UN CUENTO DEL BURDEL
Gracias por seguir este blog “jurídico” un nuevo año. Con el tiempo, uno va confirmando que el derecho se convierte en una magnífica excusa para escribir, de lo que sea, cualquier huevada. Escribir.
Con el tiempo, también, uno va reafirmando amistades que tienen el mismo vicio (de alguna forma hay que llamarlo), la misma solitaria, o la misma perversión. ¿Por qué uno escribe? es el misterio que me sigue después del orgasmo femenino. ¿Porque uno está inconforme con el mundo?, ¿porque una hembrita no te dio bola?, ¿porque te la quieres dar de intelectual?, ¿porque no quieres que te llamen otras obligaciones? Por qué.
No sé si Dante, tan liberal, haya encontrado una respuesta ad honorem; si M. A. Ledezma, con tantos años de elegante editor jurídico, pueda hablar con suficiencia sobre ello. Me gustaría saberlo. Tanto como saber si Willy Quevedo se masturba en una embajada antes de enviarme su artículo; si Jorge Luis Ortíz es familia de Beto Ortíz; si Mariátegui se tira todos los papelitos de las exposiciones; si Alfredito Estrada tiene una amante ‘dominatrix’. En fin.
Lo que sí sabemos –por fortuna- es que esta fauna de locos goza de buena salud, y nos ha confirmado su participación en el blog para el siguiente año. Y el primero que se lanza al ruedo es nuestro querido amigo Harold Alva, conocido poeta piurano afincado en Lima (con varias publicaciones a cuestas), quien nos envía en exclusiva uno de sus relatos de su próximo libro CUENTOS DEL BURDEL (que involucra a personajes reales de la farándula política), que presentará en la Feria del Libro de Ciudad Travesti. Que lo disfruten.
Un abrazo a todos, y FELIZ AÑO NUEVO!!
jc
MAYRA

Por Harold Alva
Toñito sabía que estarías allí, Mayra, sin embargo, me dijo que no irías, que había llegado tu primo de Tumbes, ese al que le gusta ir a Las Cucardas, el mismo que casi te descubre con tu calzoncito azul ofreciéndote con descaro a los clientes. Yo le creí y lo acompañé, hace tiempo le tenía ganas a la ecuatoriana, pero yo sabía que te ponías celosa, por eso nunca me la tiré cuando tú estabas, contigo eran dos viajes por el precio de uno, ni cojudo para cagarla con la monita.
Desde la mañana sabía que vendría Toñito. Él me había contado que cada día se le hacía más difícil tirar a su mujer, que estaba harto de verle los ojos cuando se la clavaba, ese chorrito de baba que dejaba caer cuando estaba a punto de venirse, porque sí pues, la mujer de Toñito se venía, y varias, pero a Toñito le llegaba al pincho ese gesto comparado sólo al movimiento de la agitación adiposa de sus piernas, decía que su mujer aún estando arrecha mantenía los pezones dormidos, que nunca había logrado pese a imaginar que se acostaba con alguna de las hembritas de las cucas erectarle los pezones. La hembra de Toñito era una mujer extraña, sin embargo allí estaba él, cagado, soportándola, recibiendo ese chorrito de baba cada vez que se la comía, cada vez que ella se venía cuando se le movía encima.
Yo sólo estaba esperando que llegue y me pida acompañarlo, tenía por supuesto un “no” como respuesta, Mayra se había portado muy bien conmigo como para sacarle la vuelta con alguna putita de ese antro, yo sólo me tiraba a Mayra cuando iba a las cucas, a la flaquita le gustó ese primer día cuando después de dar vueltas escogiendo a la que me sacaría el taco, me acerqué a preguntarle puedo venirme en tu boca?, a lo que ella contestó: con el condón en tu pajarito, sí, y yo, ningún pajarito pequeña, apuesto que hago que te vengas, y ella, pasa, acepto la apuesta. Yo ya tenía casi media hora clavándosela y nada, la ponía abajo y nada, la ponía encima y nada, le metía el dedo por atrás, se dejaba, y nada, le besaba los senos mientras agitaba las piernas en mis hombros y nada. Resignado a perder la apuesta, la puse finalmente boca abajo, ella levantó las nalgas poniéndose en una posición como para que mi verga entre sin ayuda de la mano, conocía bien la chamba, y yo me hundí ya no pensando en que se venga, sino egoístamente, total, yo estaba pagando, ese polvo era mío y debía llegar con verdadero gozo. Veo sangre, puñales y medias de mujer, veo camas, veo corredores donde grita una virgen, veo frazadas y órganos y hoteles. Ella reconoció lo que decía, sigue, sigue, sigue Nerudita, sigue, yo vi su rostro que de pronto se extasiaba y me seguí moviendo, seguía pronunciando los versos de Pablo, y se lo decía a su cuello, a su espalda y entonces hay este sonido: un ruido rojo de huesos, un pegarse de carne, y piernas amarillas como espigas juntándose. Ella jadeaba, retorcía su cuerpo como un reptil, yo le mordía la espalda, el omóplato, yo seguía penetrándola, le miraba la columna, cómo se torcía, y sus ojos, reflejados en el espejo, me miraban casi con tristeza, me preguntaban por qué lo hacía, me pedían que no me detenga, que le siga hablando, que su sexo estaba húmedo, que se había abierto para recibir no solo al sable que la cortaba por dentro. Estoy mirando, oyendo, con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma en la tierra, y con las dos mitades del alma miro el mundo. Ahora ella me decía, y era la misma voz de Pablo afeminada, sus mismos versos. Y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente, veo caer agua sorda, a goterones sordos. Veo correr un arco iris turbio. Veo pasar sus aguas a través de los huesos. A través de los huesos la había reducido y me había reducido, ella quedó en silencio, y yo, encima, había caído como el estertor de un pájaro en la noche. Mayra había llegado, mi puta se había venido, y yo me había venido, ambos estábamos allí, mojados, empapados, sin querer salir, sin movernos, mirándonos gracias al espejo, reconociéndonos quizá gracias a la luz que nos ofrecía aquél miserable espejo. Ganaste. Yo saqué la verga, no me vine en tu boca, retirándome el condón, acercándome a la tina, pero ganaste, repitió. Me sentía extraño, había hecho que la putita se venga con un poema, prácticamente la había subordinado a mis antojos. Regresa mañana, y me despidió con un beso en la boca, sin que yo salga todavía de mi asombro, las putas nunca te ofrecen así por así sus labios.
Mayra era de Tumbes. 1.65 de estatura, el cabello ondeado y largo, canela, sus senos eran dos frutas que caían con clase sobre la boca de su estómago. Tenía una hija que mantener. Tres años en el oficio había sido suficiente para que en su cuenta reposaran no pocos dólares, sin embargo ya se había acostumbrado a eso, incluso hablaba de su chamba con orgullo, mientras me cuide y los cuide, todo estará bien; y llegaba todos los días a las cinco, porque claro, ella qué iba a estar en el turno de la mañana, a mi me pagas cuarenta, allá los misios que se tiran a las baratas de la mañana. Ella sólo trabajaba en el segundo turno. Por supuesto que regresé al día siguiente, y al tercero, y al cuarto. Me volví su cliente, hasta que un día cuando vengas a las Cucas, tira sólo conmigo, el segundo polvo es gratis, y Mayra no estaba nada mal, así que acepté la oferta, y me convertí en su hombre, digo su hombre, porque según ella, y le creo, era con el único que se venía. Yo también debería cobrarle ¿no?
Rodrigo, necesito una putita, acompáñame, me ha dicho Brisa que Mayra no irá una semana, es por el primo. Tú sabes. Y a mí que no me gustaba el puterío, lo acompañé al sitio, a ver si ahora, me tiraba a la monita.
Esto de la lealtad es una huevada, huevada doble si se trata de una puta, ya el Micky me había dicho cómo son las putas cuando se acostumbran a uno, cómo es que se adueñan sin preguntarte nada, pero yo jamás creí que sea tan exagerado, además yo le pagaba, que el segundo sea gratis, a mi qué chucha, total, ella también se venía, la perra también gozaba, el que le guste Neruda no era mi problema, al final, a quién no le ha gustado Neruda alguna vez en su vida. Y qué rico es venirse pronunciando los versos de Pablito.
Ese jueves llegamos a eso de las seis, Toñito se metió con Esmeralda, esa flaca estaba buena, era una colombiana que estaba como para sacarle la mierda, ni huevón Toñito, ni bien entramos, se dirigió al pasadizo de los baños y se metió con la colombiana. Yo, en cambio, hacía tiempo que no caminaba con tanta libertad por esos pasillos, así que empecé a preguntarle a una por una qué ofrecían, arrechándome con sus respuestas, mirándolas lujuriosamente, tocándole la nalga de vez en cuando a alguna, hasta que me paré frente a esa belleza, Brisa, una ecuatoriana chibolita, habría cumplido recién los dieciocho, estaba fuerte esta putita, cuarenta la media hora, y hago todo lo quieras, con una propuesta así, puedo venirme en tu boca? Me cogió la verga, todo lo que tú quieras.
Estábamos tan bien, Brisa, tú te habías movido como nunca, tú habías gritado, yo mismo había gritado como nunca, estaba moviéndote la cabeza, como acariciándote el cabello, dándote ritmo para venirme adentro de tu boca, qué bien mamabas Brisa, qué bien lamías los huevos, cómo te la tragabas, Brisa, le habías quitado el condón para metértela en la boca, para sentirla a pelo, la mamabas mirándome, no hay mejor expresión que unos ojos mirándote cuando te la maman, y tú me mirabas mamándola, Brisa, tú me mirabas tragándotela, Brisa, y yo te movía, me miraba en el espejo, tu allí arrodillada sobre la cama, succionándola, abriendo los ojos, y como nunca los abriste cuando sentiste el plomo en la cabeza, cuando caíste inmóvil sobre mi verga, comiéndotela como para cumplir con tu palabra, y yo que pensé que estabas excitadísima me vine, te di ese último polvo adentro de la boca, ya sin respuesta, ya tú inerte, y así caí también, Brisa, cuando sentí la bala en la frente, cuando sentí que algo quemaba adentro de mi cabeza. Toñito tirando con su colombiana, su mujer seguro corriéndose la paja, la ciudad iluminándose, mi mujer con las criaturas esperándome en la casa, y tu allí, Brisa, con la boca con semen y el cráneo sangrando, mientras Mayra, soplando la boca del revólver, se aleja, rápidamente, antes que El Chino la descubra.
Comentarios
JIMENA CORRALES, EX UPAO
feliz año juridiociosos.
MC.
NO QUÉ ERA POLÍTICA????
César Acuña Peralta
Oye, pasa el fono de Mayra ;-)
jc
el cuento, efectivamente pertenece a un libro inédito: CUENTOS DE BURDEL, lo que presentaré en la feria es una novela, su nombre: BURDEL, y no es precisamente sobre putas, las hay, por supuesto, pero no es precisamente sobre putas, hablamos de eso en el MSN. Veo que aquí también no faltan los anónimos, no suelo contestar anónimos, pero vamos, es tu blog, así que solo por eso les contesto:
-Jimena, es cierto cuando afirmas eso de la ápoca de adolescente, los cuentos pertenecen a esa época. Por eso continúan allí, inéditos, a Jhonson le envié algunos porque es un viejo amigo con quería compartirlos, pero quién sabe, si más adelante los publico, así, con ese tono adolescente.
-MC, está bueno el neologismo: "juridiociosos", no creo que haya herido la susceptibilidad de "Jimenita".
-Ya veo que ni Acuña se salva en que otros utilicen su firma ¿Cómo va en Trujillo?.
-Que yo sepa nunca he publicado nada erótico (arrecho en términos del anónimo), cuando estudié en la UPAO no era militante de la APRA.
-Cuando empiezan con adjetivos, paso.
-Jhonson, a Mayra la encuentras en Las Cucardas, la dirección, conoces. Está generalmente en el pasadizo de los baños, al fondo, como quien voltea al table.
Un fuerte abrazo
Nos vemos en Trujillo.
cuenta ps
ex UA
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