PANCHOS
Foto: Joven abogado Felipe Tudela y Barreda junto a su padre Francisco Tudela Varela en la década del 50 (Caretas)Por Willy Quevedo
El principal mandamiento es honrar padre y madre. Quienes transgreden este precepto son condenados al averno.
Don Felipe Tudela Barreda se casó en 1951 con una dama rumana. Tuvieron dos hijos: Pipe y Pancho. La pareja pasó por peleas y reconciliaciones como todo el mundo hasta 1964, año en que la conyugue se enamoró del mayordomo de la casa. Fruto de esa relación extramarital nació una niña. Don Felipe pasó por alto la traición de su esposa y reconoció a Vera Louise como su descendiente.
Pipe y Pancho jamás perdonaron el adulterio de su madre y se distanciaron definitivamente de ella.
En el 2001, Pipe se estableció en Europa como analista financiero. En el 2002, Pancho viajó a Santiago de Chile a dictar cátedra universitaria. Dejaron solo a Don Felipe de edad avanzada y salud quebrantada en el momento que más los necesitaba. Fue lógico que el anciano desvalido quedara a merced de la voluntad de extraños que se le acercaran.
Pipe es un padre miserable y un marido abusivo. Se casó en 1984 con Rosa Gastañeta Alayza y tuvieron una niña que nació cuatro años despues en Paris.
Al poco tiempo, Rosa regresó al Peru con su hija, destrozada por tanto golpe que le propinaba su conyugue. Pipe no asimiló el abandono y en represalia se negó a ver a su hija durante 7 años. Asimismo, entrego para la menor Sofia como pensión de manutención 6,000 dolares al año, ni un centavo más, ni un centavo menos.
Pancho es servil ante el poderoso y desagradecido. En las elecciones generales del 2000 aceptó ser el segundón del ingeniero Absalón Vásquez, un personaje cuyo rasgo relevante es su fanatismo hacia el japonés Fujimori.
En el rescate a los rehenes en la embajada del Japón ocurrido en abril de 1997, el militar Juan Valer Sandoval protegió con su vida a Pancho. Han transcurrido 11 años y Pancho nunca ha depositado flores a la tumba de su salvador ni ha visitado a los menores huerfanos del coronel héroe.
Es legal y justo que Pipe y Pancho hereden la totalidad de la fortuna acumulada por Don Felipe que asciende a 60 millones de dolares.
Sin embargo, todo ese platal no podrá lavar sus almas manchadas por la maldad.
60 millones de dolares no seran suficientes para evitar que Pipe y Pancho, un dueto de despreciables parricidas, se pudran en el infierno.

El principal mandamiento es honrar padre y madre. Quienes transgreden este precepto son condenados al averno.
Don Felipe Tudela Barreda se casó en 1951 con una dama rumana. Tuvieron dos hijos: Pipe y Pancho. La pareja pasó por peleas y reconciliaciones como todo el mundo hasta 1964, año en que la conyugue se enamoró del mayordomo de la casa. Fruto de esa relación extramarital nació una niña. Don Felipe pasó por alto la traición de su esposa y reconoció a Vera Louise como su descendiente.
Pipe y Pancho jamás perdonaron el adulterio de su madre y se distanciaron definitivamente de ella.
En el 2001, Pipe se estableció en Europa como analista financiero. En el 2002, Pancho viajó a Santiago de Chile a dictar cátedra universitaria. Dejaron solo a Don Felipe de edad avanzada y salud quebrantada en el momento que más los necesitaba. Fue lógico que el anciano desvalido quedara a merced de la voluntad de extraños que se le acercaran.
Pipe es un padre miserable y un marido abusivo. Se casó en 1984 con Rosa Gastañeta Alayza y tuvieron una niña que nació cuatro años despues en Paris.
Al poco tiempo, Rosa regresó al Peru con su hija, destrozada por tanto golpe que le propinaba su conyugue. Pipe no asimiló el abandono y en represalia se negó a ver a su hija durante 7 años. Asimismo, entrego para la menor Sofia como pensión de manutención 6,000 dolares al año, ni un centavo más, ni un centavo menos.
Pancho es servil ante el poderoso y desagradecido. En las elecciones generales del 2000 aceptó ser el segundón del ingeniero Absalón Vásquez, un personaje cuyo rasgo relevante es su fanatismo hacia el japonés Fujimori.
En el rescate a los rehenes en la embajada del Japón ocurrido en abril de 1997, el militar Juan Valer Sandoval protegió con su vida a Pancho. Han transcurrido 11 años y Pancho nunca ha depositado flores a la tumba de su salvador ni ha visitado a los menores huerfanos del coronel héroe.
Es legal y justo que Pipe y Pancho hereden la totalidad de la fortuna acumulada por Don Felipe que asciende a 60 millones de dolares.
Sin embargo, todo ese platal no podrá lavar sus almas manchadas por la maldad.
60 millones de dolares no seran suficientes para evitar que Pipe y Pancho, un dueto de despreciables parricidas, se pudran en el infierno.



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