POR QUÉ…

Por Claudia Caballero
¿Por qué a veces queremos todo lo mejor de esta vida, y lamentablemente es otro nuestro destino? No sé si esto sea terible o un golpe de suerte.
Como es costumbre, los padres siempre desean lo mejor a sus hijos y somos nosotros los que algunas veces decepcionamos y truncamos nuestro destino.
Se siente un gran dolor en el corazón por la decepción que a veces causamos a nuestros padres, especialmente si ese dolor nos derrumba el corazón, y los derrumba a ellos.
Ese dolor sentirá nuestro padre Celestial cuando le fallamos, de verdad es horrible … bien horrible.
Qué difícil es decir perdón o perdonar. Es doloroso a veces perdonar, ¡cómo no cuesta!, pero para Él (Dios) no es difícil, y nos brinda una tranquilidad cuando lo hace.
Por ahí me comentaron: Claudia, no juzgues, solo ora… Por esa razón escribo, para desfogar todo lo que mi corazón siente en este momento, con su amor de Dios que es tan grande y sé que me dará sabiduría para poder actuar y que este dolor pase, para ver las soluciones y seguir adelante. Como me comentó un amigo: hay problemas más fuertes que los míos.
Pero no puedo dejar de pensar por qué tuvo que ser así, por qué ese capricho puede destruir un sueño, por qué la terquedad lastima a otra persona. Por qué se me hace difícil entender todo esto.
Dios mío, ayúdame a tomar la decisión adecuada, no quiero que siga sufriendo más mi madre, sé que todo depende de mí.
Suelo escribir cuando mi corazón siente dolor, tristeza, y nunca escribo cuando estoy feliz. Por qué?
Gracias por lerme.
¿Por qué a veces queremos todo lo mejor de esta vida, y lamentablemente es otro nuestro destino? No sé si esto sea terible o un golpe de suerte.
Como es costumbre, los padres siempre desean lo mejor a sus hijos y somos nosotros los que algunas veces decepcionamos y truncamos nuestro destino.
Se siente un gran dolor en el corazón por la decepción que a veces causamos a nuestros padres, especialmente si ese dolor nos derrumba el corazón, y los derrumba a ellos.
Ese dolor sentirá nuestro padre Celestial cuando le fallamos, de verdad es horrible … bien horrible.
Qué difícil es decir perdón o perdonar. Es doloroso a veces perdonar, ¡cómo no cuesta!, pero para Él (Dios) no es difícil, y nos brinda una tranquilidad cuando lo hace.
Por ahí me comentaron: Claudia, no juzgues, solo ora… Por esa razón escribo, para desfogar todo lo que mi corazón siente en este momento, con su amor de Dios que es tan grande y sé que me dará sabiduría para poder actuar y que este dolor pase, para ver las soluciones y seguir adelante. Como me comentó un amigo: hay problemas más fuertes que los míos.
Pero no puedo dejar de pensar por qué tuvo que ser así, por qué ese capricho puede destruir un sueño, por qué la terquedad lastima a otra persona. Por qué se me hace difícil entender todo esto.
Dios mío, ayúdame a tomar la decisión adecuada, no quiero que siga sufriendo más mi madre, sé que todo depende de mí.
Suelo escribir cuando mi corazón siente dolor, tristeza, y nunca escribo cuando estoy feliz. Por qué?
Gracias por lerme.
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