EL SALUDO DEL ALCALDE

Por Johnson Centeno.-

En otros tiempos darle la mano a una autoridad era sinónimo de confianza, hermandad o buenos augurios. En el Trujillo de hoy es sinónimo de sospecha.

Después del chongo que provocó en su gestión el loco de Moche, y que algunos confundidos o ingenuos han empezado a romantizar a la distancia, las buenas maneras en la política son como el canto de los pajarillos en las mañanas.

A punto de convertir la ciudad en un contenedor, la estela del rayado exalcalde se diluye con un fraterno apretón de manos que comunica mucho más que cualquier Nota de prensa publicada en los medios amigos, incluyendo aquellos portales que te manda besitos digitales.

El mensaje va directo a la vena. El saludo a la fiscal significa respeto institucional y seguridad jurídica; el saludo a la servidora del SEGAT, en las puertas del Palacio Municipal, significa apertura donde antes era una guarida y reconocimiento de los derechos laborales; el saludo a la Prefecta significa respeto a la mujer y entendimiento al más alto nivel; el saludo a sus pares significa coordinaciones interdistritales para una exitosa gestión. El saludo del alcalde en ningún caso puede significar inmunidad, hipocresía laboral, compadrazgo y choreo fino.

Desde su centro de prensa, entrenado en las entrañas mismas del Poder Judicial, anuncian para los próximos días, saludos fraternos con los viejitos, mujeres embarazadas, taxistas, monjitas, ambulantes, recicladores, Chupetín Trujillo, Christian Oliva y reinas de belleza.

De esta manera, el actual alcalde en funciones pretende reducir la influencia del loco a su mínima expresión, y de paso hacernos olvidar que es un hijo de APP, que fue parte de la fórmula del suspendido alcalde cuando todavía no se desbocaba criminal y psiquiátricamente, que hizo muy buenos negocios en la gestión de Moche, que ya ha empezado a pagar las facturas de siempre en toda la jurisdicción, y que el revés de su hombre en Sedalib es la señal que tiene que mejorar su sonrisa kolynos, repartir más asesorías, y afinar su estilo coquette.