ACUÑA Y CIUDAD TRAVESTI
Digámoslo de una vez, aunque no llame a sorpresa: el alcalde de Trujillo, César Acuña Peralta, hace lo que le viene en gana en su administración edil: se raya con los símbolos de la ciudad, abandona proyectos de envergadura, tiene la cultura por los suelos, infla desvergonzadamente la burocracia, subestima a sus propios regidores, maquina venganzas privadas, y encima habla hasta las huevas. Pero lo que lo pinta de cuerpito entero es su intolerancia con la prensa, con el periodismo en general, y por tanto, con los derechos básicos que le asisten a sus conciudadanos.
¿Qué es lo que desearía el señor alcalde? Pues que los periodistas de Ciudad Travesti fueran sus chupamedias o huele guisos, sus cabizbajos empleados como los que abundan en sus universidades. Recientemente trató de “delincuentes” a algunos periodistas locales, y no es la primera vez que lo hace. Una pena que quien conduce eso que se llama “Colegio de Periodistas” no tenga los pantalones para encararlo o usar su pluma contra los atrevimientos de Acuña. En vez de eso, se raya con sus artículos sobre el vuelo de las moscas.
Y eso que en Ciudad Travesti no se hace investigación ni a media caña (basta leer el sub decano los días domingos para sentir vergüenza ajena), pues de otro modo ya sabríamos a donde va la plata de los trujillanos que se tiraron los apristas en las dos últimas décadas. ¿Homero nació en cuna de oro? Pilco es de una prosapia burguesa? Sedalib fue un morada budista? ¿Juan del Diablo siempre vivió de su intelecto? ¿Y Murgia qué?
Por eso me llama la atención que el monocorde alcalde no sepa sortear con frescura y ponderación los titulares del día siguiente. ¿O es que algo fuerte se le resbala entre manos?
Uff… Nada, que me contagié del humor de mi amigo Fernando Vega, que acaba de estrenar su conservador blog (no sé por qué no escribe sobre sexo, un tema que domina de punta a rabo. Recomiendo su tete a tete con Giampietri), desde donde me robo el siguiente artículo.
IGNORANCIA Y PODER
¿Qué es lo que desearía el señor alcalde? Pues que los periodistas de Ciudad Travesti fueran sus chupamedias o huele guisos, sus cabizbajos empleados como los que abundan en sus universidades. Recientemente trató de “delincuentes” a algunos periodistas locales, y no es la primera vez que lo hace. Una pena que quien conduce eso que se llama “Colegio de Periodistas” no tenga los pantalones para encararlo o usar su pluma contra los atrevimientos de Acuña. En vez de eso, se raya con sus artículos sobre el vuelo de las moscas.
Y eso que en Ciudad Travesti no se hace investigación ni a media caña (basta leer el sub decano los días domingos para sentir vergüenza ajena), pues de otro modo ya sabríamos a donde va la plata de los trujillanos que se tiraron los apristas en las dos últimas décadas. ¿Homero nació en cuna de oro? Pilco es de una prosapia burguesa? Sedalib fue un morada budista? ¿Juan del Diablo siempre vivió de su intelecto? ¿Y Murgia qué?
Por eso me llama la atención que el monocorde alcalde no sepa sortear con frescura y ponderación los titulares del día siguiente. ¿O es que algo fuerte se le resbala entre manos?
Uff… Nada, que me contagié del humor de mi amigo Fernando Vega, que acaba de estrenar su conservador blog (no sé por qué no escribe sobre sexo, un tema que domina de punta a rabo. Recomiendo su tete a tete con Giampietri), desde donde me robo el siguiente artículo.
IGNORANCIA Y PODER
La ignorancia y arrogancia mezclada con el poder es una combinación sumamente peligrosa, lamentablemente esta “emulsión” está muy presente en nuestra clase política local, en especial en nuestro Concejo Provincial de Trujillo.
La incultura de nuestros gobernantes es realmente escandalosa, uno puede notarlo fácilmente cuando se expresan, cuando dan declaraciones a los medios de comunicación y cuando ofrecen discursos o más bien balbucean estos. Es de lamentar la clase de individuos de tan baja calidad intelectual que pretenden gobernarnos, es indignante el atrevimiento y la osadía que han tenido para atreverse a actuar en política, y que se permitan atribuirse funciones que pueden afectar nuestro futuro como ciudad.
Es absolutamente desolador el panorama que vemos en la Municipalidad de Trujillo, donde desconocen lo más elemental, como es el trabajo planificado, la veracidad, el consenso, el estudio minucioso de las normas a promulgar, nada de esto prevalece. Muy por el contrario, la improvisación, la arrogancia, la desidia, apatía, la confrontación y sobre todo el cinismo, son los males que han capturado la administración Municipal.
Es aterradora esta circunstancia y hasta repulsivo ver como los miembros del mismo partido político de la mayoría, se enfrascan en luchas de la más baja estofa, donde la chaveta de la mentira, de la intriga, del odio descontrolado contra quien fue su compañero de partido, es usada como lo haría cualquier delincuente común.
Mientras tanto, los vecinos tenemos que ver asombrados la forma más impúdica de hacer política. La máxima autoridad edilicia se dirige a todo aquel que lo cuestiona, con los más altisonantes agravios, trasluce su desprecio y su muy bien guardado rencor. Los trujillanos nos equivocamos en elegir a esta administración Municipal, y es que tampoco tuvimos otra opción, el otro candidato no ofrecía gran diferencia. El APRA creyó que su electorado cautivo iba a acompañarlos como lo venía haciendo desde hace casi ochenta años. Esa vez el PAP exigió demasiado.
Lo mejor de la democracia es que sabemos que los mandatos tienen un fin. Paciencia, no hay mal que dure cien años. En Trujillo no hay muchos analfabetos, no los elijamos otra vez en la próxima elección, y menos como Alcalde.



Comentarios
Miguel
P.D.: “Sub decano” está mal escrito; es subdecano, todo junto.
Saludos Dante de Rosas
MARUJA BAZAN TELLO
Veamos. En líneas generales, coincido con el amigo Fernando J. Vega cuando indica que “hacer investigación es tener imaginación, perspicacia, es armar un rompecabezas cuyas piezas están dispersas y casi siempre ocultas, rechazando las versiones oficiales”. En La Industria no nos especializamos por hacer periodismo de investigación, que eso quede bien aclarado. El periodismo de investigación es relativamente (y enfatizo en “relativamente”) reciente no sólo en el Perú sino en Latinoamérica entera.
Sin embargo, creo que lo hacemos bastante bien, dadas las limitaciones de todo orden que hay en Trujillo. Les aseguro que no es lo mismo investigar en Lima que en Trujillo. En Lima tú puedes acudir a una institución y pasar inadvertido. Acá es distinto: pides acceso a un archivo o solicitas un documento y ya todos están sobre aviso. Me consta porque lo he ¿padecido? personalmente. Espero que haya cambiado en los últimos tiempos, pero es algo que los colegas de LA INDUSTRIA y otros medios tendrán que aprender sobre la marcha. Nadie es especialista en periodismo de investigación y todos vamos aprendiendo. Lo admito y lo digo sin problemas.
Por cierto, es una verdadera lástima que el amigo Vega no permita que se vea su perfil, único conducto para acceder a su misterioso blog. Probé varias veces pero nada: al principio pensé que era porque www.fubonenserio.blogstpot.com estaba mal escrito (le sobra una “t” en blogstpot) y lo arreglé, pero nada. Después pensé que era “futbolenserio”. Naca la pirinaca. Cero a cero. Espero que nos haga conocer su brillante investigación. Si cumple con el canon (supongo que lo conoce, de modo que ni los mencionaré), carajo, maestro, yo mismo me comprometo a reseñarlo en mi columnita y a recomendar su publicación.
Otra cosa: no sé cómo les enseñarán a escribir en los colegios de Trujillo, pero “sub” es un prefijo. Y se sabe que todo prefijo va unido a la palabra a la cual va a afectar. ¿O tú, Johnson, escribes “sub desarrollo” o, peor aun, “sub-desarrollo”? Dejémonos de niñerías y aceptemos que subdecano se escribe como yo lo digo, juntando el prefijo “sub” con el término “decano”: subdecano. Igual vale para submarino, subcomandante, subcampeón, subordinado, subordinar, etc. Capito? ¿O quieren apostar? Vamos, juéguensela.
Y acerca de los errores, sí pues, ahí están. Una pena. Hay que corregirlos y superar esa tara. En todo caso, yo hablo a título personal. Y me responsabilizo por lo que yo escribo. Saludos,
Sin pica y con buena leche.
Miguel Patiño Bottino