DE LA MAGDALENA
Por Dante Ramos de Rosas
Hacia la Guerra del Pacífico en el siglo 19, el presidente del Perú era Francisco García Calderon que operaba desde su sede de Gobierno ubicada en lo que es el actual distrito de Magdalena. Allí se fue convirtiendo de a pocos en prisionero político de los chilenos invasores y devino en inutil pieza floral que luego fue deportada a Chile.
Llantos de María Magdalena en la crucifixión es el que vive el local de Gana Perú en San Isidro, pues no es allí donde sostiene sus reuniones partidarias a su llegada al solio presidencial el Presidente electo Ollanta Humala pues se reune en la sede del PNUD en Magdalena, y ello va constituyendo una advertencia de alejamiento de sus originales partidarios, producto de ello es el gabinete donde los integrantes de su partido escasean y son menudencia desaprovechada.
Pero el llanto no se queda estacionado en sus partidarios sino en el último mercantilista llorón convocado a su Gabinete, que antes militó en el Movimiento Libertad y luego paso a ser accionista y aullante por los intereses de su empresa Laboratorios “Hers” (Hermanos Silva), que vende maca y que en las reuniones en el Ministerio de Economía y Finanzas fujimorista siempre clamaba a los cuatro vientos por sus horizontes propios marginando a todo el resto.
Más tarde llego a ser jefe de Adex convocando los ataques de un editorialista sincero como Aldo Mariátegui en Correo. Literalmente le sacaba el alma.
Su nombre es José Silva Martinot y es el nuevo Ministro de Comercio Exterior. En entrevista radial en con Mariella Balbi se mostró a favor de revisar los TLC, estimular las exportaciones no tradicionales como las artesanias que son de lejos frente a la gran mineria u otros rubros productos de menor escalada económica en su rentabilidad y en fin paremos de contar.
Hacia la Guerra del Pacífico en el siglo 19, el presidente del Perú era Francisco García Calderon que operaba desde su sede de Gobierno ubicada en lo que es el actual distrito de Magdalena. Allí se fue convirtiendo de a pocos en prisionero político de los chilenos invasores y devino en inutil pieza floral que luego fue deportada a Chile.
Llantos de María Magdalena en la crucifixión es el que vive el local de Gana Perú en San Isidro, pues no es allí donde sostiene sus reuniones partidarias a su llegada al solio presidencial el Presidente electo Ollanta Humala pues se reune en la sede del PNUD en Magdalena, y ello va constituyendo una advertencia de alejamiento de sus originales partidarios, producto de ello es el gabinete donde los integrantes de su partido escasean y son menudencia desaprovechada.
Pero el llanto no se queda estacionado en sus partidarios sino en el último mercantilista llorón convocado a su Gabinete, que antes militó en el Movimiento Libertad y luego paso a ser accionista y aullante por los intereses de su empresa Laboratorios “Hers” (Hermanos Silva), que vende maca y que en las reuniones en el Ministerio de Economía y Finanzas fujimorista siempre clamaba a los cuatro vientos por sus horizontes propios marginando a todo el resto.
Más tarde llego a ser jefe de Adex convocando los ataques de un editorialista sincero como Aldo Mariátegui en Correo. Literalmente le sacaba el alma.
Su nombre es José Silva Martinot y es el nuevo Ministro de Comercio Exterior. En entrevista radial en con Mariella Balbi se mostró a favor de revisar los TLC, estimular las exportaciones no tradicionales como las artesanias que son de lejos frente a la gran mineria u otros rubros productos de menor escalada económica en su rentabilidad y en fin paremos de contar.
Este ministro es regresivo aunque con gran vocación de poder, según me cuenta un amigo economista dirigente del liberal Instituto de Libre Empresa. “Siempre manifestó vocación dirigencial, esperaba participar en política y nunca lo negó… hasta que lo logró. Esperemos que donde esté no llore más de lo que hasta ahora ha llorado por sí mismo porque su lloriqueo lacrimal podría llegar a ser diluvio jurásico irresoluble en normatividades enganchadas al Estado mercantilista que adviene dentro de pocas horas’’ remató.
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