio, es que el concejo metropolitano esté formado por los alcaldes distritales.

Claro, pero antes de lanzar su candidatura, conversó con grupos como Acción Popular y Somos Perú, que no están interesados en ideas como la reducción del mandato congresal porque les conviene quedarse 5 años en sus curules, ¿eso no fue un acto de ingenuidad?

Probablemente hubo una acción un poco ingenua, pero cuando yo conversé con mis amigos en Acción Popular, y no me refiero a la cúpula partidaria, muchos de ellos estaban de acuerdo con estas reformas. Yo tuve mucha acogida de parte de muchos afiliados, el problema es que la cúpula se manifestó en contra porque tiene atavismos anacrónicos.

Bueno, usted dice que en Acción Popular han cambiado la idea de ‘El Perú como doctrina’ por la de ‘La curul como doctrina’.

Y eso me ha sorprendido mucho porque pensé que Acción Popular, un partido histórico, se rehusaría a ser furgón de cola...

De Toledo, que es su amigo.

Por supuesto, yo lo busqué al presidente Toledo en la anterior oportunidad (2005), cuando estaba en la última lona. Todo hacía prever que iba a desaparecer. Lo habían tratado de vacar y había muchos prejuicios contra él, creo que en gran medida por su origen étnico, porque en nuestro país hay mucho racismo.

¿Es correcto llamar liberales a usted y sus colaboradores?

Yo creo que todos los que defendemos la democracia podemos ser llamados liberales. Lo que sucede en el Perú es que hay libertad económica, pero no libertad política. Nosotros promovemos mayor control ciudadano sobre nuestras autoridades. No sé cómo se cataloga eso. Lo que planteamos, y ya lo dije, es una reforma profunda del Estado. ¿Eso es izquierda? No creo, no somos partidarios de la intervención del Estado, o de la fijación de precios, pero tampoco somos partidarios de los privilegios o del abuso de la posición dominante del mercado. Estamos adelante del centro, para decirlo de alguna manera.

Y si ustedes son libertarios, por decirlo de una manera, qué son sus competidores, ¿conservadores?

Bueno, son muy conservadores. Yo he visto el folleto de Pedro Pablo Kuczynski y no hay una sola mención a la ciudadanía.

¿Por eso dice que Kuczynski piensa en el Estado como una momia a la que hay que cuidar y poner en una vitrina?

Y lo peor es que la campaña consiste en sobornarnos con nuestro dinero, haciendo ofertas desde el Estado. Los candidatos dicen: “Si tú me pones arriba, yo te daré tales o tales cosas”.

Nuevamente es el caso de su amigo Toledo.

Es el caso del presidente Toledo. Creo que hay que implementar mecanismos para que la ciudadanía ejerza presión sobre las autoridades. Consideramos que el Estado está anquilosado como si estuviéramos a inicios del siglo XX y por eso se requiere una reforma profunda.

¿Se ha puesto a pensar qué dirán sus competidores cuando afirma que todos son unos conservadores que no quieren tocar al Estado? A lo mejor lo ven como el antisistema.

Bueno, si hablamos del sistema del mercado de justicia, de los parlamentarios comepollos, obviamente que nosotros somos el antisistema, obviamente que sí, por supuesto. Somos el antisistema porque queremos acabar con las raterías de un sistema que no fiscaliza.

¿Así que quiere romper con el mito del antisistema y encima ganar las elecciones?

Así es. Pero también hay alternativas autoritarias con las que no tenemos que ver, y están en ambos extremos.

¿Habla de Ollanta Humala y Keiko Fujimori?

Claro. En ambos casos han tenido gravitación, tanto el socialismo como el fascismo.

¿Piensa que el fujimorismo es fascismo?

Es una forma de fascismo moderno, sin ninguna duda, por supuesto. Son libertad económica sin libertades políticas.