RICACHONES

Por Willy Quevedo

En la campaña electoral de 1956 un intrepido reportero le preguntó a Manuel Prado Ugarteche, bon vivant conocido, viajero empedernido y siempre elegantísimo, de qué vivía ya que no se le conocía oficio ni actividad económica productiva.

El expresidente muy suelto de huesos le respondió que a él lo mantenían entre su esposa Clorinda Malaga Bravo y su sobrino Mariano Prado Heudebert.

El periodista se quedó satisfecho porque sabía que doña Clorinda había heredado una fortuna incalculable de su padre, el empresario minero Fermín Málaga Santolalla, el rey del tungsteno y Mariano era el jefe del imperio Prado constituido por decenas de empresas entre ellas el Banco Popular, la aerolinea Lansa, Textiles Santa Catalina, Electricas Asociadas.

Luis Castañeda puede afrontar una campaña presidencial que le costará 30 millones de dólares porque acaba de salir del Municipio de Lima y algo se ha recurseado.

Alejandro Toledo tiene varios amigos ricachones. Solo citemos a Samuel Dyer Ampudia y Joseph Maiman Rappaport. Entre ellos le llenan la mitad de la bolsa.

Ollanta Humala tiene a Salomón Lerner Ghitis, el rey de los helicópteros y los bolivares que le manda Hugo Chávez.

Keiko Fujimori tiene a varios ricachones a su alrededor: Germán Kruger Espantoso, Jaime Yoshiyama y Victor Joy Way le pueden ir resolviendo su caja chica. Si necesita más, manda a pedir al tio Victor Aritomi, quien sigue en Tokio cuidando el botín.

Alfredo Barnechea García tiene a su suegro Javier Pérez de Cuellar quien debe tener en el banco 50 millones de dólares. Asimismo, su cuñado Gonzalo Ganoza Temple es casado con Claudia Marsano Conroy, hija del propietario de Minera Aurifera Retamas, Carlos Marsano Porras y heredera de 100 millones de dólares.