PENALISTAS


Por Willy Quevedo

Toda época genera criminales emblemáticos. Secuestradores, asaltantes, asesinos, narcotraficantes y terroristas se hacen famosos por el exorbitante monto del botín, la audacia e innovación del golpe o la extraordinaria crueldad del ajusticiamiento.
Una vez detenido el delincuente, la atención se concentra en el boga penalista. Los letrados trazan una estrategia de defensa, tratan de manipular a la opinión pública y siempre recomiendan a sus patrocinados a simular ser víctimas de las circunstancias. Lo vemos día a día en la TV.

Los casos penales son una fuente inagotable de temas novelescos.

Esta reflexion viene a cuento luego de leer “Confesiones de Tamara Fiol” del escritor piurano Miguel Gutierrez.Un cronista norteamericano llamado Morgan cuenta la historia de una mujer limeña que estudió farmacia en la Universidad de San Marcos en los sesentas, militó en el Partido Comunista y alcanzó notoriedad porque coleccionó decenas de novios que en su mayoria eran dirigentes politicos juveniles.

Sin embargo, Tamara se enamoró obsesivamente de Raúl, un exitoso abogado penalista. Raul es amoral y un transfuga que fue expulsado de varios partidos. No obstante, la relacion duró varios años.Una vez que Tamara rompió definitivamente con Raúl, este planeó y ordenó un atentado contra su expareja. Como consecuencia del asalto, Tamara quedó invalida de las dos piernas.

Raúl se arrepintió de su desalmada acción y decidió espiar a Tamara, haciéndole favores y donaciones en secreto durante 25 años.

En el relato desfilan decenas de miembros de la generación del 60. Hemos podido identificar al jurista Raúl Peña Cabrera, al editor Carlos Milla Batres, al psiquiatra Segisfredo Luza, a los periodistas Ismael Frias y Félix Arias Schreiber y al ex senador Ricardo Napuri.
Lo más notable de la novela es la descripcion de los personajes. Gutierrez logra crear actores que toman decisiones basados en experiencias infantiles e inclusive detalla magistralmente la vida de padres y abuelos.

Asimismo, el autor es un virtuoso construyendo diálogos. El intercambio de palabras entre los protagonistas en el último capítulo es memorable. La flaqueza del libro son las reflexiones y situaciones que pasa el cronista gringo.

Lo que le sucede a Morgan es prescindible, no aporta nada a la gran historia de Tamara y Raúl.

En conclusion, “Confesiones de Tamara Fiol” es una obra interesante que narra un idilio insólito y rinde homenaje a la generación sanmarquina de los sesenta.

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